La comida hoy se convirtió en mucho más que el elemento para saciar la pulsión del hambre. La comida también tiene características aspiracionales. La gastronomía es un arte y las nuevas generaciones buscaron además un objeto de inspiración, casi fetiche, que se transformó en protagonista de fotos y videos que se viralizan en las redes sociales.
No sorprende, entonces, que las empresas globales de alimentos y productos regionales y los pequeños emprendedores busquen captar la atención de este nuevo mercado "estético" al presentar productos diseñados para atraer las miradas de un público focalizado en la imagen.
La compañía británica The Great British Cheese Company nació para revolucionar el mercado de los quesos. Con sus creaciones de sabores insólitos pero sensacionales como el queso cheddar con chilli y lima, los fundadores lograron transmitir algo más en sus productos. Y ahora vuelven por más.
Los gurúes del queso buscaron crear algo nuevo e inédito, apostando a los usos y costumbres de consumidores millennials que todo lo convierten -incluso sus comidas- en una foto para Instagram. ¿El resultado? Un queso color rosa con sabor a vino prosecco.
"Lo que queremos recuperar son los sabores de nuestra niñez, donde el queso sobre pan tostado no solo lleve el sabor del queso, sino también las texturas que nos hicieron enamorarnos del producto", declaró como una especie de manifesto la compañía británica The Great British Cheese Company.
Para los amantes del prosecco, ésta es una combinación ideal. El tierno queso y sus sabores propios se entremezclan con el aroma de este vino para crear un manjar que ya es furor en las redes sociales por su carácter "instagrameable". Además, su color lo otorgan las frambuesas, otro ingrediente fresco y natural que contribuye a su éxito.
“La combinación del vino blanco prosecco, con frambuesa y queso Wensleydale produce un efecto múltiple de sabores salados, dulces y ácidos”
Este novedoso "queso rosa" también tiene un lugar especial en las mesas navideñas y es la mezcla de sabores lo que lo convierte en único. Tiene una textura flexible y desmenuzable y una frescura lechosa. Las frutas ácidas atraviesan el sabor del queso, dando como resultado un sabor equilibrado.
Los 200 gramos de "queso rosa prosecco" cuestan alrededor de USD 5 dólares. También la firma inglesa ofrece otros sabores inusuales como queso cheddar maduro con pedazos de toffee o cheddar con cebollas caramelizadas y vino tinto.
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