El concepto de “bienestar” esta conformado, generalmente, por dos aspectos: la salud mental y la física. Sin embargo, muchos le brindan mayor atención al cuerpo por sobre la mente. Es decir, que cuidan su alimentación, realizan ejercicio y están al día con las consultas médicas, pero su psiquis no se encuentra en “buen estado”. Con lo cual, las repercusiones son orgánicas, en muchos casos. De todas maneras, existen 6 límites que se deben imponer para preservar la salud mental.
Quién no se sintió, en algún momento, cansado físicamente. Fatigado, por ponerle una palabra de uso común. Si es físico, la mejor recomendación es descansar, recostarse, tomarse un tiempo libre donde el cuerpo vuelva a cargarse de energías. Ahora, cuando es la mente la que se encuentra agotada los mecanismos no son tan claros. Es más, incluso cómo llegamos a ese estado puede ser confuso para varios.
Para poder establecer barreras y no llegar a este estado, se pueden imponer límites que permitan que la salud mental está tan cuidada como la física. Como gran parte de las cosas en la vida, todo empieza en uno. Es escucharse a uno mismo. Y es desde ese lugar que se deben imponer estas barreras para que “el afuera” no nos afecte en nuestra emocionalidad y nos produzca sentimientos negativos.
“Nuestra salud emocional y los límites que nos ponemos a nosotros mismos están muy relacionados. En general, cuanto más claramente definidos están nuestros límites, más en paz nos sentimos mentalmente”, aseguró Nawal Mustafa, experta en salud psicológica y neurocientífica cognitiva, según recoge la revista GQ. Asimismo, la experta aseguró que “los límites son una forma de satisfacer nuestras necesidades, establecer expectativas realistas y enseñar a los demás cómo tratarnos”.
Incluso, advirtió que “son una forma de autocuidado y amor propio que nos permite proteger nuestra energía y salud psicológica”, por lo cual “para aprender a poner límites, el primer paso es tomar conciencia de los momentos en que uno se siente abrumado o mentalmente agotado”. “Identifica los momentos en los que necesitas más espacio, tiempo o autoestima”, agregó Mustafa.
Cuáles son los 6 límites que debes imponer para resguardar tu salud mental
Límites físicos
Pese a que puede ser obvio, establecer límites físicos es esencial para preservar nuestra salud mental. Pero no solo es espacio personal, sino también de todos los lugares que son de nuestra pertenencia. Es decir, definir de antemano si vas a rechazar que alguien, por ejemplo, ingrese a tu habitación; o que se acerquen sin tu permiso. Todos estas intrusiones o comportamientos pueden convertirse en una carga emocional.
Para poder frenar este comportamiento se pueden usar simples aclaraciones que no necesariamente pueden ser agresivas. “No me gusta que me toquen sin mi permiso, ¿puedes dejar de hacerlo?, no me apetece salir esta noche, pero gracias por tu oferta o me gustaría que me dejaras solo”, son algunas frases que pueden servirte a establecer esta barrera.
Límites emocionales
En este caso, de igual manera que ocurre con los límites físicos, se pueden establecer barreras emocionales. La mejor forma de realizarlo es diciendo tus necesidades, aunque es necesario que sea de forma clara para evitar confusiones o que “los otros” se ofendan.
Por ejemplo, cuando un amigo o un familiar decide tomarte por un psicólogo (sin malas intenciones) o te habla sobre un tema que te resulta incómodo y no quieres hacerlo, puedes aclararlo para evitar que esto afecte a tu salud mental. Algunas frases que puedes usar son: “No quiero hablar de esto ahora mismo, me encantaría ayudarte, pero ahora mismo tengo muchos problemas propios”, afirmó la experta.
Límites en la comunicación
Una forma de poner una barrera en la comunicación es evitando, exactamente, que se dirijan a ti de forma agresiva o intimidante. Estos límites se relacionan con la manera en que tu interlocutor se dirige a ti. Es por eso que la mejor recomendación es: detén los tono de voz, gestos, palabras, mirada o lenguaje corporal en general que sientas agresivos, intrusivos o incluso manipuladores.
Cuando percibas que se puede cruzar el límite de la discusión a la agresión, señálalo sin perder el control en la comunicación. Exprésate de igual a igual y dile que se está dejando llevar por las emociones. Por ejemplo, puedes decirle a tu interlocutor de forma clara: “Por favor, no me hables así o no tengo ganas de hablar de esto”.
Límites mentales
Cuando defines tus límites mentales, tener este aspecto claro te permitirá sentirte seguro sobre lo que analizas. Incluso, te darás cuenta que no es necesario opinar como los demás, siempre y cuando se refieran a debates y no conflictos. Pero eso no es todo, marcar estas barreras mentales provocará que el resto de las personas acepten de mejor manera tu singularidad y opiniones, sin llegar a juzgarte.
En el caso de que sientas que estas barreras pueden ser atravesadas, la experta recomendó como práctica aclararle al interlocutor, con simples frases, esta situación. “No pasa nada si no estamos de acuerdo o respeto tu opinión, aunque no esté de acuerdo contigo”, pueden ser argumentaciones valederas para que los otros depongan su comportamiento.
Límites de tiempo
Nada más importante que el tiempo, ese recurso finito que tenemos todos los mortales y que, tan valioso es, que te pagan por él cuando trabajas. Más allá de este aspecto económico, lo cierto es tu tiempo es tuyo y es necesario que reserves algo de él para ti. Muchas veces, robarte tiempo para brindárselo a amigos, conocidos o familiares solo te frustrará o agotará mentalmente.
Una vez que puedas establecer este límite y comprendas la importancia de tu tiempo, podrás poner esta barrera para el resto de los mortales, incluso tus seres queridos. Una forma de advertirlo es, por ejemplo, afirmar: “La próxima vez, ¿podrías avisarme si sabes que vas a llegar tarde? o lo siento, pero hoy no puedo ayudarte, tengo trabajo o podemos llamarnos, pero sólo tengo 15 minutos”.
Límites en las relaciones
En este aspecto, es muy importante que definas cómo quieres o permites que te traten los demás. Aunque puede parecer similar a los anteriores, cuando existe una relación es muy complicado poner un freno a aquello que perturba nuestra salud mental. Nuevamente, la comunicación es esencial para poder imponer esta barrera.
Por ejemplo, algunas preguntas que puedes usar, según señaló la experta, son: “Necesito unos minutos para calmarme, o ¿puedes expresar lo que quieres con claridad?, o no me gusta que cuentes mi vida privada a otras personas”.
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