Por Fabricio Portelli
Las ferias de vino son el lugar ideal para que las bodegas exportadoras muestren sus vinos al mundo. Las exposiciones más importantes siempre suceden en Europa, y hoy ProWein es la feria que está acaparando toda la atención de bodegas de todo el mundo, ya que allí es donde se cierra la mayor cantidad de operaciones.
Hace varios años que Wines of Argentina (WofA, la institución encargada de la promoción de la marca "Vino Argentino" en el mundo) viene apostando fuerte a ProWein. Este año la participación argentina marcó un récord histórico con más de 125 bodegas inscriptas, cifra que representa un aumento del 48% respecto de la edición anterior. Alberto Arizu, presidente de Wines of Argentina, aseguró que "El trabajo de WofA se orienta a seguir buscando oportunidades para que el vino argentino llegue a todo el mundo y que los más importantes importadores y distribuidores conozcan la calidad del principal producto de exportación argentino".
Por su parte Pablo Ghiorzi, director de Negocios Internacionales de Grupo Peñaflor, afirmó en diálogo con Infobae que "a una feria como esta hay que venirse preparado, se trabaja todo el año para poder concretar operaciones con clientes de todo el mundo, cara a cara".
Cada bodega tiene su dinámica aunque el objetivo final sea el mismo; exportar cada vez más. Sin embargo, en ProWein es muy difícil "pescar" un nuevo cliente, según los bodegueros presentes. Hace falta armar una agenda con importadores y clientes actuales, pero también generar previamente citas con compradores potenciales.
También suceden contactos ocasionales, ya sea por "comentarios de pasillo" o por el impacto de premios recientes en los concursos internacionales Mundus Vini y Vinalies Internationales. Así fue como al stand del Grupo Peñaflor se acercaron varios interesados a degustar los doce vinos premiados de Trapiche (4), Finca Las Moras (3), Navarro Correas (2) y Mascota Vineyards (3). También se dispararon las degustaciones del Pyros Barrel Selected Syrah 2015 por haber obtenido el Gran Oro y ser sido elegido como el Mejor Vino de Argentina. Además hubo otros 28 vinos argentinos premiados; todos ellos compitieron con 6700 vinos de 150 regiones.
Por su parte, La Mascota Cabernet Sauvignon 2016 fue uno de los vinos más buscados, ya que había sido distinguido una semana atrás como el Mejor Vino Tinto del Mundo en el prestigioso concurso Vinalies Internationales 2018.
Argentina estuvo muy bien representada, y si bien el movimiento en todos los stands no fue igual de vertiginoso, los resultados generales fueron muy positivos. "Se puede decir que Argentina está de vuelta, y esta vez con más fuerza", afirmó Karim Mussi (enólogo propietario de Altocedro).
"A los mercados no hay que intentar acostumbrarlos a nuestros vinos, sino que somos nosotros los que debemos involucrarnos y adaptarnos a sus costumbres, respetando la esencia de nuestros vinos", afirmó Ghiorzi.
Hubo varios referentes de grandes bodegas presentes como Alberto Arizu (Luigi Bosca), José Zuccardi (Familia Zuccardi), Michael Halstrick (Norton) y Laura Catena (Catena Zapata), entre otros.
El vino, más allá de ser un producto noble y natural que brinda placer, es un negocio, ya que si no se vende no se puede mantener la bodega. Por eso es tan importante lo que sucedió en ProWein este año para poder revertir la tendencia negativa en exportaciones que se viene dando desde 2012 (-30%).
La verdad de los mercados
Una de las realidades que expone ProWein es la actualidad del vino argentino en el mundo y su verdadero potencial en los diferentes mercados, y eso sirve para planificar, pero también para despejar muchas dudas y derribar mitos.
"A los mercados no se los puede medir solamente por lo que dicen los números, ya que suelen ser parciales", explica Gustavo Arroyat, quién lleva Estados Unidos y Canadá para Trapiche. Lo interesante de este punto de vista es saber que Nielsen, la auditora de mercados off trade más importante, no mide todo; dos de sus grandes clientes (Cosco y Total Wines & More) quedan afuera. Por lo tanto, ver que en los últimos años (según Nielsen) el Malbec cayó del tercer al décimo puesto en las preferencias de los americanos no es tan preocupante como parece, ya que solo toma en cuenta el 60% del mercado.
China es otro caso interesante pero hace falta invertir mucho, tanto en recursos como en tiempo, ya que las distancias son mayores y las diferencias culturales exigen más foco y esfuerzos. "Sin dudas es el mercado con mayor potencial del mundo, pero no solo por cantidad de habitantes, sino porque los resultados muestran que los chinos toman cada vez más vinos", aseguró Pablo Aranda Hynes. Y esto le vino bien a los países que ven retroceder sus ventas en algunos mercados tradicionales como Chile, "porque, si bien ha perdido tres millones de cajas en Estados Unidos en el último tiempo, China no solo se las recuperó sino que le generó ventas por cinco millones más", explicó Pablo Aranda Hynes.
