“Hay mucho camino por recorrer aún, y muchos mercados por conquistar. A pesar de que Patagonia ya atrae por las sensaciones que genera en el imaginario, y que para mí es súper sexy, sus vinos aún no son muy conocidos, pero estoy segura de que se van a conocer mucho en los próximos años. Hoy, ante esta difícil situación que atraviesa el mundo por la pandemia, la industria tiene un gran desafío, debe seguir generando trabajo de calidad y continuar con la producción sin interrupciones”.
Quien habla es Juliana Del Águila Eurnekian, que ya se ha convertido en una referente del vino patagónico, porque desde que está al frente de Bodega Del Fin del Mundo ha recorrido diversos mercados representando no solo a los vinos de la casa sino también a los de la región. Convencida que “los vinos de la Patagonia son sexy” -porque es un nombre que despierta curiosidad en el consumidor global- conoce muy bien el carácter de los vinos y qué es lo que los diferencian de los que se elaboran en las demás regiones vitivinícolas de la Argentina.
En la previa de la primera edición virtual de Expo Vinos de la Patagonia, dialogó con Infobae de la actualidad y el potencial de los vinos de la región, de las características que cada provincia imprime en sus vinos, el terruño, el clima, las variedades más destacadas y cómo los vinos se diferencian en estilo.
Su intención es llevar a Patagonia al mundo y demostrar que tiene vinos muy distintos y muy ricos, aprovechando que aún no se conocen tanto y que generan mucha curiosidad. Ella sabe muy bien que el vino nace en el viñedo, y que la viña forma parte de un terruño y un paisaje integrados a una región.
La Patagonia posee grandes extensiones desoladas en el sur del territorio, flanqueadas por montañas bajas y boscosas, un circuito de lagos paradisíacos en el oeste, y las costas del Atlántico al este. Y si bien en el imaginario colectivo es una zona de una inmensidad incalculable, la superficie cultivada alcanza 3.783,60 ha, lo que representa cerca del 2% del total de vides plantadas. Esto implica muy poco respecto de Mendoza que aporta más del 70%. Sin embargo, el valor percibido de los vinos patagónicos es muy alto y, como dice la joven bodeguera, despiertan curiosidad en los consumidores.
La vitivinicultura se desarrolla sobre las cuencas y riberas de los principales ríos, que ejercen gran influencia en el terroir, conformando diversos oasis al suroeste de la provincia de La Pampa, este de Neuquén y norte de Río Negro, hasta la desembocadura del río en el Mar Argentino. Aunque en los últimos años, productores inquietos han empujado la frontera del vino hacia el sur, más allá del paralelo 45° en Chubut.
Si bien la superficie de viñedos no es tan amplia y el clima es extremo, se pude decir que en Patagonia hay de todo. Empezando por Río Negro (1520 ha) que aporta la historia, ya que allí no solo hay bodegas centenarias con viñas viejas sino también hay pequeños emprendimientos que forjaron un gran prestigio para la región. Los viñedos se desarrollan en una serie de valles ubicados sobre la cuenca de los ríos Colorado y Negro, que atraviesan la provincia de oeste a este. Cabe destacar que la altura no es una característica de la zona, como si lo es en el NOA o en la región de Cuyo. Aquí lo que más influye en el clima es la latitud sur, y fundamentalmente los vientos que generan temperaturas medias más bajas, y una gran amplitud térmica. El clima es mayormente continental y seco, con escasas precipitaciones y baja humedad relativa.
La zona más destacada es el Alto Valle de Río Negro, aportando vinos que sobresalen por su excelente relación entre alcohol y acidez, producto de una maduración lenta de las uvas.
Por su parte, Neuquén (1762 ha) se ha convertido en solo veinte años en la provincia más pujante de la región, por modernidad y también cantidad de hectáreas plantadas. Allí surgió, hacia fines de los 90, San Patricio del Chañar, donde Bodega Del Fin del Mundo es el principal referente con más de 800 hectáreas de viñedos.
Si bien la zona cultivada se ubica a baja altura, entre los 270 y 415 metros, la temperatura desciende como consecuencia de la latitud, que tiene un efecto compensatorio. El paisaje está dominado por grandes bardas y viñedos protegidos con cortinas de álamos por los permanentes vientos, que obligan a las uvas a engrosar su piel, al tiempo que aseguran la sanidad de los racimos. Esto explica la notable concentración de color en todas sus variedades, con altos niveles de fruta en sus aromas, gran cuerpo y estructura. Entre las variedades más cultivadas se destacan el Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Pinot Noir, Semillón y Chardonnay.
Para Juliana Del Águila Eurnekian el Semillón, el Pinot Noir y el Merlot son las tres variedades más importantes de la provincia, más allá del Malbec. Y la clave está en que el clima permite una madurez lenta de la uva, dando vinos expresivos, con intensidad, pero también con gran frescura natural. Sin dudas, son variedades altamente favorecidas por el frío de la zona y alcanzan su máxima expresión. El Merlot se destaca por vinos de sabor suave, equilibrados y de intensidad aromática, el Pinot Noir por su elegancia, mientras que el Semillón por su carácter y frescura.
Y si bien el Malbec es la variedad más cultivada, los blancos están marcando la diferencia: el Sauvignon Blanc produce un vino de calidad superior cuando se logra controlar el vigor de las cepas y las uvas se cosechan en plena madurez, mientras que el Chardonnay adquiere un decidido aroma frutal, de buen cuerpo y armónico.
Pero en Patagonia también hay lugar para curiosidades, como propone La Pampa con sus pocos vinos, y ahora Chubut, con propuestas más extremas.
