Hace apenas una semana, las enfermeras de un hospital en Brasil preparaban a un bebé recién nacido para higienizarlo. En medio del proceso, cuando una de las mujeres lo tenía en brazos, el bebé empezó a hacer esfuerzos para erguirse y dar pasos sobre la mesa del hospital. Las enfermeras, que no podían creer cómo un niño que había nacido hacía sólo 20 minutos caminaba, decidieron filmarlo.
El video, que fue subido a Facebook por Arlete Arantes, lo compartieron aproximadamente dos millones de usuarios y suma actualmente más de 90 millones de reproducciones. Con la rápida viralización de la publicación, que rezaba "Esto es increíble: un bebé caminando justo después de nacer", muchos realmente empezaron a dudar de que eso fuera posible.
Sin embargo, lo que sucedió no es extraño. La reacción del pequeño recién nacido se conoce como "reflejo de marcha" o "reflejo de marcha automática" y es muy común en los bebés hasta los cuatro meses, aunque no es usual que aparezca tan rápido, porque suele aparecer unos días después del nacimiento. La reacción sucede cuando se sujeta a un recién nacido en posición vertical y sus pies entran en contacto con una superficie firme. En esa posición, el pequeño generalmente estira las piernas y las mueve como si caminara.
Este reflejo primario luego se pierde y el movimiento no vuelve a repetirse hasta cuando llega el momento de aprender a caminar en serio. En esta etapa, sin embargo, ya no se trata de un reflejo automático sino que surge del deseo de desplazarse con algún fin (como alcanzar un objeto o una persona).
Según explicó al sitio de noticias Hipertextual José Ramón Fernández, pediatra de la unidad de Neonatología del Hospital Santa Lucía de Cartagena, Colombia, es un reflejo "arcaico" en los bebés. "Es algo que si sos pediatra podés verlo todos los días", señaló. "Al sentir presión sobre las plantas de los pies del bebé, a veces se desencadena el reflejo".
Al igual que otros reflejos involuntarios en el primer año de vida, como el de succión (a través del cual los bebés succionan automáticamente lo que se acerque a la zona de la boca) o el reflejo palmar (cuando cierran fuertemente la mano al entrar en contacto con un objeto), basta con estimularlo para que aparezca con frecuencia.
En sus primeros meses de vida, los bebés cuentan con una corteza cerebral inmadura, lo que significa que aún no terminan de desarrollar las conexiones nerviosas necesarias para controlar voluntariamente sus movimientos. Por el contrario, sus respuestas automáticas a los estímulos se centran en facilitar su supervivencia.
Para estimular este reflejo de marcha que sorprendió a tantos usuarios en las redes, alcanza con sostener desde las axilas y en posición vertical al bebé, asegurando que las plantas entren en contacto con una superficie dura. Así se desencadenan pequeños movimientos rítmicos como pasos.
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