Europa es un caso aparte, no solo porque los países tradicionales tienen mucha presencia, sino también porque es allí donde todos quieren estar. "En el Reino Unido ponen al precio por delante de la calidad, y si bien es un factor clave para vender, no se trata de fijar el precio que los mercados quieren sino ganarse un posicionamiento de respeto para lograr la sustentabilidad del negocio", afirmó Martín Navesi.
En el Viejo Mundo los buenos vinos no son tan caros, o al menos eso es lo que parece por el nivel de vida que lleva la mayoría de los consumidores; por 20 o 30 Euros se consiguen grandes etiquetas. Por eso hacen culto al disfrute de la gastronomía en forma diaria. Entre este consumo y el que deja el permanente turismo. "Las oportunidades abundan, pero hay que estar acá", dijo Martín Cortese, responsable de Europa Continental. También otros países emergentes de Europa del Este como Lituania, Letonia y Bielorrusia se mostraron muy interesados. "Quizás el protagonismo de la Selección Argentina en el mundial sea un propulsor de las ventas, y tenemos que estar preparados", agregó.
Otra gran oportunidad que está a la vuelta de la esquina es gracias al tratado de libre comercio con la Unión Europea, porque eso permitiría eliminar impuestos que encarecen los vinos argentinos, permitiendo emular la situación de competidores (como Chile) que llegan con precios más bajos en todos los segmentos cualitativos.
Muy pocos saben o ni siquiera imaginan que Congo, Kenia y mercados como Nigeria y Angola son los países africanos en los que el consumo de vinos está aumentando de manera sostenida. Por eso, la mejor receta para vender y seguir creciendo en todo el mundo es primero estar y ser pacientes, pero sobre todo tener una estrategia. "El gran error muchas veces es que las bodegas llegan con tácticas que impactan en el corto plazo pero luego no se pueden sostener. Y una vez que se pierde un lugar en un supermercado, vinoteca o restaurante del mundo cuesta diez veces más recuperarlo", aseguró Pablo Ghiorzi.
Los vinos que más gustaron
Más allá de las tendencias y modas, los vinos que tienen éxito son aquellos que pueden demostrar consistencia a todo nivel, cualitativo, cuantitativo y comercial. Aunque los mercados que más traccionan obligan al mundo a responder a sus necesidades; y por eso los rosé argentinos fueron muy buscados; no hay que desviarse del rumbo.
Por eso estuvo muy bien que todo el que ya lleva vinos argentinos a su país, o vino a buscarlos para importarlos por primera vez, haya empezado por el Malbec en todas sus versiones.
Desde el más básico "entry level" (entrada de gama), hasta los vinos de finca o parcela de más alto precio y prestigio. Por suerte ahora el juego está abierto, y la primera zona mendocina (Agrelo, Las Compuertas, Lunlunta, Vistalba y Maipú, entre otros) vuelve a ser protagonista, acaparando tanta atención como el Valle de Uco. Claro que Salta y Patagonia siempre gozan de un poder de atracción único que se va potenciando con la diversidad y evolución de los vinos. Pedernal es la nueva palabra clave de San Juan. Se trata del valle que ha logrado despertar a la segunda provincia productora del país.
El Cabernet Franc también fue muy buscado en todos los stands, y si bien al Torrontés y al Bonarda les cuesta posicionarse y crecer con fuerza, algunos de ellos ya se ganaron su lugar en diversos mercados. Y atención que los Criolla (varietales elaborados con uva autóctona y hasta hace poco solo considerada para vinos de mesa) llamaron mucho la atención, con la novedad del Cadus (Nieto Senetiner) y la segunda cosecha del Old Vineyards (El Esteco), entre otros.
Pero en varietales hubo uno que dio la sorpresa, y fue el Cabernet Sauvignon. Mucho tuvo que ver el premio al Mascota Cabernet Sauvignon 2016 en Vinalies como mejor vino tinto del mundo, "Es la expresión, estilo y consistencia que se logran, sobre todo en las zonas de Maipú y Luján de Cuyo", aseguró Rodolfo "Opi" Sadler, su creador.
Los consumidores del mundo ya no quieren vinos concentrados para esperar muchos años, aunque en varios mercados se acostumbre a beber vinos con 10 o 15 años de añejamiento. Se buscan vinos más para lucirse en la mesa, y si tienen potencial de guarda, mejor. Por eso los grandes Malbec, blends y tintos en general de la Argentina de hoy son de paso más fluido y fresco, pero no por eso menos expresivos. Ya que sus concentraciones pasan por la intensidad aromática y de sabores, y también por las texturas finas y firmes a la vez.
Está claro que los líderes deben ser la locomotora, y es por ello que sus stands son más grandes y con más comodidades. Pero la diversidad que aportan las bodegas pequeñas y medianas hacen a la identidad del vino argentino. Quizás faltó un espacio central donde poder dar charlas conjuntas a partir de vinos por regiones, por variedades o por estilos, y aprovechar la presencia de los enólogos más allá de los límites de sus stands. Pero sin dudas este es el camino a seguir para conquistar el mundo.
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