Para Juliana, “Neuquén surgió para marcar otro hito en la historia de los vinos patagónicos, con un pie más moderno, súper pujante y también con otro carácter, no tan anclado en la historia sino con vistas a futuro”.
Ubicada en el centro del país, La Pampa (279 ha) constituye un área de transición entre regiones, aunque por su paisaje, historia y cultura, integra la Patagonia. Desde el año 2000 la Patagonia extendió sus límites vitivinícolas hacia el norte sobre la cuenca del río Colorado, en la localidad de 25 de Mayo (Alto Valle del Río Colorado), donde por ahora hay una sola bodega que produce Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Sauvignon Blanc y Chardonnay, entre otros.
Por otra parte, en la Patagonia austral, el territorio de Chubut (75 ha) constituye el punto más extremo para el cultivo de la vid en Argentina y donde se asienta el viñedo más austral del mundo, más allá de los 45° de latitud sur.
La actividad se concentra en una sucesión de pequeños oasis distribuidos a lo largo del territorio en zonas cercanas a ríos caudalosos y grandes lagos. Nuevos desarrollos en Trevelín, Paso del Sapo y Sarmiento se desarrollaron con rapidez y sus vinos comenzaron a ganar prestigio a nivel internacional, con características diferenciales marcadas por la latitud y el clima de la región.
El frío extremo, los fuertes vientos y la presencia de heladas durante toda la temporada se traduce en vinos frescos, de notas frutadas y buena acidez. El Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc se encuentran entre las variedades más plantadas, si bien es reconocida la calidad que el Gewürztraminer alcanza en estas latitudes.
Recientemente, el Instituto Nacional de Vitivinicultura reconoció a Trevelín como una Indicación Geográfica (I.G.), ubicada en el Departamento Futaleufú, al noroeste de la Provincia del Chubut. Para lo cual se realizaron investigaciones de suelo, clima, análisis sensoriales de las variedades producidas en el valle de Trevelín y definiendo un área geográfica.
Así, Patagonia se destaca como una de las regiones vitivinícolas más atractivas y con más potencial del mundo, que está empezando a desarrollar una diversidad acorde con las demás regiones de la Argentina, y que tiene todo para destacarse con vinos que ya demuestran un estilo y carácter propio, y que van más allá del Malbec.
La gran mayoría de los vinos patagónicos va a estar presentes este viernes 30 de octubre en la nueva edición de la Expo Vinos de la Patagonia, que esta vez se realizará de forma virtual, ideal para disfrutar desde casa, y que como siempre destacará no sólo las etiquetas de todas las bodegas de esa región sino también su atractiva y rica gastronomía de la mano de reconocidos chefs y productos regionales.
Se trata de una innovadora experiencia que propone disfrutar de los sabores, paisajes y grandes vinos del sur argentino sin salir de casa. Con la posibilidad de participar desde todo el país, la propuesta incluye recibir vinos de Chubut, Neuquén y Río Negro, junto a sidras, chocolates y un exquisito tapeo gourmet, para formar parte de un viaje virtual por los deslumbrantes paisajes de la Patagonia.
Con el objetivo de seguir promocionando a la Patagonia como una región productora de vinos de alta calidad y adaptándose a estos tiempos de distanciamiento social, llega la primera edición virtual de Expo Vinos de la Patagonia, una feria nacida en la Ciudad de Buenos Aires, que en los últimos tres años reunió a miles de consumidores en sus ediciones presenciales, para disfrutar de los sabores, paisajes y grandes vinos del sur argentino.
Participan más de 20 bodegas de la región, en una selección que incluye tres vinos de Neuquén, tres de Río Negro y uno de Chubut (todos en botellas de tamaño estándar de 750ml). La propuesta es dejarse sorprender por una combinación de vinos Premium conformada por etiquetas de bodegas ya conocidas junto con otras por descubrir de pequeños productores, que han sido catadas previamente y aprobadas por un equipo de sommeliers para participar del evento, en un mix de propuestas donde brillan los Pinot Noir, Merlot, Malbec, Cabernet Franc, Chardonnay y Sauvignon Blanc, entre otras variedades que aman el frío.Hay muchas maneras de participar activamente, adquiriendo vinos, sidras y otros productos gourmet, como por ejemplo un gran tapeo patagónico.
Los residentes del AMBA accederán a un exquisito tapeo elaborado por el reconocido chef Pablo Buzzo, que incluye un Paté de Ave orgánico y Hongos de Chubut, Chutney de Peras, Manzanas y Frutos Secos del Valle de Neuquén, Hummus de Garbanzos con Oliva de Río Negro y Merken Ahumado, y un crujiente Pan de Campo. Mientras que, en otras localidades del país, la propuesta es acceder a una sabrosa degustación de sabores de todos los rincones de la Patagonia compuesta por una selección de patés Premium de cuatro gustos diferentes, que pueden ser de Langostinos del mar argentino, ciervo, jabalí, cordero patagónico, salmón o trucha de los lagos del sur.
¿Cómo participar? Las entradas ya se pueden adquirir ingresando a www.vinosdelapatagonia.com, las que darán acceso a una experiencia ideal para disfrutar de a dos o más personas. Sus valores según lugar de residencia y tipo de experiencia gastronómica elegida son:
-Residentes AMBA con Tapeo Gourmet: $5000
-Residentes AMBA con Experiencia Gourmet VIP: $9500
-Residentes resto del país (fuera del AMBA): $5500
El valor incluye todos los productos mencionados y el envío a domicilio, con entrega antes del día del live. En todos los casos se sumará un 10% de service charge.
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