Se están por cumplir tres meses de confinamiento y, más allá de algunas actividades que se van flexibilizando, la economía general y familiar siguen alteradas. No obstante, la industria del vino ha sabido adaptarse rápidamente a los tiempos que corren y a las nuevas costumbres que han surgido con esta pandemia.
Pero quizás lo más importante no sean las acciones creadas ad hoc para salir del paso, sino aquellas actividades que han llegado para quedarse, es decir que pueden seguir desarrollándose una vez que todo vuelva a la normalidad.
La gran ventaja del vino es que es una industria nacional, con gran presencia en todos los mercados, ya que es un producto que se puede conseguir en muchos comercios de cercanía. Y si bien no está catalogado como de primera necesidad, durante la pandemia muchos se han dado cuenta de que el vino es un producto noble, con propuestas al alcance de todos, y que puede colaborar mucho para hacer de una comida cotidiana un momento especial.
Hoy, más que nunca, se hace imperioso encontrar nuevas formas para pasarla mejor en casa. Y el vino, además de ser natural, forma parte de la cultura popular -no por casualidad es la bebida nacional- y se disfruta con las comidas, es decir que no se trata de una situación forzada, inventada o desconocida. Esta es básicamente la razón por la cual las ventas de vino se mantienen en niveles aceptables por más de que los restaurantes, uno de los principales canales de venta, estén cerrados. Además, han surgido nuevos puntos de venta para facilitar la compra. Y mientras las vinotecas luchan por mantenerse activas, fomentando las ventas a los vecinos con propuestas atractivas vía WhatsApp con entregas a domicilio, las bodegas salieron con todo a vender en el canal online.
Pero lo más atractivo para los consumidores no está ahí, más allá que las ofertas se multipliquen y los descuentos sean muy atractivos, con posibilidad de pagar en cuotas y recibir los vinos en casa a los pocos días y sin costo adicional. Lo más interesante son las acciones y actividades que las bodegas están desarrollando desde hace un par de meses para llegar al público de una manera diferente, con el claro objetivo de fomentar el consumo responsable de sus vinos y sus ventas, obviamente.
De esta manera, los consumidores pueden acceder a contenidos y actividades, pagas o sin cargo, que les permiten aprender y disfrutar más de los vinos argentinos.
Vinos y maridajes virtuales hechos realidad
Primero fue el turno de ver cómo se reemplazaban los eventos ya programados, es decir, cómo se seguía adelante con el calendario de lanzamientos de vinos. Así fue como los periodistas especializados empezaron a recibir muestras de vinos e invitaciones a participar por Zoom o Google Meet. De un lado de la pantalla, el enólogo con sus copas llenas de los mismos vinos que todos los demás participantes tenían en sus copas. Y así, con charlas de aproximadamente dos horas, que incluyeron presentaciones de gráficos, fotos de lugares y videos, se pudieron hacer las presentaciones pautadas. De manera diferente, es cierto, pero también muy efectivas.
Cabe destacar que los lanzamientos de vinos suelen hacerse en restaurantes o salones con menús pensados para los mismos, o bien en viajes temáticos a las bodegas y los terruños donde nacen cada una de las etiquetas. Y si bien de esa manera se aprende mucho, con esta nueva metodología virtual pero interactiva, también se logran captar perfectamente los conceptos para poder transmitirlos claramente. Y lo mejor de todo, desde la comodidad del hogar y sin desperdiciar tiempos en traslados.
Así, rápidamente, los marketineros de las bodegas vieron la nueva oportunidad de poder generar un nuevo espacio, pero esta vez con consumidores. Al principio fue a través de las vinotecas y sus clientes, y después ya se lanzaron en busca de nuevos consumidores.
Esto quiere decir que, más allá de las presentaciones profesionales y las capacitaciones a sommeliers, esta nueva metodología les ha permitido a las bodegas meterse directamente en casas de familia, y generar una experiencia novedosa alrededor del vino causando un gran impacto.
