Por la pandemia, la donación de sangre se redujo al 80% y alertan que la situación es crítica

Aunque ir a donar es legal en tiempos de cuarentena, las personas dejaron de hacerlo por temor a contagiarse. Para paliar esta crisis, médicos, bioquímicos, técnicos, administrativos y gente de otras áreas sanitarias donan su sangre, pero no es suficiente. Tres especialistas analizan la gravedad de la situación para Infobae

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Por la pandemia, la donación de sangre se redujo al 80% y la situación es crítica (Foto: Shutterstock)
Por la pandemia, la donación de sangre se redujo al 80% y la situación es crítica (Foto: Shutterstock)

La vida de muchos pacientes con enfermedades graves, o que requieren con urgencia de intervenciones quirúrgicas en las que se necesitan dadores de sangre, está en verdadero peligro. Las cirugías deben posponerse ya que, por la pandemia y el temor al contagio de COVID-19, la donación de sangre se redujo al 80 % y la situación actual en hospitales, clínicas y sanatorios es crítica.

A pesar de que hoy la donación de sangre está dentro de las actividades permitidas y que los donantes cuentan con un permiso especial para poder circular, muchas personas dejaron de hacerlo por temor al contagio de coronavirus. Sin embargo, y a pesar de este flagelo que azota hoy a la humanidad, la vida sigue fluyendo y, además de las cirugías programadas, es imperiosa la necesidad en la atención de cirugías de urgencia, accidentados, pacientes oncológicos, leucemias, partos, recién nacidos prematuros, etc. En estos casos, ellos pueden requerir la transfusión de los diferentes componentes de la sangre, necesarios para su recuperación.

En diálogo telefónico con Infobae, Federico Coló -director médico del Instituto Alexander Fleming (MN 47.917)- sostuvo: “Esto se inicia a principios de marzo -incluso pudo haber sido un poco antes- cuando todos los centros polivalentes deciden cerrar su internación y no hacer más cirugías esperando al coronavirus, para tener disponibilidad en su atención. Este mensaje le llegó a toda la población, y por ello, comenzaron a tener temor de ir a las clínicas, hospitales y sanatorios a donar sangre. Como si el centro del coronavirus fuesen los centros de salud... El instituto oncológico que dirijo, por ejemplo, sufrió esta retracción pacientes, pero también, la de dadores de sangre”, explicó el profesional.

“Por mes, hacíamos unas 800 transfusiones de sangre, y en nuestra especialidad son fundamentales porque -no solo tenemos a pacientes oncológicos que necesitan operarse- también tenemos a pacientes inmunosuprimidos, vulnerables ante la enfernedad y que están recibiendo tratamiento quimioterápico. El mayor consumidor de las transfusiones se da en las internaciones, en las unidades de terapia intensiva y en las unidades intensivas quirúrgicas, donde van los pacientes de las cirugías complejas oncológicas y las de trasplantes de médula ósea. Estamos tratando de reducir al mínimo la atención de los pacientes y, a pesar de todo, no logramos cubrir las necesidades básicas institucionales, porque la gente no viene a donar sangre. Nosotros necesitamos de estas transfusiones”, contó el Dr Coló.

El miedo al contagio es la principal causa por cual disminuyeron las donaciones de sangre. Otro punto, es que muchas personas desconocen que cuentan con un permiso especial, para poder salir a la calle en medio de la cuarentena y poder donar sangre.

Como nuestra institución se dedica a la oncología, todos nuestros pacientes son vulnerables, y hemos tenido que adoptar conductas, más allá de las recomendaciones nacionales e internacionales, para poder proteger a nuestros pacientes y personal. Todas las personas tienen que entrar con barbijo, incluso mucho antes de que su uso fuera obligatorio para la Ciudad; se les toma la temperatura basal y se le hace un triage con preguntas sobre sus antecedentes, por ejemplo, para saber si estuvo de viaje, etc. Con todo esto, disminuímos el riesgo de que los que entran a la institución sean portadores de coronavirus”, explicó.

“Estamos limitados en el número de pacientes que podemos transfundir, porque el número de pacientes oncológicos que necesitan transfusiones es muy alto. Mi mensaje es que nos ayuden para que podamos ayudar”, sostuvo el Dr Coló.

Infobae también dialogó con Karina Rainero -jefa del servicio de Medicina Transfusional y Banco de Sangre del Instituto Alexander Fleming, y especialista en Hemoterapia e Inmunohematología (MN 92.961)-quien contó que los requisitos para poder donar sangre son: tener entre 16 y 65 años, que las personas sean sanas -aunque hay algunas enfermedades o tratamientos que no impiden la donación- y eso se ve en la entrevista médica; no deben estar en ayunas, no tienen que haber estado internados en los dos meses previos a la donación; no pueden haber pasado por intervenciones quirúrgicas en el último año; y no deben estar cursando un estado gripal, resfrío o fiebre.

