Con la mirada puesta en los problemas de salud mental que generó la actual pandemia por COVID-19 que estamos transitando en todo el mundo, la Fundación Ineco junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) organizó el primer Simposio virtual internacional de Neurociencias y Bienestar, con los mejores expertos argentinos y reconocidos profesionales del exterior.
La temática abordada mediante el título “Construyendo la neurociencia del bienestar durante y después de la pandemia”, se centró en buscar las herramientas que la sociedad necesita para preservar el bienestar mental durante estos tiempos de coronavirus. En el transcurso de una amplia jornada, más de 15 expertos brindaron a toda la comunidad en forma virtual las herramientas prácticas, los ejemplos claros y consejos para sobrellevar el impacto que ha generado el COVID-19, especialmente en las personas más vulnerables que han transitado meses de incertidumbre, miedo, parate económico, restricción de libertades de circulación, escasez, distanciamiento social, entre muchas otras cosas.
La doctora Teresa Torralba, presidenta y Directora Ejecutiva de la Fundación Ineco abrió el Simposio haciendo una introducción de cómo los oradores del encuentro iban a exponer desde distintos puntos de vista y situaciones puntales de la sociedad, cómo alcanzar el bienestar general en estos tiempos de mayor incertidumbre, ansiedad y estrés que las personas están sometidas debido al surgimiento de la enfermedad COVID-19. “El estado de bienestar afecta a nuestro cerebro y mente para convertirse en un aspecto relevante de la salud”, remarcó la especialista, que remarcó el nivel alto de vulnerabilidad que se evidencia en la sociedad durante la pandemia.
Enseguida, le dio la palabra al neurocientífico y Fundador de la Fundación Ineco, el doctor Facundo Manes, que planteó los desafíos que encaramos durante la pandemia y qué podemos esperar del día después cuando la misma finalice. “En los últimos tiempos las neurociencias emergieron para tratar de desentrañar los varios enigmas que plantea el cerebro. Muchos expertos en neurociencias han tratado de abordar científicamente al bienestar en los últimos años. Aunque el bienestar es un concepto amplio o vago, es posible encararlo desde la ciencia. Cuando hablamos de bienestar, abordamos el tema de felicidad y la ponemos en relación con tradiciones. Uno de los focos de investigación se centra en el placer y el deseo. Existe una determinación de los circuitos de recompensas en la base del cerebro que son mecanismos del placer que se encuentran comunicados mediante neurotransmisores o mensajeros químicos".
"Cuando los investigadores preguntamos a nuestros pacientes ¿cómo alcanzan la felicidad o bienestar?, algunos nos dicen con más dinero, a través de una conquista amorosa, en la realización de un viaje, etc. Pero resulta que luego de su respuesta les volvemos a preguntar: ¿Y después de lograrlo, qué? Porque cuando alcanzamos una meta es claro que no nos quedamos conformes y buscamos otra u otras más, sin experimentar el bienestar que perseguimos continuamente”, afirmó Manes. Y agregó: “En los últimos años aprendimos que nuestro cerebro se transforma de manera constante a lo largo de la vida y que cada uno de nosotros puede influir de manera positiva en este cambio permanente. Las decisiones influyen en nuestra salud y bienestar. La genética explica parte de nuestro bienestar, alrededor de un 30%. Pero la ciencia avanzó y determinó que se puede ampliar ese porcentaje mediante acciones que nos reporten satisfacción y felicidad. Así, nuestro bienestar en parte se construye. ¿Cómo lo hacemos? Podemos hacer mucho para alcanzar el bienestar”.
Algunas de las herramientas que Manes brindó son: aceptar y experimentar nuestras emociones negativas, trabajar la manera en que pensamos y expresamos nuestros sentimientos, establecernos metas posibles, saborear y disfrutar los momentos más simples de la vida, realizar actividades saludables, como la actividad física, dormir por lo menos 7 u 8 horas, tener una dieta saludable, manejar el estrés y saber decir que no en algunas situaciones, saber manejar nuestras expectativas y ser más resilientes, entre otra muchas cosas que podemos potenciar.
El doctor Renato Oliveira e Souza, jefe de la Unidad de Salud Mental para la Región de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) explicó en su ponencia “No hay bienestar sin salud mental”, que hoy el mundo se encuentra en una situación compleja en razón de la pandemia de COVID-19 con muchas consecuencias directas en la salud mental.
“Reacciones comunes como el miedo, la angustia y la incertidumbre se observan en aumento, al igual que el estigma social y la exclusión. Todo esto nos trae muchos trastornos mentales. A la par, existen desafíos como la sobrecarga de información, rumores de noticias falsas, falta de información correcta o precisa que nos generan más estrés y preocupación. Es por ello que es necesario reforzar el enfoque comunitario para ayudar al prójimo, con la mira puesta en la reconstrucción de la salud mental de las poblaciones”, precisó el experto, que ejemplificó con investigaciones concretas realizadas en los últimos meses para convalidar sus afirmaciones sobre la afectación en la salud mental de las personas durante la pandemia.
Florencia López Boo, desde el Banco Internacional de Desarrollo (BID), describió este contexto y alertó sobre los grupos más vulnerables. “En las encuestas de salud mental realizadas en Argentina por la Fundación INECO y el BID se encontró que los grupos más afectados en relación al impacto en la salud mental son: los jóvenes, los hombres y las personas de menores ingresos. En encuestas en toda América Latina, vemos que los padres sufren más estrés que aquellos adultos sin hijos. Y, en particular, son las mamás las que más padecen dado que el cuidado de los chicos pequeños y la tele-escolaridad recae mayoritariamente en ellas”.
