El 24 de noviembre de 2010 se firmó el decreto que declaró al vino como la “bebida nacional” de la Argentina. Si bien fue un hecho de carácter político, significó cierto logro para la vitivinicultura, ya que reforzó el concepto de vino argentino como parte de la identidad y la cultura nacional.
Cabe destacar que dicho reconocimiento fue resultado de innumerables gestiones del Fondo Vitivinícola de Mendoza y de la Corporación Vitivinícola Argentina, realizadas en el ámbito del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y su Instituto Nacional de Vitivinicultura. Dicho decreto (número 1800) se transformaría en Ley el 3 de julio de 2013.
Esto demuestra la gran diversidad que ofrece el vino en el territorio nacional, destacándose por cepajes, estilos y paisajes vitivinícola que se extiendes desde Salta hasta la Patagonia, con casi 230.000 hectáreas cultivadas. Además, se trata de un producto alimenticio de consumo masivo que, por sus cualidades nutricionales comprobadas, integra la canasta básica familiar de diferentes grupos sociales, culturales y económicos del país.
Pero este 2020 será mucho más recordado por el COVID-19 y todo lo que representó. Y su impacto también se dio en la industria del vino, aunque con diversos resultados. Hoy, a casi nueve meses del comienzo de la cuarentena, se pueden sacar interesantes conclusiones. Hay cosas para corregir y otras para mejorar, pero curiosamente se dio un cambio de tendencia en el consumo que venía cayendo sostenidamente durante los últimos cinco años.
Infobae entrevistó a muchas de las voces más autorizadas del vino argentino, CEOs, propietarios, enólogos y agrónomos, para entender como atravesó la bebida nacional esta difícil situación, y analizar cuales son ahora los desafíos por delante que tiene el vino argentino en general y el Malbec en particular. Pero también que esperan ellos del mercado y de los consumidores, tanto nacionales como internacionales.
¿Cómo ven al vino argentino post pandemia?
Para la enóloga Susana Balbo (propietaria de Susana Balbo Wines), el vino argentino está casi igual que antes, aunque reconoce un incremento en el consumo, incluso en los vinos más premium. “La gente ha consumido más, pero eso no mueve la aguja para mejorar la crisis que tiene la industria, y las exportaciones han crecido en los precios más básico o a gráneles, pero los de alto valor agregado están iguales o con algunas perdidas. Pero siempre la naturaleza termina equilibrando lo que el mercado desequilibra”, sostiene.
Sin embargo Juan Molina (Managing Director de Salentein) asegura que el vino está bien. “Porque aumentó el consumo hogareño al principio de la pandemia en segmentos medios y medios-bajos y luego, por efecto auto-gratificación, en segmentos de alta gama. Las exportaciones vienen difíciles, sobre todo por la caída del turismo a nivel global y cierre del on-premise. Solo hay gran dinamismo en retail supermercados y plataformas e-commerce”. Otro que ve bien al vino argentino es Sebastián Zuccardi (viticultor, propietario de Familia Zuccardi). “Viendo la situación y sus efectos, el vino al final ha crecido en su consumo, está claro que tiene un lugar en la mesa de la familia, y su consumo está más relacionado a un momento de tranquilidad. Volver a crecer después de tantos años de caída no es un dato menor”. Y si bien la bodega logró sostener sus exportaciones, aclara que, en un mundo tan cerrado, los proyectos más chicos y orientados más a la gastronomía han sido más afectados. “En el mercado externo se notaron dos etapas en el consumo de los vinos que se venden en cadenas. La primera medida de confinamiento ha beneficiado al consumo de nuestros vinos, pero luego, durante el verano en el hemisferio norte, hemos notado un regreso a la normalidad. Y con el segundo confinamiento el consumo está cayendo seguramente por la pérdida de poder adquisitivo”, explica Herve Joyaux Fabre (propietario Fabre Montmayou).
Para Alejandro “Pepe” Martínez Rosell (Rosell Boher) no hay post sino plena pandemia, y por eso las bodegas deben hacer todo lo posible dentro de lo que el mercado local permita, generando nuevas vías de comercialización (ventas directas, e-commerce) para tratar de subsistir. En la misma línea, Alberto Arizu (CEO de Luigi Bosca) afirma que “es difícil hablar de post pandemia, ya que, si bien hemos superado la primera fase, creo que la situación COVID seguirá por un buen tiempo más”. Arizu destaca que se pudo terminar la vendimia a pesar del COVID. “Fuimos creativos y precisos para lograr una gran vendimia en términos de calidad y de la cual estamos muy contentos. Hubo un enorme compromiso de toda nuestra gente, desde los agrónomos y enólogos hasta nuestros colaboradores en cada finca y en la bodega. Se hizo un esfuerzo sin precedentes que nos ha dejado valiosas enseñanzas”, agrega.
