Kitesurf y windsurf: 2 deportes acuáticos donde la velocidad y la adrenalina se unen entre las olas

Ambas prácticas pueden ser desarrolladas en ríos, lagos o mares y son aptas para todas las edades. Todo lo que hay que saber antes de embarcarse en esta aventura

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Estabilidad y equilibrio son dos de las condiciones que deben estar presentes en todo deporte acuático que tenga como uno de sus principales características la velocidad. Por eso, todo aquel que desee subirse a una tabla, deslizarse en el agua y sentir la adrenalina debe probar al menos una vez en la vida kitesurf o windsurf.

Los dos tienen un elemento común: la vela que se impulsa a través del viento. Diego Duverges, instructor de deportes acuáticos, aseguró en diálogo con Infobae  que "ambos utilizan tablas que navegan en el agua propulsadas por el viento. El kite es una especie de avioncito, y se usan tablas más grandes que en el wind, donde la vela está atada a la tabla".

Tienen un parentesco muy cercano con el surf, aunque en el caso de estas disciplinas la fuerza no la proporciona la ola: el impulso y aceleración se generan remando. Muchas veces se origina una especie de oleaje o corriente que sirve para deslizarse en el agua.

El kitesurf y windsurf pueden ser practicados por cualquier tipo de personas (Mariano Arias)
El kitesurf y windsurf pueden ser practicados por cualquier tipo de personas (Mariano Arias)

Estos deportes náuticos son beneficiosos para la salud de todo el cuerpo, a nivel muscular y circulatorio. "Pueden ser implementados como parte de una rutina de entrenamiento para tonificar de manera íntegra el cuerpo o como hobbie. Es ideal para conectarse con la naturaleza y divertirse al mismo tiempo", dice Duverges.

"Son espectaculares porque te podés relajar en el agua, desconectar del mundo y de los problemas diarios. Es un medio muy familiar, ya que desde la panza pasamos nueve meses flotando. Eso genera un recuerdo muy lindo que ya está en el ADN. También socializás mucho porque en cada clase se comparten todo tipo de situaciones. Se arman grupos de amigos en donde hay mucha camaradería y prestar ayuda es una de las premisas principales".

El kitesurf tiene varias modalidades: el freestyle y el estilo libre son algunas de las más practicadas (Mariano Arias)
El kitesurf tiene varias modalidades: el freestyle y el estilo libre son algunas de las más practicadas (Mariano Arias)

El windsurf es más técnico: hay que aprender a manejar la vela de manera tal que la ola pueda surfear con la tabla. Mientras se navega en un lago, dique, río o mar se pueden hacer todo tipo de piruetas y saltos gracias a la vela que embolsa el viento y de esta forma hace posible tales maniobras. Según Pablo, un joven de 25 años que se entrena desde hace ya casi cuatro años,"cuando uno se vuelve un experto busca mejores condiciones y vientos más fuertes para sentir adrenalina".

El kitesurf también usa la tracción a viento, pero a diferencia del anterior tiene una especie de barrilete con cuatro líneas. Se lo puede pilotear como un avión porque tiene flaps y alerones que permiten que el kite gire y vuele. Este último está atado al rider a través de un arnés, y, por lo tanto, no hay que hacer mucha fuerza porque la persona va atada, y el manillar sirve para controlar, mientras el peso del cuerpo es para navegar.

Medidas de seguridad para tener en cuenta

Mujeres y hombres por igual practican ambos deportes. La edad promedio es entre los 10 y 55 años (Mariano Arias)
Mujeres y hombres por igual practican ambos deportes. La edad promedio es entre los 10 y 55 años (Mariano Arias)

Como son deportes que tienen que ver con la naturaleza y el clima, es fundamental estar al tanto del pronóstico y chequear continuamente la velocidad de los vientos, posibles lluvias y temperatura. También es importante aprender todo lo que tiene que ver con tormentas y mareas, ya que de eso dependerá el tipo de práctica.

Otra de las recomendaciones es no salir a navegar cuando hay viento de tierra porque la corriente tira para adentro y después se corre el riesgo de no volver a la orilla. Navegar solo tampoco es una buena idea. Siempre es mejor ir acompañado por un instructor o compañero que tenga nociones mínimas, ya que en caso de sufrir algún tipo de accidente en el agua esta persona sabrá cómo manejarse.

Según Diego Duverges, el 95 por ciento de accidentes son producto de la falta de información de quien decide meterse al agua y comenzar una actividad de la cual no tiene mucha información. "La mayoría que sufre problemas es autodidacta o quiere actuar solo sin hacer el curso que evita cualquier tipo de imprevisto".

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