De acuerdo a las estadísticas de ONU Medio Ambiente, el mundo produce aproximadamente 300 millones de toneladas (40 kilos por persona) de residuos plásticos cada año y actualmente solo el 14% se recolecta para el reciclaje.
Los científicos estiman que 8 millones de toneladas de desechos plásticos llegan a los océanos cada año, por lo que si no se deja de arrojar residuos, en 2050 el océano tendrá más plástico que peces.
"La vida marina se enfrenta a un daño irreparable por las millones de toneladas de desechos plásticos que terminan en los océanos cada año", advirtió Naciones Unidas.
La necesidad de revertir la situación actuar es tal, que expertos en un informe de la Unesco estiman que para el 2050 el peso de la basura va a superar al de todas las criaturas marinas.Y estiman que en la actualidad hay más de 150 millones de toneladas de desperdicios que están destruyendo la vida marítima amenaza a la salud humana.
La inundación de plásticos de mares y océanos es uno de los principales problemas ambientales del planeta, según el informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) publicado este año.
La ONU advirtió que de no tomarse medidas, existe un elevado riesgo de deterioro de los ecosistemas marinos y, por consiguiente, de la biodiversidad marina.
En los últimos 40 años, la cantidad de basura marina -solo en la capa superficial- aumentó más de un 100%. El último informe de la Unesco es claro ya que determina que cada segundo se arrojan más de 200 kilos de plástico a mares y océanos. El 70% se va al fondo marino y el 15% se queda flotando.
"El mundo sigue sin encontrar el equilibrio entre la producción de recursos y la conservación del medioambiente. Arrojamos ocho millones de objetos diarios al océano, que, en conjunto, alcanzan un peso total de siete millones de toneladas de basura anuales", explicó Daniel Rolleri, director de la Asociación Ambiente Europeo (AAE).
Para ejemplificar, explicó en la conferencia "Voces por un Mar Sano" como el zooplancton, la base de la cadena trófica marítima, "se come las microfibras de plástico y, a su vez, los peces se comen al zooplancton", por lo que uno de cada seis peces comerciales tiene plástico en su sistema.
Además de la contaminación de los residuos que arrojan los barcos y que los humanos depositan en las playas, las bolsas, tapones y fibras de ropa sintética y otros miles de productos plásticos, ingresan a los océanos mediante las alcantarillas y residuos urbanos, hechos que pone en peligro a casi 700 especies marinas, dicen los expertos. En algunos casos los daños son visibles: animales estrangulados por redes de pesca abandonadas o por los aros que unen los packs de las latas de bebida. En otros muchos casos los daños son invisibles.
Para Rolleri la solución no está, como creen muchos, en "disminuir el uso de los plásticos y centrarnos en reciclar. El reciclaje no va a salvarnos de nuestros propios errores".
El especialista afirma que el foco no debe centrarse en nuevas medidas o innovadores métodos de reciclaje, que si bien son bienvenidos, no logran reducir la contaminación. Una de las claves está en la eliminación paulatina de la industria del plástico no biodegradables o, directamente, no utilizarlos más.
"Los consumidores podemos informarnos y rebelarnos contra este tipo de producción y de consumo a través del cambio a pequeña escala, nos podemos convertir en un agente del cambio", finalizó Rolleri.
Organizaciones como la ONU y la Unesco son determinantes con su pronóstico: si no se toman medidas para eliminar los microplásticos de los productos de higiene, y los países no regulen el uso de este material, en 2050 los océanos habrá más plásticos que peces y el 99% de las aves marinas habrán ingerido sustancias peligrosas.
Peter Thomson, presidente de la Asamblea General de la ONU, dijo a AP: "Hemos soltado una plaga de plástico al océano que está contaminando la naturaleza de muchas maneras trágicas. Es inexcusable que la humanidad vierta al océano cada minuto de cada día el equivalente a un camión grande de basura cargado de plástico".
Cada vez más plástico producido
Según el último informe publicado en junio de National Geographic, hoy tenemos que lidiar con 8.300 millones de toneladas de este plástico fabricado desde los años 50. De ellas, más de 6.300 millones se han convertido en residuos. Y de esos residuos, 5.700 millones de toneladas no han pasado nunca por un contenedor de reciclaje, una cifra que dejó atónitos a los científicos que la calcularon en 2017.
La producción mundial plástica ha registrado un aumento exponencial –de 2,1 millones de toneladas en 1950 pasó a 147 millones en 1993 y a 407 millones en 2015–. Para dimensionar este crecimiento exponencial basta sólo un ejemplo: las botellas de plástico.
