Tras dos años de pandemia, cuidados excesivos y una especial atención a la salud, el mundo parece superar el coronavirus. Sin embargo, continuamente se desarrollan otros virus que afectan a las poblaciones y obligan a una prudencia extrema. Hace unas semanas fueron los casos de hepatitis, después la viruela del mono y así llega el caso de la cepa hantavirus Andes, la cual se contagia al estar en contacto con animales. El riesgo es que produce la mayor tasa de mortalidad en humanos en el país y se transmite de persona a persona.
Según un estudio de la UBA, que analiza en detalle la propagación de la enfermedad considerando la población humana, la de roedores y sus interacciones, la misma circula en la región andino-patagónica.
Las alarmas aumentan ya que, según el informe, en el país existen once cepas de este virus, de las cuales nueve están asociadas a la enfermedad en humanos.
Si bien todo el país se encuentra en alerta, Jujuy ya registró unos 49 casos sospechosos, según informó el medio local El Tribuno. Tras los informes de la Dirección de Sanidad del Ministerio de Salud de la Provincia, hasta la semana 18, se logró confirmar tres casos positivos de esta enfermedad. Por esta razón, en la región se estableció como Unidad Centinela de Hantavirus el hospital “San Miguel” de Yuto.
La atención también esta puesta en las variedades de la cepa. En el 2021, la tipificación de los 10 casos confirmados de hantavirus, en dos de las muestras enviadas para estudios de biología molecular realizados en Inevh “Dr. Julio Maiztegui”, se detectó el genotipo Orán; en cuanto al 2022, hasta la semana 18, en dos de las muestras derivadas se encontró el genotipo Orán y Laguna Negra.
¿Cómo se contagia?
Se trata de una enfermedad viral, infecciosa, global, causada por el virus que lleva el mismo nombre y para que se produzca la infección es necesario el contacto con una especie animal, generalmente silvestre, que funcione de reservorio natural del virus, con tasas de mortalidad en caso de contagios de hasta el 47%.
La investigadora de la Facultad de Agronomía de esa universidad, Karina Hodara, estudió la transmisión en la región y puso énfasis en la relación entre las poblaciones de humanos y las del roedor conocido como ‘colilargo’.
Según el portal especializado Sobre la Tierra, la profesional Hodara señaló que el panorama del hantavirus es “más complejo” en América que en Europa o Asia.
“En América hay 40 cepas virales distintas en circulación, de las cuales 11 están continuamente moviéndose en la Argentina, distribuidas en cuatro regiones endémicas bien definidas, de las cuales nueves se asociaron a la enfermedad en humanos”, precisó la investigadora.
El modelo incluyó 27 procesos y logró estimar 30 parámetros poblacionales, incluyendo las tasas de natalidad y mortalidad, y las tasas de inmigración y emigración, entre muchas otras.
En ese sentido, uno de los aspectos relevantes del trabajo fue la inclusión de las tasas migratorias, ya que se consideró fundamental para entender por qué la endemia persiste en la región. Así se llegó a la conclusión de que se debe a que la cantidad de individuos infectados que ingresan a la región “es mayor que la cantidad que emigra”.
La investigadora de la FAUBA destacó que este estudio es “extrapolable a cualquier cepa viral que circule en cualquier región endémica del continente americano”. Pero tras poner el foco en la Región Andino Patagónica, la especialista precisó que para que una persona adquiera el hantavirus desde un roedor, es necesario que entre en contacto con al menos 26 roedores infectados, mientras que para el contagio entre roedores es necesario el contacto con 12 roedores infectados.
En este sentido, la investigadora recomendó mantener el orden y la limpieza de las áreas domiciliarias y peri-domiciliarias de las viviendas peri-urbanas y rurales, cortar el pasto con frecuencia y la detección de señales ambientales como la floración masiva de la caña colihue.
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