Se cree que Cabernet Franc se estableció en la región de Libournais, en el suroeste de Francia, en algún momento del siglo XVII, y que fue el cardenal Richelieu quien transportó esquejes de vid desde el Valle del Loira. Esas vides estaban plantadas en la Abadía de Bourgueil, bajo el cuidado de un abad llamado Breton, cuyo nombre se asoció con la uva. Más tarde, en el siglo XVIII, se encontraron plantaciones de Cabernet Franc (también conocido como Bouchet) en las zonas de Fronsac, Pomerol y Saint Emilion para producir vinos de calidad.
Pero a medida que el Cabernet Sauvignon se hizo más popular en los siglos XVIII y XIX, se observó la estrecha similitud de las dos uvas y surgieron teorías sobre el alcance de su relación. Así, en 1997surgió evidencia de ADN para mostrar que el Cabernet Franc se había cruzado con el Sauvignon Blanc para producir Cabernet Sauvignon.
Actualmente, Cabernet Franc es una de las principales variedades de uva tinta del mundo, aunque se emplea principalmente para mezclar con Cabernet Sauvignon y Merlot en los blends tipo Burdeos, pero también se puede encontrar solo como en los vinos de Chinon del Loira.
El Cabernet Franc suele ser más ligero que el Cabernet Sauvignon, lo que lo convierte en un vino tinto que otorga aromas expresivos con notas herbales y un paso por boca vivaz y vibrante por sus texturas incipientes.
En el país hay casi 1500 hectáreas plantadas, y la mayoría de ellas en Mendoza. Sin dudas, junto con el Malbec, es una de las tintas más elegidas en los nuevos viñedos, ya que es una variedad que se adapta muy bien a diferentes zonas y puede reflejar el carácter de cada lugar de manera elocuente, siempre con su carácter herbal en primera plana.
Para los hacedores la clave está en el punto justo de cosecha para lograr tintos frescos, de buen cuerpo y con taninos incipientes que se fundan con los del roble durante la crianza para aportar más equilibrio y longevidad.
Si bien existe desde siempre, ya que era una de las uvas “francesas” plantadas en los viñedos (también conocida como Bouchet), fue empleada más en vinos de corte que en varietales, salvo recordadas excepciones, como el Angélica Zapata Cabernet Franc 2002, o el Henry de Lagarde y el Benegas Lynch Finca Libertad, ambos nacidos en 2003.
Cabe destacar que fue Alejandro Vigil el enólogo que la catapultó a la fama a partir de sus Gran Enemigo Single Vineyard, alcanzando los 100 puntos por la prestigiosa publicación de Robert Parker Jr., con su exponente de Gualtallary de la cosecha 2013. Desde entonces se desató una fiebre entre los productores por el Cabernet Franc que fue muy bien recibida por el consumidor.
¿Es el Cabernet Franc el vino argentino de moda?
“Quizás el Cabernet Franc ha sido de las variedades más destacadas y que el consumidor identificó muy rápidamente, y Argentina ha demostrado que lo produce y muy bien. Yo personalmente creo en el potencial del Cabernet Sauvignon, quizás porque tenemos una experiencia de más de un siglo produciéndose y conocemos a la perfección su carácter. El desafío es enorme y estoy seguro que podemos lograr tener de los mejores Cabernet Sauvignon del mundo”, se entusiasma Alberto Arizu.
“El Cabernet Franc sin duda está de moda, pero también los blends. La mayoría de las bodegas hoy tienen blends en todos los segmentos y cada vez logran más posicionamiento entre los consumidores, y mayores reconocimientos de la prensa”, asegura Estela Perinetti. Por su parte, Sebastián Zuccardi opina que es muy difícil encasillar al vino en una sola cosa, y que cuando se hace eso pierden los consumidores y los productores. “Hay tantos vinos como zonas, miradas y consumidores. El vino es una diversidad de estilos, expresiones y consumidores conviviendo, y esa es la fuerza contra la que ninguna otra bebida puede competir”.
“No creo se pueda hablar de un vino de moda argentino, pero si hay interés en otros varietales que se están desarrollando con niveles de calidad “world class”. Como ejemplo puedo citar el Cabernet Franc o del mismo modo el clásico Cabernet Sauvignon que se elabora en nuestro país con calidad excepcional”, sostiene Rafael Calderón. También para Santiago Mayorga es el Cabernet Franc, “aunque ya está pasando un poco. Y si bien eso nos corrió del foco del Malbec, también nos volvió a poner en el mundo del vino, con Malbec de terroirs y los nuevos vinos blancos”.
