En un año normal, a esta altura del partido, todos estarían hablando del Mundial de Fútbol pero, como se realizará en Qatar, hay que esperar unos meses más. Sin embargo, en la Argentina el fútbol es siempre noticia, y esta vez porque surgió una tendencia que atraviesa dos grandes pasiones nacionales: el fútbol y el vino.
Claro, no es la primera vez que el vino, y todo el mundo placentero que lo rodea, atrae a personajes de otras actividades. Incluyendo empresarios, actores, cantantes, celebridades y, claro está, deportistas, entre los que se destacan los futbolistas.
Por un lado, por el impacto que tienen gracias a que se trata del deporte más popular del país. Pero también porque hay un pequeño aluvión de jóvenes deportistas que buscan asegurar su futuro, y el de sus próximas generaciones, invirtiendo en cosas que también puedan disfrutar, más allá de su tranquilidad económica. Y ahí es donde el vino se posiciona como la nueva gran apuesta de muchos deportistas de alto rendimiento. Porque si bien es difícil que puedan consumirlo como cualquier amante del vino, por las dietas estrictas a las que viven sometidos, muchos encuentran el placer en pocas copas. Pero ven un futuro promisorio y más placentero para su retiro, en todas sus variantes.
Si es a partir de un viñedo, se sabe que invertir en tierra y agregarle valor es una apuesta segura. Si a eso se le suma una bodega, el retorno de la inversión será a más largo plazo, pero también está asegurado. Y si simplemente es con una o varias marcas de vino, el éxito no es muy difícil de alcanzar.
Lo más importante que deben tener en cuenta los jugadores es que, para usufructuar su imagen, el vino tiene que estar a la altura y superar las expectativas, primero de los fanáticos y luego de los demás consumidores. Y eso se puede hacer prescindiendo de viñedos y bodega, aunque se debe poner foco en la uva y en los procesos, estando cerca y no solo prestando el nombre o dejándose llevar por un atractivo plan de marketing. Porque en el vino como en el fútbol, para lograr los objetivos hay que entrenar mucho, y eso significa estar encima.
¿Hace falta saber de vinos para lograr buenos vinos? La respuesta es no, pero si hace falta rodearse de las personas indicadas, ya que el vino no se hace solo. Nace en la viña, es cierto, pero son los hombres y mujeres los únicos que pueden elaborarlo, respetando el carácter de la uva, del lugar, y también del ideólogo e impulsor del proyecto.
Este año, como nunca cantes, surgieron varios proyectos vitivinícolas que involucran a personajes del fútbol argentino, incluyendo al mejor jugador del mundo. Esto evidencia que el vino no solo implica un refugio seguro para generaciones futuras, sino que además brinda, como ninguna otra inversión, el placer del disfrute diario y la posibilidad de compartirlo. Y una vez que una marca de un vino se posiciona, ya nada la detendrá si se siguen haciendo bien las cosas, cosecha tras cosecha.
Los futbolistas que apuestan al vino
No son los primeros ni serán los últimos y, ciertamente, no están todos en el mismo nivel de desarrollo, pero a estos jugadores ya los une algo más que fútbol: el vino. Muchos de ellos compitieron o compiten dentro de las canchas, pero a partir de ahora también lo harán en las góndolas, en las vinotecas y en las cartas de restaurantes.
El más importante y, por ende, el vino más esperado será el de Lionel Messi. Hasta ahora se sabe que desde hace varios años el enólogo de Bodegas Bianchi, Silvio Alberto, viaja a Barcelona para degustar diferentes cortes junto al astro y su entorno una vez al año. Y al parecer todo empezará con un vino súper top para consumo personal de la familia y amigos, para luego convertirse en una línea de vinos de alta gama.
Seguramente Leo se inspiró en su excompañero del Barcelona Andrés Iniesta, quién en 2010 abrió las puertas de su bodega y hoy ya cuenta con 300 hectáreas de viñedos en el corazón de Manchuela (Albacete, España), y sus marcas Corazón Loco y Finca El Carril han conseguido ganarse el reconocimiento del gran público y de los expertos del mundo del vino.
