La sustentabilidad y la ecología son parte de nuestro nuevo ecosistema. Cada vez más nuevas industrias se suman a esta tendencia que abarca desde la moda hasta la propia gastronomía. Y ahí es donde los vinos ganan cada vez más terreno. Si bien en nuestro país el consumo interno de productos orgánicos certificados aún es bajo (menor del 1%), en los últimos años creció en línea con la tendencia mundial de elegir productos cada vez más saludables y en armonía con el medio ambiente.
Algunos números sobre el mercado del vino orgánico argentino para tener en cuenta: en 2018 la vid representó el 13% de los cultivos industriales orgánicos, detrás de la caña de azúcar (68%) y los olivos (15%). La producción total de vinos orgánicos en el país durante el 2018 representó 6.398.260 litros. Al igual que los vinos convencionales, la mayor parte de la producción es de vinos Malbec.
Mendoza es la provincia que cuenta con mayor superficie de cultivos de vid orgánica certificada. El consumo interno total de vinos orgánicos en 2018 fue de 2.970 litros, lo que representa sólo un 0,05% sobre el total.
En este contexto, en medio del boom de la cerveza artesanal, ahora esta bebida tiene una versión orgánica. Se trata de Sendero Sur, la primera cerveza orgánica certificada de Argentina. Cerveza Patagonia anunció el regreso de esta cerveza, la primera cerveza orgánica del país certificada por ArgenCert. Tras presentarse como edición limitada en 2020, llegando sólo a algunos puntos del país, esta variedad tendrá ahora alcance nacional.
Para elaborar esta cerveza, un producto pionero en Argentina, se certificaron como orgánicos todos los eslabones de los procesos de producción: desde el cultivo de la cebada en el campo, pasando por el malteado de la misma hasta la elaboración de la cerveza.
Luego de la presentación de la variedad en 2020, se continuó trabajando junto a diferentes productores certificados orgánicos para lograr ampliar las hectáreas sembradas de cebada orgánica y, de ese modo, poder aumentar la producción de Sendero Sur, que será parte del porfolio estable de la marca.
“Esta cerveza es una variedad que abrió un camino nuevo para la cerveza a nivel local. Gracias al trabajo que continuamos haciendo junto a productores locales, pudimos disponer de mayor cantidad de materia prima certificada, y así lograr una tirada nacional que pueda ser parte del portfolio estable de la marca para que los seguidores de la marca puedan disfrutarla en todo el país, todo el año”, explicó Giannina Galanti Podestá, directora de la marca.
A través de la venta de esta variedad se colabora con la preservación del Parque Municipal Llao Llao y la Isla Victoria ubicada en el Parque Nacional Nahuel Huapi, áreas protegidas de San Carlos de Bariloche y sus alrededores.
Esta cerveza es una Ale con maqui, un fruto autóctono de la Patagonia. Tiene un amargor medio, que equilibra la suave maltosidad propia de la malta Pilsen orgánica con el ligero aroma cítrico y afrutado del lúpulo Upsala (que recuerda a la cáscara de pomelo), una variedad de lúpulo exclusiva de la marca. El agregado de maqui aporta un final ligeramente seco y ácido que termina de dar personalidad a esta cerveza. Es una variedad de color dorado claro.
“Es ideal para maridar con tartas de vegetales, ensaladas y platos fríos porque es una cerveza es liviana y fácil de tomar, con un aroma distintivo y un sabor ligeramente ácido. También puede acompañarse con pastas con salsas herbales. Para el postre se puede elegir ensalada de frutas o platos bien ligeros”, recomendaron desde el área de Conocimiento de la marca.
El recorrido de esta cerveza comenzó en los campos de cebada de productores argentinos, que luego de un proceso de más de tres años de cuidado y manejo de sus tierras, certificaron su cultivo como orgánico, cumpliendo la Normativa Orgánica Argentina.
Luego la cebada pasó por un proceso de malteado para poder obtener la malta de cebada orgánica que es utilizada finalmente para elaborar la primera cerveza orgánica del país. Ambos establecimientos, tanto la Maltería donde se obtuvo la malta orgánica, como la Cervecería donde se elaboró la cerveza, fueron certificadas por ArgenCert, una de las cuatro certificadoras nacionales habilitadas por SENASA para certificar productos orgánicos.