Juliana Del Águila Eurnekián (presidente de Bodega Del Fin del Mundo) explica que “la pandemia cambió profundamente nuestras vidas, la complicada realidad nos forzó a encontrar el disfrute de forma distinta. En la calma del hogar, más personas se animaron a acercarse al vino. Este año, el consumo de vino en la Argentina creció alrededor de un 10%, revirtiendo las tendencias de los años anteriores. El vino puede ser un gran compañero, en reuniones virtuales y disfrutando a solas un rato de tranquilidad”. Para Nacho López Allier (Enólogo de Etchart), “el vino está mucho más fuerte de lo que pensábamos en un primer momento. Al comienzo las proyecciones que hacíamos eran bastante negativas, y gracias a que el consumidor volvió a compartir almuerzos y cenas en familia, el vino argentino recuperó un protagonismo que antes no tenía”.
Según el enólogo Santiago Mayorga (Cadus Wines y Nieto Senetiner) la pandemia “nos enseño que para tomar un vino era necesario bajar un cambio y poder generar un momento para disfrutarlo, y por eso se multiplicaron los almuerzos y cenas en casa. Esto nos reconectó con el vino, sus mensajes y sus orígenes, y sirve para que muchos aprendan lo que está pasando”. El también enólogo Ariel Angelini (Casa Petrini) hace una lectura general del mercado, “vemos que el comportamiento del consumo ha mostrado signos de recuperación. Sin duda el aislamiento contribuyó a dicho fenómeno, incluso desplazando el consumo de otras bebidas. Una realidad poco predecible y bienvenida por todos”.
Juan Pablo Murgia (enólogo Grupo Avinea) asegura que “el consumo en mercado interno ha aumentado en gran parte por este fenómeno, la gente va al supermercado a comprar productos esenciales y el vino afortunadamente se considera uno de ellos. Además, la venta online ha crecido mucho también. Este canal se aceleró a raíz de la pandemia y llegó para quedarse sin duda”. Para la ingeniera agrónoma y hacedora Estela Perinetti (Las Estelas, ex Catena Zapata), “en el global las ventas del mercado interno crecieron y también las exportaciones, tanto en volumen como en precio”.
Según Alberto Arizu, el vino argentino pudo sortear las dificultades iniciales (cuarentena, cierre de comercios y los problemas iniciales de la cadena de abastecimiento) y tuvo un buen desempeño para abastecer a clientes de manera efectiva, operando las exportaciones sin mayores dificultades. “Hemos aprendido como nunca, el home office, comunicarnos por plataformas virtuales, mantener contacto fluido con nuestros clientes y consumidores del mundo entero, como así también un importante avance en ventas directas a través del e-commerce, donde en seis meses avanzamos lo que nos hubiese tomado años”.
En la misma línea Rafael Calderón (gerente General de Bodegas Bianchi) opina, “el vino argentino se encuentra en su mejor momento en términos de calidad. Hoy con el avance de estilos, variedades, regiones y micro regiones, se ha logrado generar una buena diversidad que se suma a la excelente calidad en los diferentes segmentos de precios”. A esta altura queda claro que la pandemia provocó cambios en los hábitos de consumo, destacándose el consumo en el hogar y a su vez, generando diferentes ocasiones dentro del mismo. También se observa un crecimiento en las gamas más altas, impulsado por el desarrollo del comercio electrónico durante la cuarentena.
¿Cuáles son los próximos desafíos del vino argentino?
Para Rafael Calderón, “el vino argentino embotellado debe incrementar su conocimiento y atractivo en los mercados relevantes para recuperar el momentum que supo tener”.
Según, Herve Joyaux Fabre “el principal desafío es mantener un cierto nivel de calidad en los vinos que se venden en botellas, pero más que todo en los vinos a granel. Y otro desafío sería ser capaces de hacer una autocrítica para ver que se puede mejorar en nuestra Industria”, dice. Para Susana Balbo son varios. “Hay que volver a enamorar a los consumidores con la categoría argentina porque se están haciendo grandes vinos. Hay hablar más de nuestros vinos, pero no tenemos recursos económicos. Necesitamos más fondos para promover los vinos de calidad, las regiones, y renovar ese entusiasmo que alguna vez tuvo el mundo con el Malbec”.