“Sin duda que el Cabernet Franc tomó un lugar de protagonismo en la escena del vino argentino, sobre todo en el Mercado local”, explica Juan Pablo Murgia. De todos modos, cree que el Pinot Noir se instala cada vez más y Argentina puede mostrar grandes vinos, como por ejemplo en Patagonia, donde se están dando grandes exponentes”.
También, Juliana Del Águila Eurnekian se inclina por el Pinot Noir. “Sin dudas, su delicadeza y frescura están cautivando sobre todo a los consumidores más jóvenes. Se dice que uno empieza y termina con el Pinot Noir. Muchas veces es el vino tinto por donde se comienza a tomar vino y luego de recorrer distintas cepas y estilos uno se encuentra con el Pinot desde otro lugar, pudiendo percibir las sutilezas de sus aromas y texturas. Es una cepa para enamorarse. Los Pinot Noir patagónicos están siendo premiados entre los mejores vinos del mundo, lo que demuestra el potencial de nuestro suelo y de esta cepa”.
A Alejandro “Pepe” Martínez Rosell no le gusta hablar de modas, pero reconoce que hay tendencias y hoy están en manos del Cabernet Franc. Una cepa que el consumidor local parece haber descubierto recién, pero que está plantada hace muchos años. “Sin dudas habrá más crecimiento, siempre como alternativa porque todavía hay pocas hectáreas”, agrega el enólogo. Por su parte, el joven enólogo Ariel Angelini apuesta por los nuevos rosados, “producto de diferentes variedades de elaboración, estilos y segmentaciones, ha logrado conquistar a nuevos consumidores resultando ser un producto atractivo para diferentes ocasiones. Un estilo de vino con fuerte y sostenido crecimiento. Carácter, frescura, elegancia y bajo alcohol son algunos de los patrones que contribuyen a su elección”.
Para Juan Molina, uno de sus vinos está de moda. “Portillo, sin dudas. Y si me preguntas qué varietales, Pinot Noir y Cabernet Franc están muy en boga”. Y Nacho López Allier cree que no hay un vino argentino de moda, sino tantos vinos y estilos como consumidores. “Si bien hay algunos tipos de vino que gozan de mayor popularidad, es un gran momento para los consumidores. Es cierto que hay una tendencia de vinos cada vez más austeros, que expresan mejor la fruta y el origen. Estamos en el otro extremo del péndulo de lo que fue la sobre- extracción y maderización, y lo celebró.
10 Cabernet Franc para brindar en su día
Alambrado Cabernet Franc 2019
Bodega Santa Julia, Valle de Uco $420
Si bien sus aromas son poco expresivos, su paladar es bien fresco, con el típico dejo herbal seco del cepaje. Con buena fluidez, y un carácter bien del Valle de Uco. Potente, pero con fruta fresca que equilibra el trago. Sus texturas incipientes son protagonistas, con algo goloso y directo, pero sutil, y con lo herbal que asoma sobre el final de boca. Bien como pretende Rubén Ruffo (enólogo), refrescante y muy bebible.
Puntos: 89
Séptima Obra Cabernet Franc 2019
Bodega Séptima, Valle de Uco, Mendoza $600
Paula Borgo (enóloga) ha logrado un Cabernet Franc de buena tipicidad, y eso se nota desde sus aromas. De entrada, amable y fresca, con taninos incipientes, y un carácter de frutos rojos con hierbas silvestres. La crianza muy bien integrada aporta suavidad a sus texturas vivaces y leves dejos ahumados.
Puntos: 89
Casa Boher Cabernet Franc 2018
Rosell Boher, Los Árboles, Valle de Uco $650
Alejandro “Pepe” Martínez es uno de los enólogos argentinos que más Cabernet Franc ha elaborado, y en este 2018 demuestra su mano. Porque manteniendo el estilo equilibrado de la línea, ha logrado un tinto fresco y amable, con aromas y sabores que remiten al cepaje por los dejos herbales, y las notas de frutas rojas. De buen volumen y taninos incipientes, con la madera muy bien integrada (el 50% del vino maduró nueve meses en barricas de roble francés y americano, de primer y segundo uso). Ideal para tener algunas botellas en casa e ir descorchándolas de a poco.
