Para el autor japonés Wataru Ohashi, la espalda es más sincera que el frente del cuerpo, habla más de nosotros, de cómo vivimos en el mundo y, sobre todo, es "más reveladora de nuestro interior".
Según Ohashi, una de las causas de los dolores de espalda "se debe a las emociones", que producen, según su intensidad, distintas cargas de energía. El especialista, autor del bestseller Cómo leer el cuerpo, asegura que la molestia se localizará en determinado lugar dependiendo del tipo de emoción.
Una antigua tradición nipona reza que "los japoneses no lloran por respeto a quienes los rodean, para no importunar o aumentar el dolor del semejante". Esta costumbre no es común en Occidente, donde expresar los sentimientos negativos como la tristeza y el dolor resulta más cotidiano.
"Aunque no demuestran mucha emoción, cuando una persona sufre un dolor profundo, o expresa gran felicidad, revela su emoción en la postura, sobre todo en la postura de la espalda. Sus hombros y su espalda hablan lo que su alma calla, por eso las posturas corporales son reveladoras de nuestro interior. El sufrimiento se lleva por dentro y vive dentro de cada uno de nosotros", explicó a Infobae Marcelo Barroso Griffiths, quiropráctico (MN 9784).
Para el especialista es muy difícil "dejar de expresar físicamente nuestro estado emocional". Esto afecta a la postura, "que por supuesto modificará completamente la biomecánica de la columna", músculos, ligamentos, tendones y todo el sistema óseo.
Independientemente de cuál fuere el tratamiento que se reciba, cuando no se atienden las emociones, las malas posturas se mantienen.
“Nuestro cuerpo siempre hablará lo que nuestra alma está callando”.
Hay tantas posturas como formas de espalda. Hay espaldas que se inclinan hacia delante, espaldas rectas y espaldas que se inclinan ligeramente hacia atrás. Personas que caminan con el torso inclinado hacia adelante visiblemente encorvados y otros bien erguidos.
La emoción se manifiesta en la postura de la espalda, refiere a su presente y su pasado. La posición de sus hombros y su columna dan la pauta de sus carencias, enojos, carácter rígido o una persona tímida. "Algunas veces los problemas psicológicos personales coinciden con la estructura corporal", agregó.
Los dolores son multicausales, "cuando hablamos de dolor debemos tener en claro la multicausalidad presente para que este se genere". "Al indagar un poco y empezar a conocer la historia del paciente y el dolor que padece, en realidad descubrimos que el verdadero problema es que el dolor es solo una parte de ese mal funcionamiento. Con frecuencia el paciente hace referencia a un mal descanso, una mala movilidad articular, mala digestión, falta de vitalidad".
Decir que el dolor es el problema e intentar solucionarlo con una pastilla está muy lejos de un entendimiento de la verdadera condición. Si la persona no puede encontrarle una explicación a lo que le está pasando, está angustiada porque difícilmente pueda ser comprendida, eso la afecta emocionalmente.
La tristeza y el dolor están íntimamente relacionados, y se retroalimentan entre sí. "Debemos entender que las soluciones a nuestros problemas de salud pasan por saber más de las sensaciones que de las contracciones", finalizó.
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