“El vino argentino tiene enormes desafíos, pero también una enorme oportunidad”, afirma Alberto Arizu, “porque hoy producimos los mejores vinos de nuestra historia y debemos seguir ese camino, pero todo el sector debe adaptarse a las exigencias de un mercado altamente competitivo y que seguramente cambiará después del COVID”, agrega. Asegura que para crecer deben seguir innovando y no solo en Malbec, que es la variedad insignia, sino también en otras variedades y estilos. Tener una especialidad es algo que ayudó mucho para posicionar a la Argentina, pero el mundo es grande y el Malbec es solo una categoría. “Debemos seguir buscando la excelencia en otras variedades y estilos, en vinos blancos que es casi la mitad del consumo mundial, en Cabernet Sauvignon que es la categoría más grande y competitiva y también en estilos que reflejen nuestra personalidad y carácter”.
Para Juliana Del Águila Eurnekián, “el gran desafío hoy es lograr que el consumidor no se sienta abrumado ante tanta variedad de oferta e información que hay alrededor del vino y se anime a adentrarse a este mundo fascinante”.
Respecto de las exportaciones, Juan Molina considera que se debe “llevar a cabo una promoción más agresiva de la marca país, con más acuerdos de libre comercio y sinergia entre bodegas. Poniendo foco en el Malbec de calidad y diversidad, pero también en Blends de base Malbec, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Chardonnay”.
“El desafío es consolidarnos como país productor de vinos world class”, sostiene Juan Pablo Murgia. Quien agrega que “en los últimos años el salto de categoría ha sido fenomenal, pero se debe consolidar y ser consistente en el tiempo. Creo que la zonificación de las micro regiones es uno de los trabajos más importantes que se viene haciendo y es el futuro, como el descubrimiento de nuevas zonas y la exploración de lugares nunca antes desarrollados como por ejemplo al sur de Chubut”.
Desde Salta, Nacho López Allier cree en dos pilares, “mantener el alza y crecimiento del consumo, y replantear la estructura la producción, porque hay varias partes de la cadena que tiene márgenes negativos”. Para Sebastián Zuccardi “estamos en el mejor de los momentos, por conocimiento y diversidad. Y eso se refleja en muchos vinos de distintos lugares, todos con identidad, ya que el talento no está en una sola zona sino en muchos lugares y con personas interpretándolas. Hay que seguir en este camino de búsqueda de unicidad relacionada a un lugar, porque así se construye la imagen país, más allá sostener la relación calidad-precio de los vinos de más accesibles. Es solo una cuestión de tiempo, pero va a requerir mucha energía convencer a los consumidores que se convenzan de la potencia del lugar”.
¿Cómo ven la evolución del Malbec en los próximos años?
Para Sebastián Zuccardi, el Malbec es a la Argentina lo que el Pinot Noir a la Borgoña, el Nebbiolo al Piamonte o el Sangiovese a la Toscana. “Porque son variedades tan ligadas a un lugar que son los mejores vehículos para expresarlos. No fue un plan de marketing sino algo que pasó, de generación en generación, plantándolo y mejorándolo. Luego con las exportaciones se produjo esta relación más comercial, pero sin dudas es la mejor cepa para mostrar los lugares, con sus múltiples facetas según donde se lo cultive. Debemos seguir teniendo el centro en el Malbec, mientras generamos en los de más alto nivel vinos más pensados en el lugar que en la variedad”.
“La veo muy bien, descubriendo distintos terruños, y la mano del hombre para hacer vinos de calidad muy alta. Eso seguirá siendo un activo de Argentina, una especialidad y más aun si va de la mano de vinos elegantes, fáciles de beber y con mucha personalidad como demandan los consumidores”, dice Alberto Arizu, pero destaca la necesidad de tener otras variedades y estilos para captar una porción mayor del mercado mundial.
Juliana Del Águila Eurnekián explica muy bien su punto de vista respecto al cepaje de bandera. “Así como en Estados Unidos hay un dicho que dice Cab is King -por el Cabernet Sauvignon que es el rey mimado de Napa Valley- en Argentina el Malbec es nuestro rey. Se adapta muy bien a todas las regiones vitivinícolas de nuestro país. Vemos con gran expectativa el interés del consumidor por descubrir Malbec de distintas regiones, siendo Patagonia uno de los más buscados”. Otro que apuesta por una mayor diversidad es Juan Molina, “con vinos de Indicaciones Geográficas, micro-terruños, cortes de base Malbec, y una calidad para consolidar su posición de varietal insignia. Espero más, mejores y diversos Malbec”.
