Cómo saber si sos “PAS”, una persona altamente sensible

Se trata de un rasgo de la personalidad que sin la atención apropiada puede llevar a la ansiedad y la depresión. Cómo es ser una persona altamente sensible

El término fue estudiado por primera vez en 1991 por la psicóloga e investigadora estadounidense Elaine Aron bajo la denominación científica de “sensibilidad de proceso sensorial” (Shutterstock)

El siglo XXI se caracteriza por la sobreinformación y una de las consecuencias de ello es que las personas comenzamos a buscar un nombre o una etiqueta para lo que nos ocurre a nivel emocional, conductual o físico. De esta manera, cada año salen nuevas enfermedades o psicopatologías, como dicen los psiquiatras, que nos ayudan a colocarnos bajo un conjunto de características personales que tenemos en común con un cierto número de la población.

La alta sensibilidad, un concepto que se encuentra en pleno proceso de estudio y evolución, afecta a entre un 15% y un 20% de la población. Una persona altamente sensible (PAS) experimenta el mundo de manera diferente a los demás, son más conscientes de las sutilezas y procesan la información profundamente. Esto significa que tienden a ser creativos, perspicaces y empáticos, pero también significa que son más propensos que otros a estresarse y abrumarse. En general, se trata de personas que tienen un mayor nivel de percepción y estimulación neurosensorial y cognitiva, por lo que pueden tener una mayor activación ante ciertos estímulos, tanto externos como internos.

El término fue estudiado por primera vez en 1991 por la psicóloga e investigadora estadounidense Elaine Aron bajo la denominación científica de “sensibilidad de proceso sensorial” y captó la atención del mundo seis años después cuando la autora publicó su libro El don de la sensibilidad. Según la definición de Aron, la persona altamente sensible (HSP, por sus siglas en inglés) tiene un sistema nervioso sensible, es consciente de las sutilezas en su entorno y se abruma más fácilmente cuando se encuentra en un entorno altamente estimulante.

“Las personas altamente sensibles o hipersensibles sufren un gran impacto emocional frente a estímulos estresantes. Cuando alguien ofende a una persona sensible esta sufre, pero cuando alguien ofende a una persona hipersensible arruina su día o compromete su semana. Una persona sensible se preocupa por el dolor de los demás, mientras que una persona hipersensible experimenta el dolor de los demás, solo por dar algunos ejemplos”, explicó en diálogo con Infobae, el reconocido psiquiatra, investigador y escritor brasileño Augusto Cury.

Los niños también pueden ser PAS, aunque puede no ser fácil de detectar (Shutterstock)

Según informa la Asociación Española de Profesionales de Alta Sensibilidad, aproximadamente entre un 15-20% de la población humana y más de 100 especies diferentes estudiadas presentan una mayor actividad de procesamiento sensorial.

La cualidad clave es que, en comparación con el 80% sin el rasgo, procesan todo lo que les rodea mucho más: reflexionan, elaboran y hacen asociaciones. Cuando este procesamiento no es completamente consciente, emerge como intuición. Esto representa una estrategia de supervivencia que se encuentra en muchas especies, siempre en una minoría de sus miembros.

A su vez, para la doctora Aron, aproximadamente el 20-30% de la población tiene un sistema nervioso altamente sintonizado que procesa profundamente la información tanto dentro como a su alrededor. En pocas palabras, asegura que las personas altamente sensibles piensan y sienten todo más profundamente, no porque sean débiles o inadecuados, sino por su genética.

La especialista sostiene que en el pasado a las PAS se las llamaba “tímidas”, “inhibidos” o “introvertidas”, pero estas etiquetas pierden por completo la naturaleza del rasgo. El treinta por ciento de los HSP son en realidad extrovertidos. “Las personas altamente sensibles solo parecen inhibidos porque son muy conscientes de todas las posibilidades en una situación. Se detienen antes de actuar, reflexionando sobre sus experiencias pasadas. Si estas fueron en su mayoría malas experiencias, entonces sí, serán realmente tímidas. Pero en una cultura que prefiere extrovertidos confiados y audaces, es perjudicial y erróneo estigmatizar a todos las PAS como tímidos cuando muchos no lo son”, advierte Aron en su escrito.

Y asegura: “La sensibilidad es cualquier cosa menos un defecto. Muchas PAS son a menudo trabajadores inusualmente creativos y productivos, socios atentos y reflexivos, e individuos intelectualmente dotados. Estas personas podrían contribuir mucho más a la sociedad si recibieran el tipo correcto de atención”.

“Se trata de personas que tienen un cuadro, como su nombre lo indica, de altísima sensibilidad en términos de: la intensidad con que se reciben los estímulos, la emocionalidad con que se liga empáticamente al entorno, la sutileza que tienen en captar las emociones y las situaciones que pueden vivir ellos y otras personas, una percepción aumentada de sus sentidos y un umbral emocional sensible más bajo que le permite captar lo que probablemente para otros sería de un modo mucho más superficial”, manifestó en una entrevista con este medio el prestigioso psicoanalista y médico psiquiatra José Abadi.

