Por Alejandro Gorenstein
Desde hace algunos años, cada vez son más las empresas que en Argentina toman medidas para combatir el llamado "burnout laboral", también denominado síndrome del quemado, un trastorno emocional que está vinculado con el ámbito laboral, el estrés causado por el trabajo y el estilo de vida del empleado.
Jornadas para compartir música a través de instrumentos buscando intereses comunes, charlas con psicólogos y neurólogos donde se conversa sobre temas de interés actuales, un día de tratamiento estético que puede incluir masajes, servicios de siesta donde se puede reservar una cama por 30 minutos para dormir durante la hora de almuerzo son algunas de las herramientas que utilizan. Sin embargo, desde algunas compañías vienen implementando las llamadas pausas activas.
"Las pausas activas -o gimnasia laboral compensatoria- consisten en una rutina corta de ejercicios específicos y simples que se realizan en el mismo lugar de trabajo. Estas tareas tienen una duración de aproximadamente 10 minutos y no requieren de un gran esfuerzo físico. Son básicos y funcionales, en los cuales se incorporan los grupos musculares, ejercicios de movilidad articular, de estiramiento y de relajación", explicó en diálogo con Infobae Karen Stefanía Aguirre García, técnica superior en Kinesioterapia y personal trainer.
A la hora de diagramar un plan wellness siempre un kinesiólogo director es quien diseña el tipo de ejercicio aplicable según las características de la población a la cual se le brindará el servicio, que luego es liderado e implementado por un staff de kinesiólogos matriculados y especialistas en ergonomía.
"Para que las pausas activas sean efectivas, es importante tener en cuenta que la respiración debe ser lo más profunda, lenta y rítmica posible. Hay que relajarse mientras se pone en práctica el ejercicio elegido, concentrarse en sentir el trabajo de los músculos y las articulaciones; no se tiene que sentir dolor y se debe realizar antes de sentir cansancio muscular", describió Javier Díaz, licenciado en Kinesiología y Fisioterapia, especialista en Bienestar Corporal.
Algunos de los ejercicios que se realizan son:
-Movimientos circulares de cadera (para evitar hernias discales o dolores lumbares)
-Ejercicios de estiramientos: elevando hombros hasta los 90° y con el otro brazo ejercer leve presión en los codos
-Girar la cabeza hacia el lado derecho hasta que el mentón quede casi en la misma dirección que el hombro
-Inclinar la cabeza hacia atrás, permaneciendo en esa posición por cinco minutos
-Encoger los hombros hacia las orejas y sostenerlo por 10 segundos
-Realizar movimientos circulares de tobillo hacia ambos lados con cada pie
-Estirar los brazos hacia al frente, juntar las palmas de las manos y realizar movimientos hacia abajo y arriba
-Inclinar la cabeza hacia el hombro derecho, encoger los hombros hacia las orejas y moverlos hacia atrás en círculos y estirar el brazo derecho hacia el frente de manera que la palma de la mano quede hacia arriba
Y, por último, ejercicios de relajación en los cuales se implementan trabajos de inhalar y exhalar contrayendo el abdomen, y relajando cada parte del cuerpo.
Beneficios de las pausas activas
En la empresa en la que trabaja Andrea Estellés hace tres años que incorporaron las pausas activas. Dos veces por semana, cuenta, van dos kinesiólogos a la oficina para realizar ejercicios de estiramientos y elongación.
"Trabajamos algún dolor puntual, si es que lo tenemos, y sobre todo nos relajamos. Son ejercicios de 10 minutos a los que a veces se le agregan masajes en zonas puntuales o muy contracturadas. En lo personal estos ejercicios me ayudaron a aliviar dolores de muñeca y cervical, pero sobre todo me dan herramientas que aplico en mi vida laboral y personal. Esto es lo que más valoramos a la hora de hacer pausas activas, ya que desde que comenzamos fuimos adquiriendo hábitos y asesoramiento en todos los aspectos, alimentación, deporte, ergonomía, etc.", aseguró Estellés.
Disminuir los niveles de estrés, favorecer la autoestima, mejorar la concentración, reducir el riesgo de enfermedades, motivar y mejorar las relaciones interpersonales, liberar el estrés articular y muscular, mejorar el desempeño laboral, generar compromiso y mejorar la calidad de vida son algunos de los beneficios que tienen quienes practican este método.
Esta actividad influye en la autoestima de manera satisfactoria, ya que motiva y deja atrás la monotonía que muchas veces puede ocasionar el trabajo repetitivo que se pueda realizar. "También colabora con la conducta fuera del trabajo, en relaciones inter e intrapersonales. Las pausas activas son una forma de fomentar la salud no solo afuera del trabajo, sino también incluirlo en cada sector, alcanzando una mejor calidad de vida y logrando un equilibrio físico y mental para poder ejecutar mejor las tareas laborales, y así disminuir los riesgos de enfermedades y la fatiga causada por las extensas jornadas laborales y/o conflictos que se den en este ámbito", puntualizó Aguirre García.
Para Analía Almada, psicóloga clínica y evaluadora, especialista en Enfermedades Psicosomáticas, la cultura del bienestar es tan fuerte, que la forma en que los empresarios buscan a sus empleados también se ha modificado, asumiendo la posibilidad de nuevas modalidades de llevar adelante la jornada laboral. "Estas acciones y otras son necesarias para que el mundo laboral entienda la importancia de tener recursos más humanos, asumiendo sus limitaciones y cuidando el equilibrio que se requiere para poder ser productivos, pero en especial, para poder ser buenas personas satisfechas en lo que hacen. Cuando hay alegría se resta enfermedad, y cuando estamos contentos tenemos más endorfina en nuestro cuerpo, lo que nos lleva a una producción ideal", opinó.
Implementar pausas activas en la oficina beneficia a los empleados y a empleadores debido a que disminuye el estrés laboral, baja el nivel de siniestralidad denunciada en ART, elimina contracturas debido a que se adoptan mejores posturas, aumenta el sentido de pertenencia y fidelización, mejora el clima laboral, disminuye la rotación de personal e incrementa la productividad de los empleados.
"Son cada vez más las empresas que suman pausas activas a sus jornadas laborales. Los beneficios son muchos y las desventajas no existen. Aunque sean pequeñas acciones siempre contribuyen a mejorar la calidad de vida. Un empleado sano y contento trabaja más y mejor. El mundo corporativo está cambiando y la tendencia apunta a cuidar a los empleados por sobre todas las cosas. El principal preventivo frente a la posibilidad de estrés laboral es tener la oportunidad de sentirse feliz en el ámbito de trabajo", concluyó Díaz.
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