Hay miles de maratones en el mundo y no existe corredor alguno capaz de participar de todos ellos. Por eso hay que elegir y, para hacerlo, las variables también son muchas. Para conseguir a esos atletas, cada evento debe tener la inteligencia para llamar la atención y el profesionalismo para realizar eventos que valgan la pena correr y luego de hacerlo que sean recomendables.
El maratón del Lago Ness es el ejemplo perfecto de carrera mediana capaz de instalarse en el calendario con firmeza y convicción, ofreciendo algo que hace que valga la pena elegirla por encima de muchas otras.
Antes de pasar a los méritos de la carrera hay que empezar diciendo lo evidente, la carrera tiene como imán de marketing al misterio más grande de Escocia, uno de los personajes míticos más conocidos del mundo. El monstruo del Lago Ness, como se lo ha conocido desde hace siglos, cuando se originó la leyenda. En el siglo XX una famosa foto de la década del treinta llevó a Nessie -ese es su apodo- a convertirse en un verdadero furor que ha hecho peregrinar, desde entonces, a cientos de miles de turistas hasta el lago.
No es la función de esta nota poner en duda la veracidad de la existencia del monstruo, pero como maratonista enamorado de las grandes leyendas y la belleza de las altas tierras escocesas me resultó irresistible participar, al menos para conocer el lugar donde nació el mítico personaje.
No obstante, lo que hace la diferencia entre el Loch Ness and Festival of Running y otras competencias, tiene que ver con su organización y su calidad como carrera. La palabra festival es muy usada en Escocia para toda clase de eventos, incluyendo sus maratones.
Es la manera en la cuál se define el espíritu que anima a la carrera. Además del maratón hay una competencia de 10 Km, otra de 5 Km y una para niños. Al final todos juntos comparten los camiones con comida, los juegos y la alegría de la carrera completada.
El recorrido es lo más importante. La carrera larga en las afueras de Inverness y va bordeando el famoso Lago Ness hasta llegar al río para finalmente alcanzar el centro de la ciudad y terminar en el Bught Park donde se desarrollan todos los eventos posteriores.
Se trata de uno de los maratones más bellos de todo el mundo, con paisajes inolvidables, algo que hemos visto en películas y series, pero solo los lugareños han disfrutado en todo su esplendor. Un grupo de gaiteros animan la largada, en una emoción extra que se graba en la memoria. La altimetría es desafiante. Subidas y bajadas que necesitan estrategia y un buen entrenamiento. A pesar de la dificultad, cada uno de los 42 kilómetros y 195 metros vale la pena, sin excepción.
Un buen maratón también incluye la posibilidad de un buen viaje, una experiencia completa para justificar toda la experiencia. El maratón del Lago Ness cumple con creces con eso y le agrega una página web y una newsletter inteligente que mantiene a los suscriptores siempre tentados. En las preguntas frecuentes del sitio hay una simplemente encantadora. La pregunta es: “¿Voy a ver a Nessie?” La respuesta es: “Tal vez sí, tal vez no.”
Al hermoso maratón, la fantástica ciudad y la alegría de todo el evento, se le suma un gran sentido del humor.
El maratón del Lago Ness es una carrera local y a la vez un evento internacional, un equilibrio entre las carreras pequeñas y las grandes. En los últimos 100 metros de los 42Km 195mts hay un inflable gigante que emula al gran monstruo del Lago Ness. No es el verdadero, es solo un inflable. Al regresar a sus hogares, a todos los que estuvimos allí nos hacen la misma pregunta: ¿Pudiste ver a Nessie? La respuesta es muy sencilla: tal vez sí, tal vez no. Para saberlo hay que ir hasta allá y vivir la experiencia.
*Santiago García es maratonista, autor del libro “Correr para vivir, vivir para correr” y “Volver a correr”. Completó la Six World Marathon Majors dos veces. En Instagram: @sangarciacorre.
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