Cada minuto se compran en el mundo 1 millón de botellas plásticas. Equivalen a 20.000 por segundo. En 2016 según la encuestadora Euromonitor, se vendieron 480.000 millones de botellas, de las cuáles 110.000 las fabricó la empresa de gaseosas más famosa del mundo. Sólo el 7% de éstas se convierte en nuevas botellas.
Alejandro Sturniolo, Director de la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso del Agua (ALADyR) contó a Infobae que cada año se lanzan al mar, ríos y lagunas ocho millones de toneladas de plásticos que al degradarse se convierten en micropartículas.
La acción del agua, los microorganismos y la luz solar van degradando el plástico hasta reducirlo a pequeñas partículas de unas pocas micras de longitud (una micra equivale a la milésima parte de un milímetro). Al ser casi indestructible, ya que no se biodegrada o descompone, cada vez se transforma en partículas más pequeñas, pero nunca llega a desaparece. A este ritmo, en el año 2050 habrá mayor volumen de plástico que de peces en el mar, según precisa la Fundación Ellen MacArthur.
"Si bien cuando pensamos en plástico la imagen más frecuente que nos aparece o muestran los medios son bolsas de supermercado o botellas, también hay un gran aporte de estas micropartículas que los fabricantes utilizan en las cremas cosméticas exfoliantes y las pastas de dientes que, viajan por los desagües y no llegan a ser filtradas por las plantas de efluentes municipales", indicó Sturniolo.
Un estudio reciente presentado en un congreso de gastroenterología celebrado en Viena, Austria, en noviembre del 2018, mostró que las heces de personas de países tan distantes y distintos como Reino Unido, Italia, Rusia o Japón contenían partículas de una decena de plásticos diferentes. De los diez plásticos buscados, encontraron nueve de ellos. Los más comunes fueron el propileno, básico en los envases de leches y jugos, y el PET, del que están hechas la mayoría de las botellas de plástico. La longitud de las partículas oscilaba entre las 50 y las 500 micras. Y, en promedio, los investigadores encontraron 20 microplásticos por cada 10 gramos de materia fecal.
¿Por qué deberíamos preocuparnos?
"Se ha demostrado que los microplásticos absorben productos químicos tóxicos relacionados con el cáncer y otras enfermedades pudiendo ser liberados al ingresar a nuestro cuerpo. En esta nueva era de los contaminantes emergentes se estima que un bebé recién nacido ha sido expuesto a más de 300 productos químicos sintéticos", precisó Sturniolo.
Y agregó: "Si bien podemos contrarrestar el efecto que provocan los microplásticos en el medio ambiente, no lograremos reemplazar estos materiales en el corto plazo tan fácilmente. El mayor problema que encontramos es que las plantas de agua potable convencionales con las que hoy cuentan la mayoría de los países, ya sea de sedimentación o bien los filtros de gravedad (grandes piletas que generalmente vemos a la entrada a las ciudades), dejan pasar una gran parte de este tipo de contaminantes que hoy podemos encontrarlos en nuestras aguas, entre otros contaminantes emergentes como antibióticos, hormonas y viagra, por solo mencionar algunos".
Nat Geo afirmó en una reciente investigación que se han hallado microplásticos en todos los lugares del océano donde se han buscado, desde los sedimentos del lecho marino más profundo hasta los hielos flotantes del Ártico (que, según una estimación, a medida que se vayan fundiendo en la próxima década, podrían soltar al agua más de un billón de fragmentos de plástico).
En algunas playas de la isla de Hawai, hasta el 15 % de la arena es en realidad un granulado de microplásticos.
La acumulación de plásticos ha generado 5 grandes islas artificiales de basura que navegan a la deriva: dos en el Pacífico –una de ellas tiene posee 1,8 billones de pedazos de basura-, dos en el Atlántico y una en el Índico.
A este ritmo en donde se calcula que en 2050 habrá unas 12.000 millones de toneladas de basura plástica en el medio ambiente, no resulta descabellado pensar que terminaremos construyendo nuestras viviendas en alguna de estas islas u otras más que ya están en formación.
SEGUÍ LEYENDO:
La contaminación química del plástico, una amenaza silenciosa
Científicos llegaron al fondo del mar, donde ningún humano había estado antes: encontraron basura
Sogas, redes y plástico: la alarmante realidad del parche de basura más grande del océano Pacífico