Para los argentinos, tener salud y un buen trabajo es más importante que el amor para una vida plena

En una encuesta sobre planificación familiar se preguntó acerca de los aspectos considerados esenciales. Qué es lo que más y menos valoran los argentinos

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"La pandemia nos recordó que
"La pandemia nos recordó que tener una situación de salud normal debe ser nuestra prioridad a nivel comunitario y personal" (Getty)

Nueve de cada 10 argentinos consideran que tener salud es uno de los aspectos más fundamentales para vivir una vida plena. Le siguieron en importancia el poder tener un trabajo o una carrera profesional que le guste (72%) y el estudiar y tener un título universitario (55%). En el otro extremo, el estar en una relación de amor comprometida (27%) y estar casado (53%) resultan poco importantes para vivir una vida plena.

Así quedó demostrado en un reciente estudio de opinión pública a nivel nacional realizado por la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y Voices! con el objetivo de comprender las actitudes y perspectivas de los argentinos respecto de la planificación familiar, los aspectos esenciales para vivir una vida plena y distintas cuestiones afines.

El trabajo de campo se realizó en la primera quincena de junio de 2021, en base a encuestas online complementadas con encuestas vía telefónica para lograr una cobertura adecuada de todos los sectores socioeconómicos en todo el país, alcanzando un total de 1.306 encuestas de personas de 16 años y más.

Factores asociados a la vida plena

Tener salud fue el aspecto más destacado, en tanto un 92% de los argentinos lo consideró como esencial para vivir una vida plena. Un 6% calificó este factor como importante pero no esencial, y apenas el 1% consideró que no resultaba importante. Este aspecto fue considerado como esencial en mayor proporción por las mujeres (95%) que por los hombres (88%), y por aquellos grupos etarios a partir de los 30 años (94% o más, en cada uno de ellos). En cambio, en los más nóveles, que tienen entre 16 y 19 años, esta valoración desciende al 86%, ocho puntos porcentuales por debajo del resto de los grupos etarios consultados.

En segundo lugar, el tener un trabajo o una carrera profesional que les guste fue definido como esencial por más de 7 de cada 10 consultados (72%), contra un 23% que lo calificó como importante pero no esencial y un 3% que lo consideró no importante. Este aspecto se destacó como fundamental en mayor medida entre las mujeres (76% vs. 68% de los hombres) y los grupos más jóvenes (80% entre aquellos que tienen entre 16 y 29 años y 75% entre aquellos que tienen entre 30 y 49 años frente al 63% y el 57% de quienes tienen de 50 a 64 años o más de 65 años, respectivamente).

El tener un trabajo o
El tener un trabajo o una carrera profesional que les guste fue definido como esencial por más de 7 de cada 10 consultados (Getty Images)

El poder estudiar y tener un título universitario se destacó en tercer lugar por número de menciones como un aspecto esencial para vivir una vida plena, definido como tal por el 55% de los argentinos consultados. Este factor se valoró más entre las mujeres que entre los hombres (60% vs. 50%) y por los más jóvenes (69% de quienes tienen entre 16 y 29 años contra 40% de quienes tienen más de 65 años), así como por aquellos en uno de los extremos de la escala socioeconómica (62% de quienes se encuentran en los niveles bajo y medio bajo lo definieron como esencial frente al 57% de quienes se encuentran en los niveles más altos y el 49% de aquellos en los niveles medios). Por otra parte, un 36% del total de los encuestados opinó que este factor era importante pero no esencial y un 7% afirmó que el mismo no era importante en absoluto.

Asimismo, el 38% de los encuestados afirmó que tiene definidos metas y objetivos concretos sobre su futuro. Otro 36% aseguró haber pensado en ello algunas veces, pero no haberlo definido y el 26% restante, directamente sostuvo que prefiere vivir la vida como se le presenta.

