El mundo y la industria del vino apuestan cada vez más a hacer del consumo del vino una propuesta integral que no sólo pasa por una exquisita copa de vino, también incluye catas, locales gastronómicos, vinerías y hasta bodegas que ofrecen alojamientos de lujo. Hace pocos días, una bodega argentina fue elegida como la mejor del mundo entre 1500 viñedos de todo el mundo. En la lista también se destacaron 6 establecimientos chilenos.
En ese camino, la Ciudad de Buenos Aires aspira a convertirse en el km 0 de la ruta del vino en el país y para lograr ese objetivo, se lanzó un Distrito del Vino, concebido como un nuevo polo socio-cultural de la ciudad.
La zona elegida se encuentra ubicada en la Comuna 11 y se extiende a lo largo de diez calles y dos avenidas principales de tres barrios porteños: Villa Devoto, Villa del Parque y Paternal. Abarca el polígono comprendido por las calles 12 de octubre, Espinosa, Biarritz, av. San Martín, Carlos Antonio López, av. General Paz, Cervantes, Tinogasta, Emilio Lamarca, Ricardo Gutiérrez, Alfredo R. Bufano, Terrero, en ambas aceras.
El área fue especialmente seleccionada ya que forma parte del desarrollo histórico de la industria vitivinícola en la Ciudad, ya que, en 1887, la inauguración de la Estación La Paternal; del entonces Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, hoy tren San Martín; posibilitó la llegada del vino a granel. Y esto marcó la consolidación de la industria, que vivió un gran auge hasta la década del 30´.
A metros de las líneas ferroviarias, se instalaron importantes establecimientos y embotelladoras de vinos, que luego de la Ley de Envasado en Origen, promulgada en 1984, terminaron bajando las persianas. La Federación de Empleados Vitivinícolas permanece hoy sobre la Avenida Warnes al 1800.
En los años siguientes a la inauguración de la estación, se instalaron importantes establecimientos como Giol, Crespi, Gargantini, Arizu y Escorihuela, en las cercanías a las estaciones. Hoy, muchos de esos edificios siguen en pie y pueden ser los cimientos de nuevos proyectos dedicados a promover la cultura de la bebida nacional.
La iniciativa propone que dentro del Distrito se instalen oficinas o espacios temáticos de bodegas de las diferentes regiones del país, algunas de las cuales contarán con cavas de vinos y centros de degustación. Además, se planea crear una Escuela del Vino, que ofrecerá carreras relacionadas con la industria y capacitaciones, y hasta algunas distribuidoras con retail en la calle.
Próximamente se podrán encontrar en el Distrito del Vino wine bars, vinotecas y vinerías. También nuevos restaurantes y emprendimientos gastronómicos con foco en el vino. Diversos comercios de venta minorista y centros de formación y capacitación profesional relativos a la industria. Habrá zonas de esparcimiento y espacios creados para degustaciones y exposiciones de vino, y también se prevé la creación del Museo del Vino.
El proyecto incluye espacios verdes con intervenciones sobre la historia del vino y del oliva, la propuesta fue aprobada el 2 de septiembre por la Legislatura porteña, y permitirá impulsar la economía del área comprendida por los barrios de Villa Devoto, Villa del Parque y La Paternal. Se espera que se concreten en el nuevo distrito unos 30 proyectos relacionados con la industria con una inversión neta de 1.200 millones de pesos. Las empresas que quieran formar parte podrán acceder a beneficios impositivos, como un pago a cuenta sobre el impuesto a los Ingresos Brutos de hasta un 70% de la inversión inicial.
Así, en un futuro próximo, los turistas que lleguen al país atraídos por el vino, tendrán en Buenos Aires diversos espacios temáticos dedicados a mostrar los diferentes terruños y los variados estilos de vinos que se elaboran en el país, donde seguramente el Malbec tendrá un gran protagonismo por ser la variedad emblema.
La idea es ofrecer a los viajeros un puerta de entrada y luego seguir el camino del vino por las rutas argentinas: un viaje que puede llevarlos hasta el noroeste argentino, con sus imponentes viñedos en los Altos Valles Calchaquíes y La Quebrada de Humahuaca; o a la región de Cuyo, con sus paisajes únicos coronados por los Andes y cientos de bodegas para visitar; o a la Patagonia más extrema.
SEGUIR LEYENDO: