Gestionar con éxito el tiempo: 5 consejos de la neurociencia para una rutina más eficiente y equilibrada

En exclusiva para Infobae, Ineco brindó una serie de ejercicios para impulsar el funcionamiento cognitivo. Hoy, claves para lograr el equilibrio entre el trabajo y la vida personal

Cómo podemos optimizar el tiempo, suele ser una pregunta que nos hacemos siempre. La clave es establecer pautas y ser organizado (Getty Images)

El desafío del equilibrio entre el trabajo y la vida personal se ha vuelto una tarea difícil en estos tiempos. En los últimos años, las exigencias del mundo laboral, cada vez más competitivo, nos convoca a dedicarle una gran cantidad de tiempo a las actividades productivas, hecho que, en consecuencia, nos obliga a descuidar nuestra vida personal.

En esta oportunidad se conocerán algunos puntos importantes sobre la gestión del tiempo, que nos permitirán lograr una rutina más eficiente y equilibrada ¿cómo podemos optimizar el tiempo?, ¿cómo identificar aquellas tareas que son prioritarias para alcanzar un desempeño laboral adecuado sin descuidar nuestras actividades personales? La premisa será poder lograr un equilibrio entre ambas, favoreciendo un mayor estado de bienestar. Es sabido que tener una rutina equilibrada tiene muchos beneficios para nuestra salud en general. Repasamos los más importantes:

-Contribuye a disminuir los niveles de estrés relacionados con la falta de tiempo. Poder conocer qué tareas debo hacer permite anticipar y organizarse; dando lugar así a aquellas actividades que deseo realizar.

-Las actividades ordenadas permitirán trazar objetivos alcanzables y medibles. Y así, en consecuencia, visualizar nuestros logros con mayor claridad. Seremos más productivos.

El término ocupación refiere no solo al trabajo sino a toda actividad que hacemos durante el día (Getty Images)

-Para alcanzar una adecuada calidad de vida es indispensable, entre otros aspectos, organizar las diversas actividades en las que nos involucramos a diario favoreciendo así el alcance de un balance ocupacional.

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Éste concepto se refiere al equilibrio entre las distintas actividades que desarrollamos en el día a día. Cuando utilizamos el término ocupación, no nos referimos solamente trabajo o aquello que contribuye al desarrollo profesional sino a toda actividad que hacemos durante el día, que tiene un propósito y un significado para nuestra vida. Entonces, podemos pensar en grupos de ocupaciones.

“El primero de ellos se conforma por las actividades productivas, como el trabajo, el estudio y las tareas de voluntariado. El segundo grupo de actividades involucra a las de tiempo libre o recreación, las cuales a su vez pueden dividirse en dos subgrupos; actividades pasivas como ver una serie y actividades de recreación activa, que implican el movimiento del cuerpo como bailar, hacer un paseo, o viajar”, explicó a Infobae Carolina Oyola, Jefa del Departamento de Terapia Ocupacional y Recreacional de INECO, miembro de Ineco Organizaciones.

El tercer grupo de actividades, incluye al descanso y el sueño, en donde no solo contemplamos el tiempo que dedicamos a dormir, sino también a aquellos momentos del día en donde nos relajamos. En el último grupo, incluimos aquellas actividades obligatorias como la alimentación, el vestido, la higiene personal y todo lo que tenga que ver con el manejo del hogar como la realización de compras, la preparación de alimentos y la gestión financiera, entre otras.

“El equilibrio entre estos grupos de ocupaciones y el significado que cada persona le otorgue en su vida cotidiana nos permitirá el alcance del balance ocupacional”, agregó Oyola.

Los seres humanos debemos hacer ajustes en nuestra forma de actuar en la vida diaria con el objetivo de organizar de forma exitosa nuestras rutinas (Getty Images)

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Desde las neurociencias, podemos justificar la importancia del equilibrio ocupacional y, lógicamente, el impacto positivo que este tiene en la productividad laboral. Para alcanzar una adecuada calidad de vida es indispensable, entre otros aspectos, organizar en forma conveniente las diversas actividades en que nos involucramos en el diario vivir.

“Los seres humanos continuamente debemos hacer ajustes en nuestra forma de actuar en la vida diaria con objeto de organizar en forma más satisfactoria y exitosa nuestras rutinas, o sea, hay una continua adaptación. Si la adaptación es adecuada es posible obtener un equilibrio”, dijo la especialista de Ineco.

Para lograr el equilibrio ocupacional intervienen factores internos y externos que lo hacen un fenómeno complejo y que, por esta misma razón es dinámico y personal. Todo lo anterior hace que el equilibrio ocupacional sea inestable, por lo que continuamente las personas caemos en pequeños o grandes desequilibrios. “Lo importante es mantener el control sobre las diversas situaciones de la vida”, agregó

Ahora bien, sabemos que lograr una rutina equilibrada no es tarea sencilla. Significa cambiar nuestros hábitos, definir un plan de acción y apegarse a él, sin dejar de ser flexibles.

Tener organizadas nuestras tareas diarias, nos lleva a una tranquilidad en el trabajo, clave para ser productivosw y disfrutar de lo que hacemos

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Este plan, debe considerar nuestros gustos y estilo de vida, por ejemplo, hay quienes disfrutan de hacer actividad física para empezar el día y otros, en cambio, se sienten más activos durante la tarde.

Conocer nuestras preferencias nos ayudará a crear una rutina exitosa. Así entonces debo preguntarme, ¿disfruto de madrugar? ¿En qué momento del día tengo más energía? ¿Cuándo soy más productivo? Necesitamos conocer nuestros ritmos naturales y el nivel de energía durante el día y aprovechar esto para diseñar, alrededor de ellos, nuestra rutina.

Luego, debemos encontrar una motivación ¿Por qué el tener una rutina es importante para mi? ¿Cuáles son mis metas y prioridades y qué es lo que tengo qué hacer? Para seguir una rutina y estar motivados, necesitamos un propósito claro y determinar qué queremos lograr.

A continuación, ejercicios que se pueden realizar a diario.

Estos son solo algunos ejemplos. Decidir qué necesitamos para que nuestra rutina esté organizada y priorizar lo que es importante es una buena forma de comenzar. Una vez que armamos la lista de tareas, conocemos nuestro ritmo natural y hemos encontrado una motivación, debemos determinar el momento del día en que es posible realizar las actividades.

Luego de determinar la “rutina ideal”, escoja uno o dos hábitos o tareas que sean importantes para usted y comience a implementarlos. Empiece por pasos pequeños, es importante encontrar nuestro desafío justo, la propuesta debe ser lo suficientemente motivante para iniciarla, pero no demasiado difícil, así evitará rendirse.

Llevar un registro nos permite ver el progreso que estamos haciendo y es una señal visual que nos estimula a actuar. Una vez que tenga establecidas estas nuevas tareas en su rutina, comience a añadir otras poco a poco.

Tener una rutina puede traer muchos beneficios, pero es importante crear y diseñar una con la que nos sintamos satisfechos y que funcione para nosotros. Puede tomarnos un poco de tiempo, comience despacio, reflexione y ajustela de acuerdo con sus necesidades.

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