Otro jugador de la selección argentina que apostó fuerte al vino es Lautaro Martínez, adquiriendo un viñedo viejo en una de las zonas tradicionales más codiciadas de Mendoza. Esto implica que la apuesta será muy importante, ya que esas viñas no solo están en producción, sino que además dan uvas muy pretendidas por las mejores bodegas, y por lo tanto es de esperarse que de su mano surjan grandes vinos.
Hablando de la selección, cabe destacar la flamante iniciativa de los campeones de 1986, que junto a Mendoza Vineyards presentaron dos vinos que llevan sus firmas y respaldo: La Final Malbec y Héroes Blend. El proyecto surgió en conjunto entre Oscar Ruggieri y Jorge del Valle, gerente comercial en Latinoamérica de la bodega, ya que ambos comparten una larga amistad y la pasión por el fútbol.
“Ruggeri nos dijo que quería hacer algo con todos los chicos del equipo, porque después del mundial nunca habían vuelto a hacer nada juntos”, recordó Denis Vicino, enóloga de Mendoza Vineyards y quien estuvo a cargo de la elaboración de los vinos. “Cuando nos enteramos nos entusiasmamos mucho y tuvimos un primer encuentro en Buenos Aires con Ricardo Giusti, Jorge Burruchaga, Nery Pumpido y Oscar Ruggeri”, agregó. Tras el envío de muestras, el plantel se decidió rápidamente por un Malbec y un ícono, y así nacieron ambos vinos. La Final, un 100% Malbec; y Héroes, un corte de uvas tintas conformado por 50% Cabernet Franc, 40% Cabernet Sauvignon y 10% Petit Verdot. Ambos son cosecha 2018, provenientes de Agrelo, Luján de Cuyo.
Sin dudas, el bodeguero-futbolista, y también exjugador de la selección, más destacado en el ámbito local es Nicolás Burdisso, quién junto a su mujer Belén Soler Valle compraron su primera finca en el Valle de Uco y crearon Vinos de Potrero. El sueño comenzó en 2010 apoyado en un concepto que liga al fútbol y al vino desde su esencia, la importancia del terroir y del potrero, porque cuanto más pobre sean, mejores serán los resultados. Ya que para concebir un vino de excelencia, la vid necesita de un terroir que desafíe al máximo su potencial, al igual que ocurre en la formación de un jugador de excelencia, que necesita de un potrero que de joven estimule sus virtudes y forje su talento.
Otra estrella de Boca Juniors que también brilló en la defensa y que ahora pretende hacer lo mismo con sus vinos, transmitiéndolo desde la etiqueta es Rolando “el flaco” Schiavi, quién lanzó en a fines de 2021 El Último Hombre, su propia línea de vinos. Compuesta por un Blend (65% Malbec, 25% Cabernet Sauvignon y 10% Cabernet Franc) y un Malbec 2018 de Paraje Altamira, en el Valle de Uco, elaborados por el joven enólogo Gonzalo Mazzotta.
La Brujita Verón y Franco Armani son otros dos exponentes reconocidos del fútbol nacional que tienen sus propias etiquetas de vinos, en estos casos elaborados en bodegas de San Rafael, en el Oasis sur mendocino.
Otro reciente lanzamiento vínico-futbolero lo tiene a Marcelo Gallardo, el DT de River como protagonista. El “Muñeco” eligió a Bodega Norton para lanzar su primer vino, “MG”, elaborado por el enólogo David Bonomi, destacado como uno de los referentes más reconocidos de la industria vitivinícola del país, este exclusivo vino lleva el sello indiscutible de la excelencia. Se trata de un exclusivo blend de Malbec, Cabernet Sauvignon y Merlot cosecha 2017, añejado 14 meses en barricas de roble francés.
