Azúcar oculta en alimentos: ¿cómo identificarla para reducir su impacto en la salud?

Más de la mitad de los productos contienen azúcar, que está presente en productos impensados como, por ejemplo, pastas de dientes, pan de molde y aderezos. La importancia de reconocerlos

Según estudios recientes, en la Argentina consumimos 114 gramos de azúcar diarios por habitante, el triple de lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que va de 25 y 50 gramos. Este exceso contribuye al crecimiento de la obesidad y las enfermedades crónicas no transmisibles (como la diabetes, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y enfermedades cerebrovasculares), que son la primera causa de muerte en el país.

¿Sabías que el 80% del azúcar que consumimos lo hacemos casi sin darnos cuenta? El problema está en aquellos alimentos que desconocemos que tienen tanta azúcar oculta.

La Organización Mundial de la Salud recomienda disminuir el consumo de azúcar a menos de un 10% total de la ingesta, lo que equivale aproximadamente en una dieta promedio de un adulto a 25 gramos, o alrededor de seis cucharaditas.

Ahora ¿cómo hacemos para saber cuáles son esos alimentos que contienen tanta azúcar oculta? Primero y lo más importante es que aprendas a leer las etiquetas, es un tema que se está trabajando. Aunque son difíciles de entender o de comprender, y la letra es chiquita pero te voy a dejar algunos tips para que tengas en cuenta y puedas reconocerlo de forma rápida.

El azúcar está presente en productos impensados como por ejemplo pastas de dientes, pan de molde, salsas y aderezos, entre otros (Reuters)

El azúcar puede venir con el nombre de azúcar, sacarosa, maltodextrina, jarabe de maíz de alta fructosa, miel, syrup, sirope, jarabe de maíz. Como se ve, tiene diferentes nombres y algunos de los productos que pueden llegar a contenerla y que ni siquiera lo sospechamos son por ejemplo: el pan y las galletitas integrales, algunos batidos de dieta, las aguas saborizadas, los jugos, los cereales de desayuno, los aderezos como el ketchup y también la mostaza.

Hay un montón más pero lo importante es que no te obsesiones y los elimines totalmente de tu dieta sino que tengas la información necesaria para que vos tomes las mejores decisiones de qué y cuánto querés comer.

La pandemia del coronavirus agravó aún más la pandemia de la obesidad y la inseguridad alimentaria, tanto a nivel mundial como en la Argentina, asociada a menor poder adquisitivo, estrés, ansiedad, desorden y sedentarismo. Esto indica un reciente informe presentado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ONUAA, o más conocida como FAO, “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2021. Transformación de los sistemas alimentarios en aras de la seguridad alimentaria, una mejor nutrición y dietas asequibles y saludables para todos”. Según la bibliografía, ambas pandemias se potencian entre sí en un círculo vicioso, dado que el virus golpea más fuerte la realidad de los sectores más vulnerables, ahondando las desigualdades económicas, empeorando la calidad de la alimentación y, de este modo, aumentando el riesgo sanitario.

El 80% del azúcar que consumimos lo hacemos casi sin darnos cuenta (Getty)

Incluso para quienes mantienen un peso saludable, el exceso de azúcar puede provocar problemas de salud graves. Los riesgos pueden ser especialmente peligrosos para los adultos mayores. “Demasiada azúcar en las dietas de los adultos mayores contribuye a todos los componentes de la fragilidad”, un síndrome que se manifiesta como una reducción de la fuerza y la función física, manifestó Frank Hu, presidente del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard en Boston.

Un estudio de 2020 publicado en la revista PLOS Medicine que involucró a 70.000 mujeres mayores de 60 años encontró que aquellas que tomaban más de dos bebidas azucaradas al día tenían un 32% más de probabilidades de volverse frágiles que las que no lo hacían.

Intentar llegar al nivel recomendado de azúcar de golpe puede resultar frustrante y generar que se abandone el intento. Pero es posible seguir un plan progresivo de reducción de la ingesta de azúcar sin que signifique dejar de darse un gusto.

*Romina Pereiro es licenciada en nutrición MN 7722

Video: Gastón Taylor y Alejandro Beltrame /Edición de video: Rocío Klipphan/ Producción: Macarena Sanchez

SEGUIR LEYENDO