Varios prefieren tomar una ducha temprano porque aseguran que es un método infalible para despertarse y llenarse de energía. Otros optan por hacerlo durante la noche, para disfrutar de un momento de relajación, dejando atrás un día cargado de actividades intensas. Y están aquellos que no tienen un horario favorito, y se bañan para combatir el frío o para aliviar el calor del verano. Por cualquiera de estas u otras razones, ducharse es un acto necesario para higienizar el cuerpo todos los días.
Aunque sea una actividad por demás imprescindible, de no seguir con una serie de hábitos trascendentes puede transformar este hábito en una práctica insalubre. El exceso de higiene pareciera ser el punto que alerta a dermatólogos e investigadores, ya que el exceso de productos químicos sumado a la higiene excesiva destruye las barreras protectoras de la piel. A continuación, 5 consejos para lograr que la ducha sea perfecta, sana y ecológica.
1 - Una vez por día, 5 minutos máximo
De acuerdo a lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tiempo que pasamos bajo la ducha nunca debe superar los cinco minutos, ya que esta actividad supone el 34% del consumo diario de agua de un hogar. Una ducha estándar de 10 minutos supone un gasto de 200 litros de agua, es decir 20 litros por minuto. Este prestigioso organismo internacional también aconseja utilizar para regar el agua que se desperdicia mientras esperamos que esté en la temperatura deseada.
En cuanto a la cantidad recomendada por día, un estudio de la Universidad de San Diego en Estados Unidos reveló que el exceso de agua y jabón puede debilitar la piel y aumentar las posibilidades de infecciones, ya que destruye las barreras protectoras como el manto ácido, hidrolipídico y córneo.
2 - El agua fría por sobre la caliente
El agua tibia o de elevada temperatura elimina los aceites naturales y daña la piel más rápidamente. Una ducha tibia o más fría es más productiva. “Algunas personas abogan por agua extremadamente fría para dinamizar la circulación”, sostuvo Krant, que recomendó la temperatura con la que mejor se sienta cada uno, siempre que no sea de un temperatura elevada.
3 - De arriba hacia abajo
Este es el modo correcto de enjabonarse. Para los propensos al acné, se sugiere el lavado de cara, pecho y espalda después de acondicionar el cabello. Para las personas con piel sensible: champú, acondicionador, enjuague y luego limpiar bien la piel, sin frotar.
4 - Focalizarse en las áreas más difíciles
Hay cuatro puntos del cuerpo vitales para no descuidar y enfocarse, sobretodo si se dispone de poco tiempo: los pies, los genitales, las axilas y las manos. Los brazos y piernas no siempre necesitan jabón.
5 - No pensar en las obligaciones y masajear el cuello
Evitar pensar en las tareas, trabajos y deberes pendientes puede ayudar a lograr que el baño sea un momento de total relax. ¿Qué puede ayudar? Concentrarse en la sensación del agua recorriendo la piel y desconectarse, mentalizarse que es el tiempo para dejar que la mente y el cuerpo se relajen y descansen. Masajes en forma circular, de derecha a izquierda y luego al revés, sumado a ejercicios de respiración pueden ser buenos aliados y excelentes recursos para aprovechar en esos cinco minutos bajo el agua.
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