“Hacer lo que uno ama. Siempre persiguiendo sueños”, es la frase que representa este proyecto y la que impulsó al DT del Millonario a unirse a la bodega para esta nueva creación. “Mi filosofía de vida siempre estuvo regida por la tenacidad, dedicación, intensidad y pasión, y este vino es un reflejo de todas esas características” afirmó Gallardo. Esta edición de solo 14.000 botellas, lleva el nombre 0912, en honor a la emblemática fecha para River del 9 de diciembre de 2018, cuando obtuvo la Copa Libertadores frente a Boca Juniors en Madrid.
Claro que también hay equipos de fútbol con sus vinos y seguramente la lista de nombres propios se irá agrandando a medida que estas etiquetas trasciendan en los diferentes mercados del mundo donde estos jugadores dejaron huella, siempre y cuando los vinos estén a la altura de las circunstancias, siendo otra forma de recordarlos con placer y alegría.
Más allá del fútbol
En Argentina como en el mundo, el placer del mundo del vino contagió a deportistas más allá del fútbol, y uno de los primeros fue el basquetbolista de la generación dorada Fabricio Oberto, quién acertó primero. Un poco obligado por su retiro temprano de las canchas, pero también por su visión, ya que entendió que en Texas el vino argentino era muy bien apreciado y algo podía hacer aprovechando su paso por San Antonio Spurs y también la fama de su gran amigo Manu Ginobili. El basquetbolista se asoció primero con el enólogo Juan Longo en su bodega Nueva Esperanza en Tinogasta, Catamarca, donde lleva varios años produciendo vinos. Y hace poco lanzó una nueva línea; los Old Wines cuyas iniciales remiten al apellido de los cuatro integrantes del nuevo proyecto: Oberto, Longo y los hermanos Durigutti. Se trata de blends bien distintos en sus personalidades a base de tres uvas: Malbec, Cabernet Sauvignon, y Cabernet Franc, todos provenientes de Las Compuertas en Luján de Cuyo.
El “glamour” del vino también llegó al rugby hace algunas cosechas con “2456″, el proyecto vitivinícola de los ex Pumas Eusebio Guiñazú, Pato Albacete, “Manucho” Carizza y Julio Farías. ¿El denominador común? Todos los vinos son elaborados por la bodega que dirige Guiñazú, ubicada en el Valle de Uco, en Mendoza. La marca de los ex Pumas está conformada por un espumante (de la mano de Pepe Reginato), un Blend 2019, un Malbec 2019 y un Malbec Gran Reserva 2018, elaborados por el enólogo Gonzalo Mazzotta.
Por último, hay otros jugadores de selección que aprovecharon su buen momento en Europa y pensaron en su futuro apostando al vino. Los Leones Lucas Martínez y Tomas Santiago son jugadores de hockey sobre césped y comparten un largo camino en las canchas desde que jugaban en el seleccionado argentino sub 21.
Además de seguir compartiendo la celeste y blanca, comparten una nueva pasión, que es el vino. A través de los años, ambos han representado a la Argentina en diferentes torneos (Juegos Olímpicos, Mundiales y Panamericanos), como así también han jugado en diferentes clubes de primer nivel en Europa.
Lucas actualmente se desempeña en el Dragons y Tomas en el Gantoise, ambos equipos de Bélgica, donde la cultura del vino empieza a ser tan importante como la de la cerveza. Cuentan ellos que durante las concentraciones con la selección y después de muchas charlas decidieron cumplir su deseo de llevar un poco de argentinidad a Europa y así apostaron a un buen Malbec argentino.
Tras un par de años de arduo trabajo de campo y aprendizaje en el mundo del vino, comenzaron a exportar vinos de calidad. Y entre las etiquetas que ya venden en Bélgica y los Países Bajos está “El oportunista”, la cual los inspiró a crear su propia línea de vinos que pronto saldrá a la venta también en la Argentina.
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