Tal como ocurre con la primavera, la llegada del otoño influye en nuestro estado de ánimo, el humor y los niveles de energía. La disminución de las horas de luz solar y del tiempo que pasamos al aire libre, así como el aumento de las lluvias, nos afectan de manera directa.
¿Qué es la astenia otoñal? Se trata de un estado de cansancio, apatía, debilidad y agotamiento (que aumenta en estos tiempos de pandemia), que surge como consecuencia de la falta de adaptación o las dificultades que presenta el organismo para acomodarse a los cambios estacionales. Estos cambios incluyen las modificaciones horarias y, en consecuencia, alteran nuestra rutina diaria.
Al oscurecer más temprano, se adelanta la producción de melatonina, que es la hormona que regula el ciclo circadiano. Disminuye la producción de serotonina (neurotransmisor conocido como hormona de la felicidad), que causa un desequilibrio en el organismo: se produce un disbalance y el cuerpo debe adaptarse a estas circunstancias.
Los síntomas de la astenia otoñal no son graves, pero pueden afectar la calidad de vida. Las manifestaciones más frecuentes son las siguientes:
-Disminución del rendimiento laboral y escolar.
-Reducción de la energía y de la motivación para las tareas habituales.
-Alteración del humor y del estado de ánimo: los síntomas depresivos se pueden acentuar en el contexto de la pandemia por COVID-19.
-Cansancio, tristeza, apatía, falta de interés e irritabilidad.
-Falta o exceso de apetito.
-Disminución de la libido.
-Dificultad para conciliar el sueño.
Se trata de un cuadro transitorio, que va desapareciendo a medida que nos adaptamos a la llegada de la nueva estación. Es posible tomar medidas tanto para prevenir como para transitar y superar rápidamente los síntomas una vez instalados. A estos se les deben sumar los cuadros propios del otoño: aparecen la gripe, los resfríos y las alergias.
Recomendaciones para sobrellevar la astenia otoñal
La astenia otoñal no necesita de medicación, no se indica tratamiento farmacológico. Hay, en cambio, algunas medidas sencillas que ayudan a atravesar esta etapa en mejores condiciones:
-Dieta equilibrada: es importante que tenga una cantidad moderada de proteínas y bajo contenido de azúcares, sodio y grasas saturadas.
-Moderar el consumo de alcohol y cafeína.
-Tratar de dormir 8 horas y adelantar el horario para acostarse.
-No exponerse a pantallas de televisores, tabletas y celulares antes de dormir.
-Cenar liviano.
-Aprovechar al máximo las horas de luz natural.
-Realizar actividad física: es importante para aumentar la secreción de endorfinas y, de esta manera, aumentar la sensación de bienestar y mejorar el estado de ánimo.
Es muy importante realizar el diagnóstico diferencial con el trastorno afectivo estacional, en el que el paciente ya tiene diagnóstico de depresión y se suman los cambios estacionales.
Otro aspecto para tener en cuenta es la astenia que presentan las personas que han padecido COVID-19. Este decaimiento es muy frecuente en quienes se están recuperando, puede durar hasta semanas, y se suma a lo que ocurre naturalmente en esta época del año.
Dra. Stella Maris Cuevas (MN: 81701) es médica otorrinolaringóloga - Experta en olfato – Alergista. Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA)
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