Se estima que más de cuatro millones de argentinos tienen algún grado de Enfermedad Renal Crónica (ERC) y la mayoría de ellos no conoce su condición. A pesar de que se puede detectar con un simple análisis de sangre u orina, generalmente se llega al diagnóstico cuando los riñones ya perdieron gran parte de su capacidad de funcionar y con menor chance de tomar medidas terapéuticas.
Los riñones no son más grandes que un puño, pero cumplen un silencioso rol vital desde el comienzo de la vida: en menos de una hora filtran toda la sangre del cuerpo, eliminando a través de la orina los desechos, toxinas y exceso de líquidos. También ayudan a controlar la presión arterial, estimulan la producción de glóbulos rojos y mantienen los huesos sanos.
La evolución de esta enfermedad suele ser asintomática, lo que atenta contra su detección temprana, que es cuando se puede evitar gran parte de las complicaciones graves como el desarrollo de enfermedad cardiovascular, la necesidad de diálisis o de un trasplante renal. “La mayoría de los pacientes con enfermedad renal suelen no ser reconocidos en el primer nivel de atención, sino que reciben el diagnóstico una vez que son derivados a un especialista y cuando el daño ya está instalado”, advierte el doctor Augusto Vallejos (MN 89023), coordinador del Programa de Abordaje Integral de Enfermedades Renales.
Esta situación no es exclusiva de la Argentina, sino que se trata de un problema sanitario global y creciente. Es por ello que desde el año 2006, la Sociedad Internacional de Nefrología y la Federación Internacional de Fundaciones del Riñón impulsan anualmente el Día Mundial del Riñón para generar conciencia sobre la importancia de los riñones. Este año, bajo el lema “Salud Renal para Todos - Cerremos la brecha del conocimiento para una mejor atención de la enfermedad renal”, la iniciativa busca llamar la atención acerca del persistente desconocimiento sobre esta patología, tanto entre pacientes como entre el personal de salud.
“Se están haciendo esfuerzos en la capacitación del primer nivel de atención con cursos específicos y mejorando el acceso a los métodos diagnósticos, generando documentos para mejorar la calidad de atención y desarrollando un programa de Telenefrología Federal con el fin de facilitar la consulta del médico de cercanía al especialista”, explicó el doctor Vallejos.
Asimismo, para mejorar la detección temprana y el diagnóstico de la enfermedad renal en el país, varias sociedades científicas en Argentina, tanto de nefrología como de bioquímica, establecieron un consenso que fija parámetros claros y estandarizados para evaluar el funcionamiento de los riñones. En este sentido, el doctor Guillermo Rosa Diez (MN 80459), nefrólogo y presidente de la Sociedad Argentina de Nefrología, explicó que, entre otras cuestiones, se acordó cuál es la mejor ecuación para determinar el Filtrado Glomerular (FG), considerado el mejor índice para evaluar la función renal en la práctica clínica.
No obstante, es crucial que sean los propios pacientes quienes soliciten a sus médicos conocer el estado de su función renal. “Cuando reciban la orden de un análisis completo de laboratorio es la oportunidad para realizar la medición de creatinina en sangre y un examen de orina completa, ambos estudios son muy sencillos y de bajo costo, pero muy importantes. Tener un valor de creatinina en sangre elevado es un indicador para ERC tan importante como lo es el índice glucémico para la diabetes o el colesterol para la enfermedad cardiovascular”, consideró el doctor Rosa Diez.
Asimismo, remarcó que hoy los pacientes son derivados tardíamente al nefrólogo por lo que es necesario una derivación oportuna al especialista del riñón, ya que esto permite un diagnóstico adecuado, así como medidas para retrasar la progresión de la enfermedad renal crónica.
Algunos de los síntomas de la enfermedad renal avanzada pueden incluir:
· Náuseas, vómitos o pérdida de apetito
· Cambios en la cantidad de orina
· Problemas de sueño y disminución de la agudeza mental
· Fatiga, debilidad, sacudidas y calambres musculares
· Hinchazón de pies y tobillos
· Picazón constante
· Dolor en el pecho y falta de aire
· Hipertensión difícil de controlar
Los grupos más afectados por la ERC son los adultos mayores y también quienes tienen hipertensión arterial y diabetes. En tal sentido, es de vital importancia que tomen conciencia de la importancia de cuidar a este órgano vital, porque un control a tiempo hace la diferencia.
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