Es importante aclarar que la alta sensibilidad no es un trastorno o una condición, sino un rasgo de personalidad que también se conoce como sensibilidad de procesamiento sensorial (SPS). Para Jorge Garaventa, psicólogo y miembro de la Federación de Psicólogos de la República Argentina, “no existe un estudio sistemático constante y reconocido científicamente como para darle esa categoría”.

“En principio son teorías de relatos de agrupamientos sintomáticos hechas por determinados autores. En realidad, efectivamente existen personas que son altamente sensibles pero no es porque tengan algún tipo de conformación de la personalidad o de armado neurológico particular, sino que se trata de una construcción vital. En general, eso que se describe como una ‘alta sensibilidad’ suelen ser resabios de distintos grados de traumatizaciones, es decir huellas de situaciones vividas”, sostuvo Garaventa en diálogo con este medio. Y agregó: “Es importante entender que en una sociedad como la actual, independientemente del contexto que nos toca atravesar, las personas altamente sensibles tienen un nivel de sufrimiento mucho más elevado que el resto”.

Se sabe muy poco de las causas de la alta sensabilidad. Para Aron, es “un rasgo genético y hereditario”, pero hay quienes aseguran que está modulado por las circunstancias vitales de la infancia y la crianza. “Las personas nos vamos constituyendo en relación con el medio y con la carga que traemos. Ya no se considera al cerebro como la caja cerrada donde todo viene dado, sino que es la interacción con el medio la que va desarrollando capacidades o inhibiendo posibilidades y esto es lo que hace que haya personas más y menos sensibles, con una capacidad de conexión con el otro como las PAS o una incapacidad de conexión con el otro como las personas más narcisistas”, indicó consultada por este medio María Teresa Calabrese, médica psicoanalista y psiquiatra especialista en niños y adolescentes.

Cuatro pilares de las personas altamente sensibles (PAS), como características esenciales de las mismas según Elaine Aron:

  • Reflexionar de manera profunda sobre la información recibida
  • La tendencia de sobre-estimularse o de saturarse
  • Una fuerte emocionalidad ligada a una gran capacidad empática
  • Una elevada sensibilidad sensorial especialmente en cuanto a “sutilezas”

Aquellos que compartan estas características pueden hacer este test de carácter orientativo, que diseñó en su momento la doctora Aron.

La falta de autoconocimiento puede llevar a que las PAS se sientan abrumadas, agobiadas e incluso avergonzadas de sentir en la manera en que lo pueden hacer (Shutterstock)

“La sensibilidad, como nosotros sabemos, y la alta sensibilidad no son patrimonio solamente de las PAS, sino que hay gente que es más sensible, más empática, más emocional, más ligada a determinados valores e ideales que lo comprometen más intensamente a una cierta sensibilidad al dolor por el otro, a la compasión. Efectivamente son formas de sensibilidad que vemos en el ser humano, pero no por eso son PAS”, añadió Abadi.

Sentir como sienten estas personas, no es sinónimo de imperfección, ni de que haya algo que está mal o que funciona mal dentro de ellos. Tienen grandes cualidades que pueden ayudar a mejorar su vida y la de los que lo rodean. Sin embargo, la falta de autoconocimiento puede llevar a que se sientan abrumadas, agobiadas e incluso avergonzadas de sentir en la manera en que lo pueden hacer.

Si bien la sensibilidad viene con sus desafíos (pensar demasiado y abrumar emocionalmente por nombrar algunos), es una fuerza poderosa tener como líder. De hecho, los estudios han demostrado que los HSP tienen circuitos mentales y neuroquímicos más activos en áreas relacionadas con la atención, la planificación de acciones, la toma de decisiones y las experiencias internas sólidas. En otras palabras, tiene una gran capacidad para canalizar su enfoque con precisión, tomar decisiones reflexivas y generar ideas ricas para aportar grandes ideas a la mesa.

Todo esto no quita que los PAS deban aprender sobre sí mismos y aplicar técnicas o procesos que nos ayuden a una mejor adaptación al entorno o bien a sacar lo mejor de este rasgo. Es decir, del mismo modo que una persona muy sociable también ha de aprender a estar sola, una PAS tiene que buscar el punto medio entre forzarse demasiado hacia afuera y mantenerse demasiado hacia adentro. “La emoción es una vía para acceder sentimental y cognitivamente a la comprensión de uno mismo y del otro, es un proceso de apertura pero como dijo Freud, nuestra subjetividad también precisa defenderse de una sobre-estimulación, por eso es que necesitamos momentos de desconexión como: dormir, desatender y cerrarnos a los distintos estímulos”, explicó a Infobae la psicoanalista Fiorella Litvinoff.

Entrevista video: Marco Diz

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