Los resultados preocupan, aunque al fin y al cabo no evidencian algo nuevo. Recientemente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) analizó las conductas de los habitantes y reveló que un cuarto de la población mundial no realiza la cantidad de actividad física suficiente, encuadrada entre los valores recomendados.
El trabajo que vio luz en los últimos días pone el acento una vez más en una problemática que se repite en los distintos niveles etarios y en prácticamente todos los países desarrollados y en crecimiento.
Ante este contexto no es casual que el ente sanitario haya presentado a principios de este mes un plan de acción global para promover la actividad corporal, con el que aspira a reducir en un 15% el sedentarismo en adultos y adolescentes hasta 2030, con respecto a los últimos valores de referencia de 2016.
Los nuevos datos publicados en la revista The Lancet Global Health muestran que en la actualidad el 28% de la población (o 1,4 mil millones de personas) están físicamente inactivos. La investigación incluyó a 168 países, comparando estadísticas de principios del siglo XXI con las de 2016, correspondientes a 358 encuestas, con 1,9 millones de participantes.
Del estudio se desprende que las mujeres son menos activas que los hombres, con una diferencia de más del 8% a nivel mundial (32% hombres frente a 23%, mujeres). La brecha de género es tal que en solamente nueve países (por ejemplo, en China y Finlandia) de los analizados, ellas tienen una tasa de inactividad menor que la de los hombres.
Por otra parte, en cuanto a los estratos sociales, las naciones de altos ingresos son más inactivas (37%) en comparación con los países de ingresos medianos (26%) y de bajos ingresos (16%). Los países occidentales y latinoamericanos son las principales regiones con sedentarismo marcado, con EEUU, Nueva Zelanda, Argentina, Alemania y Brasil a la cabeza.
El documento informa datos que actualizan las estimaciones de 2008 sobre los niveles de actividad y, "por primera vez, informa análisis de tendencias que muestran que, en general, el nivel global de inactividad en adultos permanece prácticamente sin cambios desde 2001", señalan en la OMS.
Y agregan: "Estos datos muestran la necesidad de que todos los países aumenten la prioridad otorgada a las acciones nacionales y subnacionales para proporcionar los entornos que respaldan la actividad física y aumentar las oportunidades para las personas de todas las edades y habilidades, para que estén activas todos los días".
¿Por qué sucede esto?
Les pasa a muchos. Ponen al lunes como jornada para arrancar una vida más activa, pero cuando llega el día aquella promesa se esfuma y queda en el olvido. Para Pedro Horvat, médico psiquiatra y psicoanalista, hay varios puntos a remarcar sobre la cuestión. "Primeramente, pienso que hay una negación de las necesidades de nuestra salud y del paso del tiempo", cuenta en diálogo con Infobae.
La falta de tiempo, la pereza para desplazarse hasta el gimnasio o los horarios laborales complicados son algunas de las excusas habituales para no realizar ejercicio y estar en forma. Después están los ánimos de cada uno: "Creo que también tiene que ver con la relación que uno tiene con el cuerpo. Para muchos el cuerpo es un lugar cómodo. Pero para otros no, no sienten que forma parte de su autoestima", agrega el especialista.
En tanto que desde otra mirada, analiza que la vida sedentaria tiene algo de regresiva: "Se busca una vida 'infantil', entregada al relax, al placer, contraria a la vida del deporte". Horvat concluye que "la vida en nuestra sociedad no deja mucho lugar para la actividad física. Para la mayoría pasa por el descanso y el descanso pasa por estar sentado, relajado, mirando tele, no practicando en un gimnasio".
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