Desde el inicio de la pandemia del coronavirus, todas las personas están en alerta ante cualquier nuevo síntoma que los estudios científicos añaden a los hasta ahora conocidos. Desde hace unos días, la conjuntivitis se añadió a ese listado. Sin embargo, si el único síntoma que se presenta es conjuntivitis, ¿podríamos estar también frente a un caso de COVID-19? ¿O, la conjuntivitis es simplemente un síntoma secundario, que puede aparecer -o no- en una fase media del coronavirus? En una entrevista con Infobae, Pablo Wainberg -jefe médico de Oftalmología del Centro Médico Ambulatorio de Swiss Medial Gorup, MN 77968- despejó todas las dudas acerca de la verdadera relación entre COVID-19 y conjuntivitis.
-En primer lugar, ¿qué es la conjuntivitis y qué tan frecuentemente se manifiesta?
-La conjuntivitis es una inflamación de la conjuntiva que puede o no ser infecciosa: puede estar provocada por adenovirus, por un hongo, bacteriana, etc. Las que no son infecciosas son inflamaciones pero no tienen un “bichito”, por ejemplo, en el caso de una conjuntivitis alérgica. La conjuntivitis es muy frecuente en diferentes épocas del año. Por ello, hay muchas personas que ahora van a tener un cuadro de conjuntivitis. Pero, la posibilidad de que sea una forma de presentación inicial del coronavirus, es excepcional.
-Entonces, ¿qué probabilidades existen cuando una persona tiene exclusivamente un cuadro de conjuntivitis: puede tener, además, COVID-19?
-La persona que hoy tiene conjuntivitis, pero ningún otro síntoma, no tiene que pensar en coronavirus. Esta es una época donde hay mucha conjuntivitis alérgica. Tener solamente conjuntivitis y ningún otro síntoma sería un caso excepcional de coronavirus. La conjuntivitis puede doler por la inflamación. De uno a diez, el dolor puede ser de un nivel tres.
Hay pacientes que, durante el proceso del coronavirus, tienen conjuntivitis. Suele presentarse en la fase media de la enfermedad. Es más frecuente en esa etapa que en la fase inicial. Pero aún, en esa fase de la enfermedad, la frecuencia es baja. Es una minoría.
Incluso, en las personas que ya fueron diagnosticadas con coronavirus -que estaban internadas hace varios días- la probabilidad de encontrar el virus es baja. Esas personas pueden tener conjuntivitis o pueden tener congestión ocular, por ejemplo, con otros signos que afectan a la conjuntiva y que se pueden dar en algunos pacientes, cuando están internados y con respirador. Es decir, el paciente que está internado y tiene un respirador, recibe algunas medicaciones para poder soportar a éste último, que provocan sequedad en el ojo y hacen que ese órgano no se cierre completamente. Eso provoca que el ojo se ponga rojo y que sea, también, una conjuntivitis pero no infecciosa.
-Las características de una conjuntivitis que se manifiesta en las personas infectadas con COVID-19, ¿son similares a las de una conjuntivitis común?
-En general, todos estos procesos de conjuntivitis que tienen estos pacientes son de aspecto igual al de una conjuntivitis viral común. Un oftalmólogo, con sólo examinar los ojos, no va a poder saber si esa patología fue provocada por el virus, porque aunque tengan diferentes causas, se ven iguales y no dejan secuelas visuales. La conjuntivitis es molesta pero suele solucionarse sin secuelas. Lo mismo pasa en los casos con pacientes con coronavirus que la padecen. En general, no afecta su pronóstico visual.
-¿Hay necesidad de protegerse los ojos por el coronavirus? ¿Qué ocurre en el caso de las personas que salen a la calle sólo para hacer las compras y en el de aquellas que trabajan con muchas personas a su alrededor, como en el caso de un empleado de supermercado?
-Los que trabajan con personas sospechosas o enfermas deben protegerse los ojos. Todas las personas que atienden a pacientes con coronavirus, o que sean casos sospechosos, tienen que protegerse con antiparras, porque la conjuntiva es una mucosa y este virus puede llegar al ojo. Los oftalmólogos estamos dentro de los profesionales que corren riesgo, porque trabajamos muy cerca de la boca, los ojos y la nariz del paciente.
Sugiero que para salir a la calle a hacer una compra, por ejemplo, se use un anteojo para proteger más a los ojos. El anteojo de sol por ejemplo, tiene una doble finalidad: brinda cierta protección y evita que la persona se toque los ojos.
Y en el caso de aquellas personas que atienden al público -por ejemplo, en un supermercado- es conveniente que usen antiparras que resistan un lavado frecuente. Esto no está al mismo nivel del tapabocas, que ahora es obligatorio, pero es una buena sugerencia para proteger los ojos.
-¿Es verdad que ha disminuido la cantidad de personas que asisten ahora a las guardias oftalmológicas, por temor a contagiarse COVID-19?
-Sí. Hay muchos pacientes que tienen problemas en la visión y no se animan a ir a la guardia. Pero hay enfermedades en el ojo que, si se retrasa su diagnóstico o tratamiento, el pronóstico empeora. Lo mismo ocurre en cardiología: los especialistas dicen que están recibiendo personas con infartos que llegan más tarde que habitualmente, porque quieren esperar a que se les pasen los síntomas y después ya es tarde.
Lo mismo pasa en la oftalmología, por ejemplo, con pacientes que tienen presión ocular, desprendimiento de retina, visión baja abrupta, dolor ocular o que vean distinto a como lo hacen normalmente. En esos casos, deben concurrir a la guardia inmediatamente, porque hay enfermedades que pueden presentarse y la resolución pronta puede mejorar el pronóstico.
Hay pacientes que notan algo diferente en sus ojos pero ahora demoran la consulta. Y, no es lo mismo consultar porque se rompió un anteojo, que por una patología que puede ser más grave, si permanece en el tiempo y sin ser tratada. El tratamiento precoz tiene un mejor pronóstico. Ahora nadie va a operar una catarata o una miopía, porque las cirugías programadas no se hacen. Solo se atiende por guardia y se hacen las cirugías urgentes.
-¿Qué medidas de prevención y de higiene personal se pueden tomar con respecto a la protección de los ojos?
-Hay que insistir que es clave no tocarse, ni restregarse los ojos. Además, ahora es mejor evitar el uso de las lentes de contacto. Lo ideal es usar anteojos porque así no hay manipulación interna del ojo, al poner y sacar la lente. El usuario de lentes de contacto es más propenso a tener una conjuntivitis y otros problemas del ojo externo. En cambio, los anteojos se limpian varias veces al día con agua y jabón, y ya quedan perfectamente higienizados.
SEGUÍ LEYENDO: