La Asamblea General de la ONU, en una resolución del 12 de julio de 2012, decretó el 20 de marzo Día Internacional de la Felicidad, que se celebra desde 2013.
Este día internacional tiene como objetivo reconocer "la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno".
Así, la ONU invita a todos los estados miembros, a las organizaciones y a la sociedad civil a celebrar el Día Internacional de la Felicidad con actividades educativas y de concientización.
El Día Internacional de la Felicidad se celebra cada 20 de marzo, desde 2013
En este contexto, el Informe Mundial de la Felicidad 2018, que toma en consideración 156 países y fue elaborado por expertos a instancias de Naciones Unidas y presentado en el Vaticano, ubicó a Finlandia como el país "más feliz", con una puntuación de 7,632 sobre 10. Detrás suyo, siguieron seis países europeos, uno norteamericano y dos oceánicos: Noruega, Dinamarca, Islandia, Suiza, Holanda, Canadá, Nueva Zelanda, Suecia y Australia.
El informe clasifica a 156 países por su nivel de felicidad a partir de datos de entre 2015 y 2017, y además este año valoró también la felicidad de los inmigrantes en los países de residencia, a partir de una tabla que incluye 117 países con datos de entre 2005 y 2017.
Costa Rica fue el primer país de la región en figurar en el ranking, en el decimotercer lugar, con un puntaje de 7,072.
Por detrás de Costa Rica en el continente americano se sitúan México (24), Chile (25), Brasil (28), Argentina (29), Uruguay (31), Colombia (37), El Salvador (40), Nicaragua (41), Ecuador (48), Bolivia (62), Paraguay (64), Perú (65) y Honduras (72).
El peor país de la región resultó ser Venezuela, en el puesto 102, entre Nepal (101) y Gabón (103)
El peor resultó ser Venezuela, en el puesto 102, entre Nepal (101) y Gabón (103). Según el informe, Venezuela es uno de los países que más están descendiendo en la tabla desde 2008.
Vivir en el presente, la clave para lograr la felicidad
El licenciado en psicología Santiago Bonomi (MP 98039) analizó que "la posibilidad de vivir centrados en el presente permite estar más serenos, con menos ansiedad y, en definitiva, con mayor posibilidad de ser felices".
Casi todas las disciplinas relacionadas con la meditación, hoy particularmente de moda, buscan serenar la mente y disipar los pensamientos, centrándose en la respiración para enfocarse en el presente y en el propio cuerpo.
"Lo ideal sería poder vivir en el presente la mayor parte del tiempo para disminuir la ansiedad que produce la alienación de lo que vendrá, y sacarse de encima el peso del pasado -sostuvo-. Sin embargo, para lograr este modo de vida, el camino no es tan sencillo y, si bien la meditación es muy útil, es indispensable poder analizar el pasado para comprender cómo llegamos a ser quienes somos, y para que lo vivido no determine negativamente de manera inconsciente nuestras vidas".
Lo ideal sería poder vivir en el presente la mayor parte del tiempo para disminuir la ansiedad
Y tras asegurar que "los personajes internalizados del pasado influyen intensamente en el modo de pensar y actuar en la vida cotidiana y son los responsables de gran parte del sufrimiento emocional", resaltó que "la posibilidad del ser humano de pensar hacia atrás, aprender de su experiencia y proyectar su futuro lo hace único, por lo que no es recomendable escapar ligeramente del pasado".
Para él, "para alcanzar esta deseada calma y, en última instancia, acercarse a la felicidad es necesario empezar por lo primero, lo ya vivido". "Las personas están en gran medida condicionadas por su historia, nuestros rasgos de personalidad se definen por una combinación de lo heredado y lo ambiental, más específicamente lo vivido en nuestros primeros años de vida -remarcó-. Tengamos en cuenta que el ser humano desarrolla su aparato psíquico durante su infancia y, como también sabemos, durante este período de gran desarrollo y aprendizaje las figuras más importantes son, en el mejor de los casos, sus padres o eventualmente sus cuidadores".
"Tan importantes son las relaciones con los padres que este vínculo nos marcará para toda la vida. Cuando nacemos y por un período de tiempo, tal vez muy prolongado, si lo comparamos con las demás especies del planeta, somos extremadamente vulnerables y dependientes de los otros (los padres) para sobrevivir, por eso este vínculo es tan especial y profundo y deja una huella permanente que determina, en gran medida, nuestra personalidad", subrayó.
Y finalizó: "En definitiva, si nos comportamos, nos relacionamos con otros y tomamos decisiones importantes en la actualidad condicionados por situaciones que en general son de carácter inconsciente y que se remontan al pasado remoto y a los vínculos primordiales de nuestra infancia, tendremos grandes dificultades para ser felices si evadimos o desconocemos el pasado. Una vez superado un análisis profundo de nuestro pasado y los vínculos infantiles, estaremos en condiciones de vivir más libres y serenos el presente".
SEGUÍ LEYENDO
Cuál es el país más feliz del mundo, según el Informe Mundial de la Felicidad 2018 de la ONU