Para muchos, realizar actividad física regular es una obligación, una tarea tediosa que debe soportarse para conseguir logros físicos o de salud. Si bien estar en movimiento acarrea múltiples beneficios como mayor agilidad, mejor control del peso y un mejor estado corporal general, para algunas personas el entrenamiento es un desafío cuesta arriba.
Entonces, para romper la barrera del aburrimiento, es necesario entrenar también al cerebro. Algunas estrategias mentales pueden convertir a la actividad física en uno de los momentos más placenteros del día.
El cerebro también se entrena
Una nueva investigación publicada en la revista especializada Medicine & Science in Sports & Exercise, examinó en profundidad la actividad cerebral durante el ejercicio, con el fin de comprender el vínculo entre el placer o displacer, la mente y el entrenamiento. El estudio sugirió que cualquier persona, incluso aquellas reacias al entrenamiento físico, puede cambiar sus patrones de pensamiento y con perseverancia, se puede terminar disfrutando de los deportes. Empezar, no abandonar, y ser constante es fundamental para que esto ocurra.
El equipo científico de la Universidad de Turku en Finlandia trabajó con 64 voluntarios que, tras sesiones intensas de entrenamiento de spinning, completaron cuestionarios sobre sus sentimientos y actitudes respecto al ejercicio y también se sometieron a escaneos para evaluar los cambios en su actividad cerebral durante los ejercicios.
Los investigadores estudiaron la función de los receptores cerebrales que responden a la presencia de analgésicos naturales (opiáceos endógenos) producidos por el propio cuerpo y que juegan un papel importante en la respuesta al dolor, manteniendo la motivación y regulando emociones como el estrés y la ansiedad.
Los investigadores señalaron que los receptores opioides centrales (MOR, por sus siglas en inglés) modulan las respuestas afectivas al ejercicio físico. “Las personas con mayor capacidad aeróbica reportaron mejoras en el estado de ánimo inducidas por el ejercicio que aquellas con menor condición física”, apuntaron en su informe.
Según este estudio es posible “programar al cerebro”, ya que cuanto más se persiste en el ejercicio físico, mejor es la actividad de los receptores opioides cerebrales. Por eso, hasta para quienes el entrenamiento es tedioso, obligarse al principio para disfrutar más adelante, puede ser la regla.
“Si no disfrutas del ejercicio, no significa que estés haciendo algo mal. Podría ser que tu cerebro esté construido de esa manera”, dijo la doctora Tina Snyuki, experta en neurociencias de la Universidad Turku. Otra conclusión importante del estudio es que la actitud frente al ejercicio físico no es un hecho consumado y puede cambiar, con perseverancia y actividad regular.
Esto significa que, así como el cuerpo se acostumbra al entrenamiento y empieza a cansarse menos, también el cerebro poco a poco comienza a acostumbrarse e incluso a disfrutar el ejercicio.
2 - Música inspiradora
La ciencia lleva muchos años estudiando los efectos beneficiosos de la música en el cerebro. La musicoterapia se aplica en varias ramas de la medicina para tratar dolencias físicas y psíquicas. En el caso del deporte, lo inspirador no sólo se encuentra en las letras rítmicas y motivadoras, sumergirse en la melodía también distrae y por eso hace más liviano el esfuerzo físico durante el entrenamiento.
Elegir la música adecuada para un entrenamiento puede ser tan importante como elegir la lista de reproducción acertada para una fiesta o celebración. La música fuerte también aumenta la “excitación fisiológica”, lo que conduce a un ritmo cardíaco más rápido que oxigenará mejor los músculos, según una investigación de la Universidad Brunel en Londres.
El estudio dirigido por el profesor de Fisología del Deporte en la Universidad de Brunel Costas Karageorghis mostró que las personas sincronizan naturalmente el movimiento del cuerpo con el ritmo musical.
Los científicos británicos concluyeron que una playlist cuidadosamente seleccionada puede reducir un 12% las percepciones de esfuerzo, mejorar 7% la eficiencia del movimiento y aumentar la resistencia hasta en un 15 %.
El poder de la imaginación
Recurrir a las imágenes mentales para visualizar el entrenamiento y los resultados de la actividad física es un gran recurso para empezar a disfrutar del entremaniento,
Un reciente estudio de investigadores italianos, demostró que las personas que se imaginan a sí mismas practicando deportes o alguna actividad física puede mejorar su rendimiento personal. La investigación destacó que la capacidad de visualización está estrechamente relacionada con la percepción visual y es determinante en el aprendizaje, la memoria y los procesos motores.
Uno de los ejemplos más notorios es el nadador estadounidense Michael Phelps, para quien cada competencia deportiva puede visualizarse previamente en detalle. “Puedo ver el comienzo, los trazos, las paredes, los giros, el final, la estrategia, todo”, escribió en su autobiografía No Limits.
Otros estudios también dan cuenta del uso de imágenes mentales para mejorar la precisión de los movimientos e incluso la fuerza general. Imaginar y recrear mentalmente el entrenamiento de pilates, running, spinnig o cross fit resulta tan beneficioso como mirar videos de cada una de las actividades. De esta manera, el cerebro se familiariza y conecta con la experiencia física aún antes de empezar a entrenar.
“Las imágenes mentales tienen un efecto beneficioso en una variedad de resultados de rendimiento en el deporte, desde una mayor fuerza hasta una mejor precisión en el saque en el tenis”, señalaron los investigadores en su estudio, y agregaron: “El entrenamiento mental basado en imágenes es beneficioso sin distinguir entre deportistas principiantes, intermedios y o élite”.
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