“Algunos dicen que el Malbec ha muerto y que Argentina debe saltar a otros varietales como Cabernet Sauvignon, Bonarda o Syrah”, asegura Susana Balbo, y agrega, “pero el Malbec está muy lejos de eso. Porque todos los años me encuentro con gente que prueba Malbec por primera vez, y esto quiere decir que hay un mercado muy amplio Nos faltan formas más modernas de promover nuestros vinos para captar nuevamente el entusiasmo con los Malbec 360; frutados, sin madera, de baja graduación alcohólica, de terroir, de guarda, etc. Es una uva versátil como pocas, y eso es lo que hay que comunicar”.
“Si se respetan los terroirs y las características de los distintos lugares, con diferentes formas de elaboración en todos los estilos; desde frescos y jóvenes hasta los gran reserva; hay todo un futuro por delante. El Malbec nació para quedarse en el mundo y hay que cuidarlo día a día, y no mandar por demanda cualquier vino, hay que cuidarlo como oro”, advierte Alejandro “Pepe” Martínez Rosell. Para seguir evolucionando a manos del Malbec “se debe seguir reforzando la comunicación sobre este varietal y la diversidad que ofrece en cuanto a regiones y micro regiones. También es clave comunicar todos los avances, las innovaciones aplicadas y destacar las prácticas sustentables que se realizan en los viñedos”, asegura Rafael Calderón.
Otro que considera que aún hay mucho por hacer con el Malbec de Ariel Angelini. “Estamos lejos de finalizar su búsqueda enológica, su potencial esta intacto a partir del redescubrimiento de nuevas parcelas y zonas de producción que aportaran identidad de paisaje y de lugar”. Estela Perinetti no duda que el Malbec seguirá siendo la variedad líder. “Lo que se viene es la identidad de terroir, vinos con más elegancia y menos madera”.
¿Qué esperan del consumidor en el futuro cercano?
Este momento seguramente cambiará la relación de los consumidores con las marcas y los canales. “Debemos evolucionar a un modelo donde el consumidor sea el centro de nuestra atención, con más protagonismo. Lo que llamamos “direct to consumer” y la omnicanalidad, son fenómenos que cambiarán la relación con las marcas, y esto nos demanda una comunicación 360° que se potencia con las redes sociales”, explica Alberto Arizu.
Juan Molina espera “que siga ese entusiasmo y preferencia del vino como la bebida para el disfrute con todas las comidas que se multiplicó durante la pandemia. Sumando un consumo más descontracturado e innovador que se viene dando y que la industria acompaña con nuevas propuestas”. Santiago Mayorga desea que el consumidor “sea muy consciente y se deje llevar por lo que siente y quiere más que por lo que dicen los demás. También que sea diverso a la hora de probar, que se anime a lo nuevo y a romper mitos”.
“Ojalá se sigan acercando al vino, sobre todo a través de las formas impulsadas por la pandemia, como venta directa de bodegas, Club de Vinos y compras on line. Esto deja mejores márgenes para los productores y mejores precios para el consumidor”, afirma Estela Perinetti. Por su parte, Rafael Calderón espera que haya adoptado parte de los cambios de hábitos que generó la pandemia, no sólo en términos de consumo sino también en las formas de adquirir el producto. “En definitiva esperamos que esté más abierto a la categoría, especialmente los jóvenes que son los grandes marcadores de tendencias”.
“Que fortalezca su poder de compra a partir de una economía más equilibrada, y que de esa manera las bodegas puedan sostener sus proyectos presentes y futuros”, dice Alejandro “Pepe” Martínez Rosell.
Juliana Del Águila Eurnekián espera mucha exigencia por parte de los consumidores. “Tenemos el desafío de hacer grandes vinos, atractivos, a precios accesibles para que el consumidor explore y viva la Patagonia a través de nuestros vinos”. Como buen viticultor, Sebastián Zuccardi es muy optimista. “Veo mucha curiosidad en las generaciones más jóvenes que se acercan al vino para descubrirlo y disfrutarlo sin tantas vueltas”. Además, destaca la importancia del turismo en la construcción de la imagen del vino argentino. “La experiencia del turista cuando visita viñedos y bodegas, comparte nuestro modo de vida y cultura alrededor del vino, y se lleva nuestros paisajes, es fundamental”.
“En Argento creemos firmemente en la producción de vinos orgánicos y de producción sustentable. Y creemos que el consumidor del futuro va a demandar estos atributos”, explica Juan Pablo Murgia. A Susana Balbo le gustaría que el consumidor vuelva a premiar al Malbec con su elección, “y se de cuenta que hoy tienen más calidad que nunca, y que su relación calidad-precio está exaltada”.
“Me gustaría que haya una apertura mental de consumir distintos estilos y cada vez más vinos”, concluye Nacho López Allier.
Fabricio Portelli es sommelier argentino y experto en vinos
Twitter: @FabriPortelli
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