“Básicamente, las personas deben estar sanas al momento de donar, aunque eso lo evaluamos luego nosotros en la entrevista que le hacemos. Todos los que estamos a cargo de bancos de sangre, promovemos la donación voluntaria y altruista. Les pedimos que se acerquen a donar al centro más cercano a su domicilio. Una persona puede ir a donar libremente adonde quiera pero, en el contexto de la pandemia, antes debe comunicarse previamente con la institución elegida, para consultar sobre el certificado de donación que debemos enviarle para que pueda circular. Ahora tenemos un sistema de turnos, para que la donación sea ordenada y ágil, que aseguran que el proceso es lo más rápido posible y seguro. Lo hacemos para que las personas pierdan el miedo y les damos toda la seguridad posible, cumpliendo con todas esas normativas que se implementaron con la cuarentena”, explicó Rainero.

Como la crisis de donantes llegó a tal punto crítico, los mismos profesionales de la salud donan su propia sangre. Rainero cuenta que en algunas instituciones se han establecido colectas internas. “Al principio de la cuarentena, había muchísimo miedo y la gente cumplía quedándose en su casa, así que no venían a donar. Entonces, el personal de salud de instituciones públicas y privadas, empezó a acercarse al banco de sangre, para donar voluntariamente y así suplir la carencia”.

Para tranquilidad de los donantes, se establecen circuitos de circulación de uso exclusivo para ellos, y el sistema de turnos hace que no se aglomeren. En las salas donde se dona, los sillones están distanciados. Desde que ingresan hasta que se van -antes, durante y luego- se les hace higienizar las manos con alcohol en gel y ambos antebrazos con alcohol. Además, se establecieron protocolos y normas de seguridad e higiene en todos los lugares donde se dona. Las tareas de limpieza se realizan más frecuentemente y estos sillones se desinfectan en cada donación.

Hasta ahora no se ha demostrado que el COVID-19 se transmita por las transfusiones de de sangre. Incluso, si una persona estuvo contagiada y se recuperó, luego de tres meses y con el alta médica previa, puede donar”, revela la profesional consultada por Infobae.

Pero, ¿cuál es la importancia de contar con un banco se sangre? La vida de muchas depende de un banco de sangre, ya que padecen de una gran variedad de patologías, que hacen que su vida dependa de la sangre. Si no hay sangre corren peligro de muerte, porque no hay nada que pueda reemplazarla. Así que, si no tenemos donantes, no hay sangre; y, si no hay sangre, la vida de las personas corre riesgo”, indica Rainero.

Donar sangre es donar vida (Foto: Shutterstock)
Donar sangre es donar vida (Foto: Shutterstock)

“A nivel nacional y antes de la pandemia, había 5 mil donaciones diarias. Ahora, se habla de una disminución global de un 80 % de donantes. Habitualmente, en el país hay un 65 % de donantes de reposición y el resto son donantes voluntarios. Hay que hacer promoción de la donación por todos los medios posibles. Los bancos de sangre tenemos estrategias para fortalecer la promoción de la donación, que -por supuesto- siempre es gratuita. No sólo se le pide a la gente que sea solidaria sino que, los que estamos a cargo de bancos de sangre también lo somos, a través de una red solidaria que hicimos entre clínicas, sanatorios y hospitales para poder intercambiar la sangre y sus elementos. Eso, para asegurarnos de que nada se desperdicie y que la sangre sea aprovechada por quien realmente la necesita”, explicó.

La profesional destacó que estamos viviendo una situación muy crítica y que necesitan ayuda urgente. “Dar sangre es dar vida: en su sangre, los donantes tienen vida, y eso es lo que les dan a quienes la reciben. La sangre se sigue necesitando igual que siempre y, a pesar de que hoy no se puede salir de casa, esto amerita a que sí lo hagan. Todavía, no estamos en un momento crítico o agudo de la pandemia, y ojalá nunca lleguemos, pero si ello se llega a producir vamos a contar con menos donantes, ya que va a haber mucha másgente infectada que no va a poder donar. Les pido que tomen todos los recaudos, que se cuiden, pero que salgan a donar sangre, porque de ustedes depende la vida de los pacientes”, instó Rainero.

Infobae también habló con Susana Anhel, jefa bioquímica de la Fundación Swiss Medical. “La gente tiene miedo de contagiarse y de no poder circular, es difícil convencerlos de que los bancos de sangre toman todas las precauciones para que nadie se enferme. Siempre tratamos de explicarles que la sangre del donante voluntario es más segura. Pero ahora no se animan a venir, por eso queremos llevarles tranquilidad de que no se van a cruzar con pacientes y que no se van a contagiar de nada, porque los donantes están separados. Tampoco, se van superponer en la sala de espera, ni van a interactuar con el personal sanitario que está en contacto con personas con COVID-19. No hay posibilidad de contagio. Es toda una tarea de educación que, en medio de esta crisis, se hace muy difícil”, aseguró.