Al analizar los resultados de la encuesta, el doctor Gabriel Santangelo, director de la Licenciatura en Gestión de Servicios de Salud de UADE, señaló que “el informe confirma la importancia de gozar de una buena salud integral”. “La pandemia nos ha puesto de manifiesto esta afirmación, y sin duda nos recordó que tener una situación de salud normal debe ser nuestra prioridad a nivel comunitario y personal -evaluó-. Entre los temas de salud que hoy nos preocupan, la salud sexual y la planificación familiar ha tenido una gran variación en las últimas décadas, cambiando no solo la cantidad de hijos deseamos tener sino también la edad en la cual una persona decide conformar una familia; inclusive se han aceptado otros modelos familiares, que implican la posibilidad de no desear tener hijos”.

Tener salud fue el aspecto
Tener salud fue el aspecto más destacado, en tanto un 92% de los argentinos lo consideró como esencial para vivir una vida plena (Getty)

Por su parte, Solange Finkelsztein, coordinadora de Investigaciones de UADE, señaló que “el reordenamiento de prioridades que trajo consigo la pandemia, alumbró cuáles son los elementos considerados por los argentinos como esenciales para una vida plena: la salud, el tener un trabajo o carrera profesional que guste, poder estudiar y tener un título universitario, son los que ocupan el podio. Estar en una relación de amor comprometida o estar casado no parece ser hoy un aspecto esencial. Tener hijos parecería cobrar mayor importancia con el pasar de los años, según se puede observar en las opiniones de los encuestados”.

Para Constanza Cilley, directora ejecutiva de Voices!, “el estudio muestra una mayor valoración de aspectos individuales para alcanzar una vida plena, como la satisfacción con la salud y la carrera o el trabajo, por sobre otros sociales como la pareja y la familia. Sumado a las opiniones que tienden hacia la postergación de la maternidad y paternidad y a favorecer las técnicas de fertilización asistida, nos muestran un cambio social en relación a la percepción y valoración de las etapas e hitos de vida tradicionalmente delineados”.

Cuestiones asociadas a la paternidad y la maternidad

Las opiniones que tienden hacia
Las opiniones que tienden hacia la postergación de la maternidad y paternidad y a favorecer las técnicas de fertilización asistida, muestran un cambio social en relación a la percepción y valoración de las etapas e hitos de vida tradicionalmente delineados (Efe)

Sobre asuntos asociados a la planificación familiar, se consultó sobre cuál es considerada la mejor edad para tener hijos por primera vez. Luego, las preguntas ahondaron en torno al número ideal, actual y planificado de hijos propios y expectativas asociadas a ello. En paralelo se indagó en las justificaciones para no tener más hijos.

Habiendo consultado sobre cuál es la mejor edad para ser madre o padre por primera vez, más de un tercio de la población afirmó que no existía una edad ideal para ello. El 35% de los encuestados opinó de tal forma respecto de la edad para ser madre por primera vez, mientras que el 37% lo afirmó respecto de ser padre primerizo, siendo en ambos casos una percepción levemente superior en las mujeres que en los hombres.

En términos sociodemográficos, la percepción de que no hay una edad ideal para la maternidad fue levemente mayor en las mujeres (37% vs. 33% de los hombres), los adultos de mediana edad (40% entre aquellos que tienen entre 30 y 49 años), los residentes del interior del país (37% vs. 31% en GBA y 30% en CABA) y los sectores con menor nivel educativo (38% de quienes tienen nivel primario contra 32% de quienes cuentan con nivel secundario y 26% con nivel superior).

Por su parte, la opinión de que no hay una edad ideal para la paternidad fue más alta entre las mujeres (39%) que entre los hombres (35%), y desciende a medida que se avanza en los distintos grupos etarios (40% entre quienes tienen de 16 a 29 años; 38% entre quienes tienen de 30 a 49 años; 33% entre quienes tienen de 50 a 64 años; 31% entre quienes tienen 65 años o más).

Asimismo, también disminuye a medida que se avanza en la escala socioeconómica (38% entre los niveles más bajos frente al 37% en sectores medios y el 33% en sectores altos) y en la escala de educación (40% de quienes cuentan con nivel primario mantuvieron tal opinión, frente al 34% de quienes tienen nivel secundario y el 30% de quienes tienen nivel superior).

