El sentimiento de culpa durante la temporada de fiestas es moneda corriente. Se presentan muchas oportunidades en las que uno come de más, provocando un leve aumento de peso, por lo que muchas personas se reprimen. Sin embargo, no hace falta dejar de disfrutar de los manjares presentes en la mesa, y existen un montón de opciones para los que quieren pasarla bien pero no están dispuestos a descuidar una rutina saludable.
En diálogo con Infobae, la doctora Virginia Busnelli, médica especialista en nutrición y directora de CRENYF explicó: "La tendencia desde la Sociedad Argentina de Nutrición es no hablar de permitidos en las cenas de fin de año".
El consejo principal es elegir qué comer durante toda la cena sin prohibiciones pero con moderación, achicando todo lo posible el tamaño de la porción y no saciándose con el exceso. Ésta es una decisión que se debe tomar antes de empezar.
Servirse un solo plato de comida
No hay que repetir por repetir, y hay que escuchar al cuerpo cuando dice "basta", ya que muchas veces tenemos decidido comernos todo sin importar nuestras sensaciones. "No hay que comer con la emoción", agregó.
El armado del plato
Llegado el momento de elegir de qué servirse, hay que completar la mitad del plato con verduras, como rúcula, espinaca, tomate, cebolla, espárragos o brócoli. Es fundamental que la mitad del plato se vea verde, lleno de vegetales que equivalgan a dos puños de la mano.
En cuanto a la proteína, que en este caso es la carne, el pavo, vitel toné, pollo relleno o el asado, se debe intentar que ocupe solo un cuarto del plato.
Y por último, al agregar los carbohidratos –preferentemente legumbres o arroz, arroz integral, puré de papas o batata- deben ocupar el cuarto restante del plato.
“Evitar los hidratos de carbono en la alimentación trae grave consecuencias para la salud, es absolutamente improbable que se pueda sostener y además no es una tendencia que aporte beneficios a largo plazo”.
Comer despacio
Según un estudio realizado por científicos de la Universidad de Atenas, comer rápido reduce en el intestino la segregación de unas hormonas que provocan la sensación de estar 'lleno'.
Aprovechar el momento y la charlas es lo mejor que se puede hacer para comer despacio. Intentar disfrutar de la socialización para quitarle el foco a las comidas y bebidas. Al comer lento, se llega al nivel de satisfacción más rápido para no sentir necesidad de seguir picando y picando.
Una copa de vino tinto
Esta bebida repleta de antioxidantes no aporta demasiadas calorías. Servirla y utilizarla de compañera durante toda la noche es la clave para tomar solo una.
"Las calorías del alcohol suelen hacer estragos en el cuerpo. Por lo tanto, hay que evitar el consumo exagerado del mismo", advirtió la especialista.
Agua durante la comida
Así se tenga un trago o una copita de vino frente al plato, es importante siempre elegir el agua como la bebida principal para la cena y no gaseosas con calorías.
Compartir el postre
Éste es el momento donde uno cree que debe decir 'no', o el momento de lo 'prohibido'. Sin embargo, este pensamiento no ayuda a la conducta alimentaria, ya que si se evitan, las ganas y el deseo seguro al día siguiente serán mayores. La estrategia es compartirlo y así disfrutarlo de a dos para así reducir el tamaño de la porción.
El día después: agua y jugos detox
Romina Traetta, la instructora en musculación de los famosos y creadora de su propia técnica RTFit, detalló a Infobae: "El día después de una gran cena es fundamental tomar mucha agua. El cuerpo retiene mucho líquido y si no estamos acostumbrados a comer de más, tomar agua ayuda a eliminar las toxinas a través de la orina".
Los jugos basados en alimentos 'detox' ayudan a los órganos en la eliminación de estas toxinas.
¿Cómo se hacen?
1 taza de té verde, 1 puñado de espinacas, el jugo de 1 limón, unos trocitos de ananá, 1 cucharada de chía, stevia a gusto y 1/2 cucharada de Jengibre.
Rutina de ejercicios
Con la actividad física se reducen la ansiedad y las ganas de comer todo. El mes de diciembre es una época del año que a las fiestas se les suma el calor, por eso Traetta propone una rutina de ejercicios de 30 minutos por día.
“Así uno puede activarse sin tanto esfuerzo y también activa el ánimo, las ganas de ejercitar y el autoestima. El ejercicio brinda seguridad”.
"El 25 de diciembre y el 1 de enero los gimnasios se encuentran cerrados. Sin embargo, ejercitar en casa y hasta sin elementos comienza a movilizar el cuerpo. Se puede empezar con una rutina de abdominales", contó la entrenadora.
La actividad física se puede realizar en cualquier lugar para quemar calorías y ganar resistencia aeróbica y muscular.
Plan alimentario rico en frutas y verduras
"Si uno se cuidó todo el año, una o dos cenas de días festivos no van a hacer que el cuerpo cambie. Sin embargo, uno sí va a sentirse mucho más pesado. Comer ensaladas, carne, pollo y pescado es fundamental para depurar el cuerpo", advirtió Romina Traetta.
"Lo ideal es que los días anteriores y posteriores a tantas reuniones consecutiva, se realice un plan alimentario rico en frutas y verduras, para elegir los momentos en los que nos daremos los gustitos disfrutando del placer, no solo de comer sino de compartir con los que más queremos", concluyó la médica nutricionista.
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