Hay personas que donan sangre habitualmente y lo hacen hasta dos veces por año. Esas personas son ideales como donantes, ya que están permanentemente controladas con estudios médicos y tienen conciencia que -si estuvieron en una situación de riesgo, como una relación sexual sin protección o el uso de drogas- no deben acercarse a donar, porque lo hacen para la comunidad. Esa es la idea que se maneja en todo el mundo: no donar para una persona en particular, por ejemplo un familiar, sino donar para la comunidad y que ésta responda cuando esa persona lo necesite.

“Esa sangre es 10 veces más segura que la del donante de reposición, que es la sangre que se pide como colaboración a los familiares y allegados de los pacientes. Esos donantes están condicionados emocionalmente con el paciente y pudieron haber estado en una situación de riesgo, que no quieren blanquear, pero igual donan porque se sienten obligados por la relación que tienen con el enfermo. En cambio, la persona que dona voluntaria y altruístamente para la comunidad, sabe muy bien cuáles son las situaciones de riesgo y que, en ese caso, no tienen que donar. Para ello, no tiene que dar ninguna explicación”, dijo la profesional.

“Tenemos que seguir manteniendo las unidades de sangre y de plaquetas para los casos de pacientes oncológicos, con leucemia, chicos que se operan de cirugía cardiovasculares -que vienen del interior del país y que no tienen a nadie- partos que pueden sangrar y recién nacidos prematuros... Tenemos la misma rutina de siempre pero con muchas menos donaciones de sangre”, alertó la Dra. Anhel.

“Quien no puede donar sangre, porque a veces hay varios impedimentos para ello, puede colaborar siendo un vocero de la donación voluntaria: pueden pedirle a un amigo o un conocido que vaya, porque ellos no pueden hacerlo por algún tema de salud, por ejemplo, o porque tienen una enfermedad, o porque tienen bajos los glóbulos rojos. La sangre no se puede ir a comprar en el supermercado, dependemos de una persona que done voluntariamente para un desconocido”, afirmó.

“Sólo deben acercarse a un banco de sangre público o privado: ahí les hacen los chequeos a ver si pueden donar y sólo van a permitírselo si realmente son aptos. Hay gente que quiere donar para un hospital público, pero después se interna para un parto o para una cirugía en una clínica privada. Todos necesitamos sangre. Estamos en una red solidaria donde intercambiamos sangre entre lugares públicos y privados: somos muy solidarios con ese tema porque se trata de la vida o de la muerte de una persona. Por ejemplo, si tengo plaquetas que están por vencer y no las voy a usar, las subo a esa red para que estén a disposición de quienes las necesitan. Somos solidarios con quienes están internados, tanto en el ámbito público como privado”, añadió la profesional.

“Las cirugías programadas se están difiriendo, pero no se pueden postergar de manera indefinida. Se maneja más todo lo relacionado a urgencias, a los partos, a los recién nacidos pero, por ejemplo, no podés dejar evolucionar una cirugía de cadera unos 6 meses: tenés que operarla ahora, ni hablar de una cirugía cardiovascular. Y para ello, necesitamos todos los componentes de la sangre, como plasma, glóbulos y plaquetas. Una situación feliz, como es un parto, puede complicarse y terminar con una paciente transfundida de urgencia por una hemorragia. Un recién nacido puede requerir plasma y plaquetas y, para ellos especialmente, requerimos sangre más fresca que para un adulto, y con cuidados aún más especiales. Un accidentado, las personas con leucemia... Son problemas que hay que tratarlos ahora, no cuando se termine la pandemia”.

¿Es necesario un cambio de paradigma en nuestro país? “Necesitamos que la Argentina cambie su paradigma sobre la donación de sangre y sea como en otros países, donde no hay que pedirles a los pacientes que lleven a los donantes. El banco de sangre se moviliza y llega a los pueblos, a las ciudades, a las empresas y a las instituciones para que la gente done a la comunidad. Por ejemplo, en toda Europa, no se piden donantes pero sí tienen colectas diarias en escuelas, iglesias, en las plazas, en los pueblos... En los Estados Unidos, hay cronogramas anuales para la donación de sangre en las empresas. En nuestro país, aún nos seguimos manejando mucho con el donante de reposición, cuando -por ejemplo- sabemos que un familiar se tiene que operar del corazón en tal fecha. Pero la idea es llegar a un momento en el cual, no haya que pedir donantes. Por eso, promovemos la donación voluntaria y que se haga para la comunidad y no para personas en particular. Además, la donación voluntaria siempre es mucho más segura”, sostuvo Anhel.

Finalmente, a través de diversos estudios internacionales se sabe que el coronavirus no se transmite por sangre pero sí lo hace el dengue. “De todos modos, a los donantes les hacemos todos los estudios médicos y les pedimos que nos avisen ante cualquier síntoma que pueda aparecer después de la extracción, para poner su sangre en cuarentena hasta conocer su diagnóstico”, finalizó.

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