Toda la cadena productiva es estrictamente controlada, con procesos y cuidados que permiten conservar la condición orgánica de la cerveza desde el campo hasta la lata, permitiendo así una rigurosa trazabilidad del producto.
Vinos Orgánicos
Cada vez son más las bodegas que se suman al compromiso y el desafío del máximo cuidado de sus tierras, basados en dos pilares fundamentales: el cuidado de la biodiversidad y fertilidad del suelo, así como también de cada uno de los trabajadores de dichas tierras. En todo el proceso orgánico, no se utilizan pesticidas, herbicidas, ni fertilizantes agroquímicos. Sino que se trata de un trabajo continuo de prevención con productos naturales y biodegradables.
Además del cuidado de la vid en todo su proceso de madurez, la producción orgánica se extiende también a las bodegas, las cuales deben garantizar el máximo cuidado sin posibilidad de cruzamiento con vinos elaborados bajo métodos convencionales.
“Los vinos orgánicos son una decisión pensada desde la semilla de la vid hasta el producto embotellado. Todo su proceso responde a la idea fiel de cuidar el medio donde vivimos”, explica Juan Pino, Licenciado en Ciencias Ambientales y cofundador de VIOS.
Los vinos orgánicos tiene su propio lugar de encuentro. Se trata de la Feria de Vinos Orgánicos y Sustentables 2019. Esta fue la última edición antes de la pandemia. Con nuevas bodegas y en formato XL, se llevó a cabo por sexto año consecutivo el único evento que reúne a los productores locales más comprometidos con el medio ambiente.
Allí se dio a conocer las propuestas de más de 20 bodegas emplazadas en las regiones vitivinícolas más importantes del país. Además de las bodegas que acompañan la feria cada año, esta sexta edición sumó nuevas bodegas que apostaron por el cuidado del medio ambiente y presentarán sus productos certificados por primera vez en Feria de Vinos Orgánicos y Sustentables.
Las bodegas que estuvieron presentes son: Alto Abaukan, Ánimal Organic Vineyard, Cabernet de Los Andes, Chakana, Don Vega, Domaine Bousquet, Finca Dinamia, Finca la Gloria, Jasmine Monet, Llama Negra, Bodegas Molina, Picum, Siesta en el Tahuán, Stella Crinita, Vinecol, Vinos de Luz, Villa Mercedes, entre otras.
Ahora bien, ¿por qué ganan cada vez más terreno las bebidas orgánicas? “La generación que está viniendo les exige cada vez más un compromiso a todas las empresas con la sustentabilidad, del lugar que sea, más allá del producto que tienen. Toda esta nueva generación es mucho más consciente de lo que es la generación anterior. Por eso es que tienen futuro este tipo de bebidas, este tipo de proyectos que ofrecen más que su producto en sí. Ofrecen un compromiso y una alternativa sustentable. Esta generación valora eso, y está dispuesta muchas veces a pagar un poco más por ese compromiso que tiene la marca”, dice a Infobae Pancho Barreiro, periodista y cofundador de la primera Feria de Vinos Orgánicos de Argentina, recomendó a Infobae estos tres vinos orgánicos.
Tres vinos orgánicos para tener en cuenta
Nuna Tetrada de Bodega Chakana. Se trata de un blend de Tannat (43%), Cabernet Franc (34%), Malbec (21%) y Syrah (2%) de su finca Nuna en Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza. Un vino con mucha personalidad de un corte poco tradicional, lo que lo hace un vino único.
Animal Organic Malbec. Fundada por Ernesto Catena, Bodega Ánimal es una de las pioneras en elaborar vinos orgánicos de alta gama. Su Malbec ofrece todas las características típicas del varietal, con una entrada muy fácil en boca.
Domaine Bousquet Premium Rosé: Es una de las bodegas orgánicas más grandes de Argentina. Su nuevo rosé tiene un estilo bien francés, con una base de 50% Pinot Noir, un 30% de tempranillo y el restante 20% se divide en partes iguales entre Pinot Gris y Viognier. Un rosado elegante, fácil de beber y agradable final.
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