Puntos: 90
Perdriel Series Cabernet Franc 2018
Bodega Norton, Perdriel, Luján de Cuyo $670
Todo el carácter de la primera zona está en este Cabernet Franc, de aromas cálidos y herbales, con fluidez y poco cuerpo. También con algo láctico, y es más vegetal que frutal. De buen volumen y poco peso en su paso por boca, con taninos amables, leves especias secas y dejos fenólicos, y sobre el final asoman notas de torrefacción propias de la crianza (12 meses en barricas de roble francés de 1er y 2do uso).
Puntos: 88,5
Don Nicanor Barrel Select Cabernet Franc 2017
Nieto Senetiner, Vista Flores, Valle de Uco $810
Es la nueva incorporación de esta tradicional línea, ya totalmente renovada por el winemaker Santiago Mayorga. De buen volumen y trago ágil, con nítido carácter frutal que recuerda a bayas con leves dejos herbales, típicos de la zona. Moderno en estilo y algo cálido en su mensaje, con texturas amables y bien logrado.
Puntos: 90
Sophenia Estate Reserve Cabernet Franc 2019
Finca Sophenia, Gualtallary, Valle de Uco $850
Lo nuevo de la bodega llega de la mano de Julia Halupczok, la joven enóloga de la casa, que cuenta con el asesoramiento de Matías Michelini (que nunca se fue de la bodega). Con buena nariz de Cabernet Franc, y paladar fluido con agarre. De buen volumen, franco y con los típicos dejos herbales. La fruta se siente amable pero no cálida, y su paso mordiente es moderado. En el final de boca se percibe algo de torrefacción propia de la crianza (12 meses en barricas de roble mayormente francés y una pequeña proporción de americano).
Puntos: 89
Argento Single Vineyard Agrelo Cabernet Franc 2018
Bodega Argento, Agrelo, Luján de Cuyo $1020
Flamante Cabernet Franc orgánico, de aromas expresivos y acidez sostenida, con el carácter herbal típico del varietal. De trago fluido y mordiente, pero con cierta concentración, hay algo de frutas rojas y hierbas secas. Buen volumen, con potencia (14,8%) y la calidez de la zona, que le da carácter. Luego aparecen la fruta negra, agradables especias, y la madera bien integrada. Es un vino que necesita abrirse y acomodarse un poco en la copa.
Puntos: 90,5
El Enemigo Cabernet Franc 2016
Bodega Aleanna, Gualtallary, Valle de Uco $1100
Se nota que es una cepa a la cual Alejandro Vigil (enólogo) conoce muy bien. Con un toque de Malbec (10%), logra un tinto de aromas frutados y especiados, bien rodeados por las notas de crianza. En boca se perciben los distintos momentos de cosecha, porque hay frescura y buen volumen, con los típicos dejos herbales del varietal y del lugar, y sobre el final aparece algo de confituras y especias dulces. Se mantiene vivaz y mordiente, y a medida que se abre en la copa la madera se siente más integrada.
Puntos: 90
Facón Selection Cabernet Franc 2017
Bad Brothers, Cafayate, Salta $1250
Es la novedad de la línea, y acá el Cabernet Franc demuestra que es muy sensible a la madurez. Sus aromas no son muy definidos, pero en su paladar suelto aparecen leves dejos herbales con algo de fruta roja madura. Voluptuoso y de trago poco profundo, con leves confituras, y la madera (50% barricas nuevas de tostado suave y 50% de barricas de muchos usos por 15 meses) presente. Bien logrado, pero le falta carnosidad.
Puntos: 89
Bianchi Particular Cabernet Franc 2018
Bodegas Bianchi, Los Chacayes, Valle de Uco $1500
Silvio Alberto, enólogo de la casa, fue uno de los pioneros en vinificar esta cepa en el Valle de Uco y un alto nivel. Y sin dudas, es una de sus uvas favoritas. Ahora llega su nuevo exponente, de buen cuerpo, carnoso y mordiente, con leves dejos lácticos de crianza, pero se nota se van a integrar. El típico carácter herbal aparece detrás de lo amable y fresco de las frutas rojas. Se nota el lugar, y es moderno, pero respeta el legado de la marca. Hay fuerza acá por eso más botella le otorgará equilibrio.
Puntos: 91,5
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