En el marco de la exposición, la economista argumentó sobre las políticas públicas para la nueva normalidad. “Va a ser necesario empujar a la gente a restablecer las conductas normales como volver a las consultas médicas, ir al dentista, o no tener miedo de volver a la escuela. Por eso para diseñar intervenciones necesitamos saber cómo la pandemia afectó los comportamientos y la mente de la gente”. Con este motivo, junto a INECO, realizaron algunos estudios. “Una encuesta se hizo recién empezada la cuarentena con 10.000 participantes y la otra a los 72 días de cuarentena con 3.000 participantes. En ambas se midió la depresión y la ansiedad. Los síntomas aumentaron a poco tiempo de iniciarse las medidas de aislamiento. Y el efecto fue más notorio en los jóvenes, hombres, y personas de menor ingreso. La encuesta a los 72 días muestra una profundización del impacto emocional”.
Dentro de la mesa de Bienestar y Desarrollo, Marita Carballo de la Asociación Mundial de Opinión Pública, expuso sobre “La felicidad de las naciones”. “Existe una idea generalizada de que la felicidad es algo que debe ser alcanzado individualmente, una elección personal, no relacionada con las políticas públicas. Este es el punto de vista tradicional que está cambiando rápidamente. Los estudios en el ámbito de la economía, la psicología y la opinión pública han demostrado que, aunque la felicidad es subjetiva, puede medirse y relacionarse con las características personales y las tendencias de las sociedades”. Carballo explicó que, a través de las encuestas del World Values Survey, se pueden conocer cómo ha evolucionado el bienestar subjetivo en los últimos 35 años a nivel global y por países. Además de analizar los factores que se correlacionan con la felicidad.
El doctor David Raichlen, antropólogo y profesor en el área de Biología Humana y Evolutiva en la Universidad del Sur de California en Estados Unidos, planteó en su charla ¿por qué el cerebro necesita ejercicio para estar saludable?
Raichlen afirmó que se sabe que la actividad física mejora el funcionamiento de numerosos órganos, pero los efectos suelen estar relacionados con una mejoría de la condición física. “Por ejemplo, cuando caminamos o corremos, nuestros músculos necesitan más oxígeno y, con el tiempo, nuestro sistema cardiovascular responde aumentando el tamaño del corazón y fabricando nuevos vasos sanguíneos. Los cambios cardiovasculares son principalmente una respuesta al esfuerzo físico asociado al ejercicio, el cual puede, a su vez, mejorar la resistencia. ¿Pero qué tipo de esfuerzo puede provocar una respuesta del cerebro?”, se preguntó.
“En un estudio de más de 7.000 personas de mediana edad a adultos mayores en el Reino Unido, publicado en 2019 en Brain Imaging and Behavior, demostramos que las personas que dedicaron más tiempo a una actividad física moderada a vigorosa tenían volúmenes de hipocampo más grandes. Aunque todavía no es posible decir si estos efectos en los humanos están relacionados con la neurogénesis u otras formas de plasticidad cerebral, como el aumento de las conexiones entre las neuronas existentes, los resultados indican claramente que el ejercicio puede beneficiar el hipocampo del cerebro y sus funciones cognitivas”, indicó el experto.
Según Raichlen, los investigadores también han documentado vínculos claros entre el ejercicio aeróbico y los beneficios para otras partes del cerebro, incluida la expansión de la corteza prefrontal. Tal aumento de esta región se ha relacionado con funciones cognitivas ejecutivas más agudas, que involucran aspectos de planificación, toma de decisiones y multitarea, habilidades que, como la memoria, tienden a disminuir con un envejecimiento saludable y se degradan aún más en presencia de Alzheimer.
En otro bloque del simposio, durante la mesa “El bienestar laboral en la nueva normalidad”, Gabriel Recalde, gerente de políticas públicas de Instagram Argentina habló de la tecnología y el bienestar en el contexto de la pandemia. Explicó que Instagram es un espacio para aproximar a las personas con las cosas y personas que más les apasionan y tiene el compromiso de promover un espacio de expresión seguro para todos. Habló sobre la interacción que tuvieron los usuarios en la popular plataforma y cómo se remarcaron los mensajes de prevención del COVID-19 en los últimos meses.
Natalia Mileo, directora de Experiencia de Mercado Libre en Argentina afirmó que desde la popular empresa, se plantearon 3 prioridades en medio de la pandemia: 1-Asegurar la continuidad de las operaciones, con más de 12.000 personas que pasaron a trabajar de forma remota y con la operación de los centros de almacenamiento con todos los protocolos de seguridad; 2-Reforzar alianzas de empleos, fundamentalmente en el área gastronómica, que se vio muy afectada por la pandemia. Aportar ofertas, descuentos, reforzar donaciones, dar créditos a pymes; y 3- Enfocarnos en el bienestar emocional de la personas. Respecto a la salud física, brindamos formatos nuevos para promover la salud y el bienestar, como el yoga, la medicina virtual, tips nutricionales, información sobre el beneficio de la alimentación, RCP y primeros auxilios.
El cierre del evento estuvo a cargo de Facundo Manes en el que agradeció a los expertos nacionales e internacionales que participaron del evento que tuvo una audiencia de más de 16.000 personas de 43 países. También resaltó el apoyo de las empresas e instituciones que hicieron posible el simposio y dejó un mensaje esperanzador: “Esta pandemia nos va a hacer mejores. Tengo la esperanza de que al término de la misma vamos a tener un mundo más altruista, más resiliente, con la mirada puesta más en el otro y con la valoración del intercambio social tan necesario como especie humana”.
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