También surgieron propuestas más allá de las bodegas. Primero fueron los vivos, y así como los chefs cocinan y comparten sus recetas, los periodistas especializados y sommeliers realizan catas y entrevistas por Instagram, Facebook o Youtube. Incluso algunos se animaron a realizar acciones especificas vía Zoom, como por ejemplo degustaciones online, o packs interactivos de vinos y cata guiada para regalar a los papás en su día. Es decir que, sin salir de casa, se puede comprar el regalo y el agasajado puede disfrutarlo.
Paralelamente, algunos restaurantes comenzaron a abrir inaugurando el formato delivery, intentando obviamente incluir vinos en sus propuestas. Algo que las bodegas no tardaron en sumarse. Por un lado, para apoyar a sus clientes, y por el otro para poder ingresar de una manera diferente a las casas de consumidores potenciales.
Y así empezaron a surgir nuevas alternativas. El Gran Bar Danzón lanzó su ciclo de “Tastings 2020”, en la que el sommelier de la casa propone una selección de vinos de una bodega en particular que esté en su carta. Promueve a través de las redes la actividad, que consiste en una degustación en vivo por Zoom con el enólogo de dichos vinos. A los participantes le llegan los vinos junto a una tabla de quesos a su domicilio, unas horas antes de la cita virtual.
Aldo Graziani, el reconocido sommelier propietario de Aldo´s, intercala sus vivos en Instagram con personajes relevantes de la industria, con degustaciones virtuales utilizando la misma metodología. Mientras otros se animaron a ir un paso más allá. La bodega Rosell Boher fue pionera, ya que a fines de marzo lanzó una propuesta que luego se popularizó. En conjunto con el restaurante Amazonia enviaron una caja con ingredientes y una botella de vino, y, a una hora determinada, el chef del lugar comenzaba un vivo para que la gente que había adquirido la caja pueda cocinar el plato (arroz con calamares) junto con él, para luego disfrutarlo en familia, y con un maridaje muy bien pensado (Casa Boher Sauvignon Blanc). Esto fue como tener al chef en casa dando indicaciones, mientras se cocinaba en familia, disfrutando una copa de vino. Sin dudas, un programa muy entretenido que puede trascender la cuarentena.
Pasaron las semanas y los delivery se fueron sofisticando, a tal punto que los mejores restaurantes del país comenzaron a llegar a las casas con elegantes cajas y menús, compuestos por platos envasados al vacío (en bolsas plásticas). Todo listo para calentar (en agua caliente), emplatar y disfrutar. Ahí también las bodegas se sumaron.
Quizás el caso más emblemático sea el de Espacio Trapiche, el reconocido restaurante de bodega a cargo de Lucas Bustos. El chef recreó un par de menús para enviar a domicilio, con la misma sofisticación con la que lo sirven en el salón, y obviamente llegan a las casas con vinos de la bodega.
Pero el desafío, y lo que abrió un nuevo paradigma, fue haber recorrido 1200 km con el menú, ya que hicieron una presentación en Buenos Aires hace pocos días. La comida, debidamente envasada al vacío, viajó el día anterior en camión refrigerado. Sin embargo, el chef aseguró que la comida mantiene todas sus propiedades al menos durante cinco días de esa manera. Por lo tanto, si bien el restaurante de bodega se mantiene cerrado por la cuarentena, la cocina puede permanecer abierta para muchos más comensales, y a partir de ahora no solo pensando en los que viven cerca o en los turistas de ocasión.
Todo esto hace pensar que en un futuro cercano los restaurantes van a atender las mesas de su salón -aunque sean la mitad de cubiertos que la actual- conjuntamente con mesas virtuales que surjan en diversos domicilios. Por otra parte, esto le puede permitir al chef y al enólogo o al sommelier, en días específicos, acompañar a los comensales en la experiencia, estando del otro lado de la pantalla para atender todas las consultas posibles. Todavía las plataformas tienen ciertas limitaciones en cuanto a cantidad de participantes, pero en breve se crearán distintos “rooms” para que el emisor transmita a la vez para diferentes comunidades que no necesariamente estén interconectadas.
Sin dudas, esta nueva metodología se empezará a utilizar para llegar de una manera innovadora a las casas de los futuros consumidores y fundar una relación a partir de una experiencia entretenida.
Fabricio Portelli es sommelier argentino y experto en vinos
Twitter: @FabriPortelli
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