La opinión de que no
La opinión de que no hay una edad ideal para la paternidad fue más alta entre las mujeres que entre los hombres (Getty)

Por otra parte, entre aquellos que si propusieron alguna edad en particular para ser padres o madres, en ambos casos uno de cada cuatro encuestados (25%) afirmó que tal edad estaría entre los 26 a 30 años, siendo 29 años la edad promedio considerada.

En segundo lugar, un 19% de los encuestados señaló que la mejor edad para ser madre oscilaba entre los 20 y los 25 años de edad, porcentaje que se redujo al 14% al considerar este rango etario para iniciar la paternidad.

Inversamente, un 12% de los consultados afirmó que la mejor edad para iniciar la paternidad resultaba entre los 31 y los 40 años, frente a un 7% que aseguró que tal rango era la mejor edad para iniciar la maternidad.

En los extremos de este continuo, entre el 1% y el 3% de los encuestados dijo que la mejor edad para iniciar estos procesos resultaba antes de los 20 años o luego de los 40 años.

Por último, la mejor edad para encarar una planificación familiar que incluya hijos tiende a ser más alta entre las mujeres que entre los hombres, y se incrementa a medida que se asciende en la escala socioeconómica y educativa, así como entre los habitantes de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires frente a aquellos que residen en el interior del país.

También cabe destacar que, aunque no hubo variaciones importantes entre los distintos rangos etarios al considerar la mejor edad para ser padre, sí se advierte que tal edad disminuye entre los grupos más jóvenes al considerar la mejor edad para ser madre, mientras que aumenta entre los grupos de mayor edad.

¿Cuántos hijos constituyen una familia ideal?

Tener dos hijos constituye la
Tener dos hijos constituye la cantidad “ideal” para el 51% de los argentinos (Getty)

En primer lugar, cabe destacar que no hay mayores variaciones entre la cantidad de hijos que constituyen una familia “ideal” entre los distintos sectores sociodemográficos, estando el promedio general de la población ligeramente por arriba de los dos hijos (cantidad “ideal” para el 51% de los argentinos). Tal promedio es similar tanto en hombres como en mujeres, entre los distintos sectores socioeconómicos y educativos, así como tampoco hay diferencias a lo largo de la Argentina. En tanto que otro 33% opinó que la misma estaría compuesta por tres o más hijos.

Por el contrario, un 11% de los encuestados afirmaron que su familia ideal no tendría ningún hijo y un 5% que la misma tendría un/a solo/a hijo/a.

Por otra parte, el promedio total actual de hijos es algo inferior a ese número, ubicándose entre uno y dos hijos en el total de la población (1,7 hijos). El 23% de los encuestados dijo tener 2 hijos (contra el 51% que consideraba que ese número era su ideal), mientras que un 15% tiene un único hijo o hija, el 17% tiene tres, el 7% tiene cuatro y el 5% tiene cinco o más. Asimismo, uno de cada tres encuestados (33%) afirmó no tener ningún hijo o hija.

Si bien no hay mayores variaciones en los promedios entre los distintos sectores sociodemográficos, este número fue mayor entre aquellos de niveles socioeconómicos bajos (1,9 hijos contra 1,6 hijos en los niveles medios y 1,4 hijos en los niveles más altos) y entre quienes tienen menor nivel educativo (1,8 hijos en quienes tienen nivel primario frente a 1,6 hijos de quienes cuentan con educación superior).

Finalmente, al proyectar sobre esta situación en su propio futuro, dos de cada tres argentinos (63%) aseguraron que no planeaban tener ningún otro hijo o hija o no tener ninguno si hasta el momento no lo han tenido. En cambio, un 13% reconoció planificar tener un hijo más, el 15% dijo desear dos y apenas el 9% ampliar su familia con tres o más hijos a futuro.

Sobre las causas, en primer lugar se ubicó el considerar que ya no se tiene la edad para ser madre o padre, seguido por quienes ya tenían hijos y no deseaban tener más. Mientras que en tercer puesto apareció la falta de capacidad económica para mantenerlos, situación que se enfatizó particularmente entre los más jóvenes.

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