Nada más aterrador que recibir un diagnóstico de cáncer y, en el caso de una mujer en edad reproductiva, el impacto suele ser aún mayor. Sin embargo, un trabajo de investigación efectuado por prestigiosos médicos argentinos y que fue premiado por la Academia Nacional de Medicina, resulta ser un bálsamo entre un mar de incertidumbres para aquellas mujeres menores de 40 años con cáncer de mama.
El estudio indica que existe un número de mujeres en edad reproductiva que deberá realizar tratamientos citotóxicos por enfermedades oncológicas, hematológicas o reumatológicas. Dentro de este grupo, el número de pacientes con cáncer de mama adquiere una importancia relevante.
El cáncer de mama es la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres de todo el mundo. Es así como en estas pacientes jóvenes, y en edad reproductiva, la preservación de la fertilidad es clave para su futuro reproductivo, pero también, para su bienestar físico y psíquico.
El ganador del Premio Dr. Edgardo Nicholson al mejor Trabajo sobre Ginecología -una de las distinciones más importantes otorgadas por la Academia Nacional de Medicina- se titula “Resultados de un programa para preservación de la fertilidad en cáncer de mama en mujeres menores de hasta 40 años”. Es el premio que da la Academia al mejor trabajo de ginecología de los dos últimos años. Fue realizado por un equipo multidisciplinario en el que trabajaron ginecólogos especialistas en reproducción, oncólogos, profesionales de la salud mental y biólogos.
Sus autores son 8 prestigiosos médicos argentinos, grandes referentes en la ginecología y la fertilidad, como los Dres. Ramiro Quintana y su hijo Tomás Quintana; Martín Greco, Juan Ignacio Mannara, Nicolás Paul, Carlos Carrere, Andrea Gadow y Ricardo James.
El Dr. Ramiro Quintana es el primer autor del trabajo, mientras que su hijo, Tomás, fue coautor con el resto de los profesionales antes mencionados. El Dr. Quintana (padre) es ex vicepresidente de la Sociedad de Medicina Reproductiva, es director de Quintana Salud Reproductiva, está a cargo del Departamento de Oncofertilidad de Procrearte -institución afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires- y es ex director científico del IFER.
El Dr. Tomás Quintana es médico del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Sección Endocrinología y Fertilidad del Hospital Universitario CEMIC. Los otros 6 profesionales que participaron del estudio son: el Dr. Carlos Carrere, director de Procrearte, Instituto Médico Privado, y el Dr. Juan Ignacio Mannara, médico de esa institución afiliada a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires; el Dr. Nicolás Paul, jefe de la Sección de Esterilidad y Endocrinología Ginecológica del Departamento de Obstetricia y Ginecología del Hospital Universitario CEMIC y el Dr. Martín Grecco médico de Departamento de Clínica Médica, Sección Oncología, de esa institución. La Dra Andrea Gadow, integrante del Departamento de Psiquiatría, Sección Psiquiatría y Psicología de Enlace del Área Psicología Perinatal del Hospital Universitario CEMIC y el Dr. Ricardo James, médico del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Sección Endocrinología y Fertilidad de esa institución.
En una entrevista con Infobae, el Dr. Ramiro Quintana explicó: “Tomamos dos grupos: 75 pacientes menores de 40 años con cáncer de mama y que, antes de la quimioterapia, congelaron sus óvulos. Lo comparamos con un grupo de 200 pacientes, sin cáncer de mama, pero con las mismas características que las anteriores. Se compararon la cantidad de óvulos que se obtuvieron y fue exactamente igual en ambos grupos; la calidad y maduración fue idéntica”.
“Utilizamos un tratamiento especial para medicar la ovulación de estas pacientes, con el objetivo de que no les subieran los niveles hormonales y que no tuvieran complicaciones con su cáncer. Todas fueron autorizadas por el grupo oncológico, es decir, los que hacíamos reproducción éramos secundarios a la autorización oncológica. Además, se reunieron asiduamente con el equipo de salud mental y, en algunos casos puntuales, el oncólogo nos fue guiando sobre las posibilidades de congelar los óvulos de estas pacientes”, indicó.
Todos los óvulos que fueron objeto del estudio fueron congelados en Procrearte con la técnica de vitrificación, que se utiliza en la Argentina desde 2007. En pocos segundos, el óvulo es congelado a -270 grados. Cuando va a ser utilizado, se descongela sin problema: se fertiliza y da embriones, del mismo modo que sucedería con un óvulo fresco.
La vitrificación es una variante dentro de las técnicas de congelación de óvulos, que puede ser lenta -que no se utiliza más- y ultra-rápida, que es la vitrificación que inventó el Dr. Masashige Kuwayama.
Invitado en 2007 por el Dr. Ramiro Quintana -quien en ese momento se desempeñaba como vicepresidente de la Sociedad de Medicina Reproductiva- el Dr. Masashige Kuwayama estuvo en nuestro país para explicar la técnica de vitrificación.
