El 52% de la población modificó sus hábitos alimenticios durante la cuarentena

Una encuesta realizada por Fleni reveló que las costumbres de la población sufrieron cambios abruptos, en especial con respecto a la alimentación

Debido al sedentarismo que supone este confinamiento, son muchos los expertos que coinciden en que comer emocionalmente muchos alimentos con poca nutrición puede debilitar el sistema inmune y empeorar el estado de ánimo (Shutterstock.com)

Con la cuarentena obligatoria en la Argentina, los hábitos y costumbres de la población sufrieron cambios abruptos, en especial con respecto a la alimentación. Lo cierto es que en muchas ocasiones esto puede significar una situación estresante para muchos en donde la comida puede ser una de las formas más fáciles e inmediatas para levantar el ánimo y sentirse mejor.

Sin embargo, debido al sedentarismo que supone este confinamiento, son muchos los expertos que coinciden en que comer emocionalmente muchos alimentos con poca nutrición puede debilitar el sistema inmune y empeorar el estado de ánimo en un momento en el que proteger el cuerpo y mantener una actitud positiva es particularmente importante.

En este contexto, un estudio realizado por Fleni, con el objetivo de detectar cómo se están viendo afectados los hábitos alimentarios y estilo de vida durante el periodo de aislamiento social preventivo y obligatorio por la pandemia de COVID-19, reveló que el 52% de los encuestados modificó su alimentación y lo más alarmante es que el grupo que principalmente lo hizo, es el que presenta uno de los principales factores de riesgo: el sobrepeso y la obesidad.

Estos datos se acompañan de una reducción en la realización de actividad física durante este período, principalmente en el grupo de las personas que cambiaron sus hábitos alimenticios. Una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), para mantener y mejorar la salud es realizar actividad física. En su página oficial ha comunicado: “La actividad física regular es beneficiosa tanto para el cuerpo como para la mente. Reduce la hipertensión arterial, ayuda a controlar el peso y disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes de tipo 2 y diversos tipos de cáncer. También mejora la resistencia de los huesos y la fuerza de los músculos, así como el equilibrio, la flexibilidad y la aptitud física”.

Del total de los encuestados, que modificaron su alimentación durante el período de cuarentena, el grupo etario que mayormente la modificó se encuentra entre los 30 y 45 años (Shutterstock)

“El objetivo fue analizar su impacto sobre la salud para desarrollar herramientas útiles para este periodo tan particular. La encuesta proporcionó información válida sobre aspectos relacionados con la nutrición a través de la evaluación de hábitos de alimentación, consumo de ciertos grupos de alimentos, realización de actividad física, cómo de datos antropométricos de peso y talla. Además, se evaluaron los factores de riesgo más importantes y si los participantes tenían indicados planes de alimentación por profesionales”, enfatizó Diego Querze, responsable de la sección de Nutrición en Enfermedades Neurológicas de Fleni.

Del total de los encuestados, que modificaron su alimentación durante el período de cuarentena, el grupo etario que mayormente la modificó se encuentra entre los 30 y 45 años. No hubo diferencias considerables entre géneros. Pero sí el 83% de los participantes que modificaron su alimentación, viven acompañados.

Otro dato que desprende la investigación es que no se observaron diferencias en el grado de modificación de su alimentación entre el grupo que tiene indicado un plan de alimentación, y aquellos que no.

En cuanto a los participantes que presentan factores de riesgo, los que modificaron su alimentación en mayor medida son aquellos con sobrepeso (62.9%) y obesidad (72.7%) empeorando aún más sus patologías pre existentes.

En cuanto al ejercicio físico, se observa una reducción del 53.1%, principalmente en el grupo que modificó su alimentación REUTERS/Kevin Coombs

Dentro de la investigación se desprenden también otros resultados alarmantes: en el 49% de los participantes que modificaron su alimentación, el grupo de los cereales fue el que más se incrementó. Del grupo de frutas y verduras, el 57% de las personas no modificó su consumo. Del grupo de lácteos, tampoco se observaron modificaciones en el 70% de los casos.

En el grupo de pastelería se observa un aumento del consumo en el 34.8% de los encuestados, principalmente en el de participantes que modificaron su alimentación durante la cuarentena (49%).

En cuanto al ejercicio físico, se observa una reducción del 53.1%, principalmente en el grupo que modificó su alimentación.

Estos datos concuerdan con la epidemia de sobrepeso y obesidad que es la forma más prevalente de malnutrición y continúa aumentando sostenidamente en Argentina, en concordancia con lo que se observa en otras encuestas como la ENFR y con lo que ocurre a nivel mundial.

SEGUÍ LEYENDO