Ese mismo año, el Dr. Ramiro Quintana ya la había implementado en la Argentina y, además, este profesional ya congelaba los ovarios de niñas mayores de 2 años con diagnóstico de cáncer, en el Hospital de Niños Dr Ricardo Gutiérrez.
“En el 80% de los casos se van a curar del cáncer, pero muchos tratamientos las van a dejar menopáusicas. Por eso, si se les congelan los ovarios, luego se los puede trasplantar o extraer óvulos. Empecé a vitrificarlos en 2007, con una bióloga que traje de Europa”, indicó.
“Antes de empezar la quimioterapia y, con el permiso del oncólogo, estimulamos el ovario para sacar la mayor cantidad posible de óvulos y congelarlos. Con la vitrificación, pueden durar unos 30 años, sin perder sus posibilidades de fertilidad. Es decir, si fueron congelados a los 25 años, después de 30 años van a tener la potencialidad de esa edad”, destacó.
Cuando una paciente recibe la primera serie de quimioterapia, sea cual sea el esquema que se utilice, la cantidad de óvulos y de folículos disminuyen de una manera muy importante. Por eso, el Dr. Tomás Quintana advirtió que lo ideal es vitrificar después de la cirugía, pero antes de empezar con la quimioterapia o radioterapia.
Pero, ¿cuál es la importancia de este trabajo? Hoy, las mujeres que tienen menos de 40 años y son diagnosticadas con cáncer de mama tienen la oportunidad de congelar sus óvulos y preservar su fertilidad después de la quimioterapia, aunque queden menopáusicas.
Para el Dr. Tomás Quintana, otro punto a destacar es que estas mujeres tienen la posibilidad de congelar óvulos y no solo embriones, con lo cual se alivia cualquier tipo de situación de pareja o legal, porque son sus óvulos.
“Pensar en la preservación de la fertilidad es muy importante para una mujer y si bien, este trabajo es sobre pacientes oncólogicas, hay otras problemáticas que se pueden beneficiar, como aquellas mujeres con endometriosis, con baja repuesta ovárica, con enfermedades reumatológicas o, incluso, las que no tienen pareja”, explicó el Dr. Tomás Quintana.
Tomar la medicación y hacerse el procedimiento sólo lleva 15 días. Después, la mujer necesita dos o tres días de recuperación, y ya puede iniciar la quimioterapia o radioterapia.
“Los médicos que hacemos reproducción no podemos trabajar con ninguna paciente que no esté derivada, o que no tenga el permiso de su oncólogo, que es el primero que manda. El tratamiento de salud mental también es muy importante para explicarle dónde está parada, hacia dónde vamos y por qué no hay que tener miedo”, dijo el Dr. Ramiro Quintana.
“Sabemos que el 90% de las pacientes con cáncer de mama se van a curar y estas mujeres van a poder tener un hijo, o varios. Poder decirles en el consultorio que no tengan miedo porque van a vivir, que todo va a andar bien y que estamos pensando en cómo van a tener hijos -que es la proyección más grande de futuro- es una verdadera maravilla”, añadió el profesional.
Respecto a la situación actual por la pandemia de COVID-19, los Dres. Ramiro y Tomás Quintana dejaron en claro que no impide en absoluto que los tratamientos de fertilidad de lleven a cabo y que las pacientes pueden recibir la vacuna sin ningún problema.
“Una mujer que quiere hacer un tratamiento de fertilidad se puede vacunar contra el COVID. Es más, lo ideal es que se vacune como todas las personas. Es importante dejar en claro que, a pesar de la pandemia, los tratamientos de fertilidad se pueden seguir haciendo, son seguros y los centros de fertilidad tienen toda una serie de normas especiales”, expresaron.
Finalmente, el Dr. Ramiro Quintana destacó la gran importancia que tiene este premio a nivel personal, uno más de los tantos que recibió a lo largo de su prestigiosa carrera, tanto a nivel nacional como internacional.
“Este premio es muy importante para mí, ya que el Dr. Edgardo Nicholson es el abuelo de quien fue mi maestro, el Dr. Edgardo Young. Hoy, él es académico de medicina y yo gané el premio, así que para alguien como yo -que reconoce al otro como un maestro- es algo muy especial. Otro punto muy destacado, es que este premio lo gané con mi hijo, el Dr Tomás Quintana, quien fue uno de los coautores del trabajo. Entonces, si miro para arriba en un sentido de edades, veo a mi maestro que me lleva 20 años; si miro aún más arriba está su abuelo, que fue quien le dio el nombre a ese premio; y, finalmente, si miro para abajo, está mi hijo. Entonces, este premio significa muchísimo para mí porque un padre, un hijo y un maestro muestran que, aún en un contexto de pandemia, hay mucha vida”, finalizó.
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