Lo prohibido es más tentador. Esta frase, utilizada por décadas, fue el principal argumento de aquellos que estaban de acuerdo con la legalización de cualquier droga nociva para la salud. Este fue la frase que explicaba, por ejemplo, que en épocas de la Ley Seca de EEUU -1920 a 1933- los bares clandestinos se reprodujeran por el país del norte, especialmente en Chicago.
Sin embargo, el primer gran estudio sobre el comportamiento de las personas en los lugares donde se legalizó el uso medicinal de la marihuana derriba esta teoría. En los 28 estados del país del norte donde el cannabis se legalizó -o sea: el 34% de la población puede acceder a la droga por los cauces legales- aumentó tanto su uso ilícito como los casos de abuso.
El estudio, publicado en la revista JAMA Psychiatry, reveló que el aumento de consumo ronda el 60%. En concreto, desde 1991 el consumo subió un 2,2% en los estados donde continúa siendo ilegal, contra un 3,6% en los que fue legalizado. Por ejemplo, en Colorado, donde se despenalizó en 1996, el 7% de los entrevistados dijo haber fumado marihuana al menos 12 veces el año anterior.
De acuerdo a los autores del estudio, la mera aprobación de la ley rebajaría la percepción social de la droga como dañina, favoreciendo el aumento de consumidores.
"El estudio refuerza algo que la comunidad médica y científica ya conocía. Los países que despenalizaron la sustancia no solo tienen un aumento en el consumo de sustancias ilegales, sino también del abuso y los accidentes de tránsito derivados de este consumo", explicó a Infobae Geraldine Peronace, médica psiquiatra y especialista en adicciones.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron tres estudios epidemiológicos sobre alcohol y otras drogas realizados en 1991, 2001 y 2013 por las autoridades sanitarias de EEUU, que en total englobaron a 120.000 personas mayores de 18 años.
Entre las principales conclusiones se encuentra que a fines del siglo pasado el consumo de la droga se redujo de manera leve, pero a partir del nuevo milenio comenzó a ascender de manera sostenida.
Por ejemplo, en el trabajo de 1991, cuando la marihuana todavía era ilegal en todo el país, no había diferencias significativas entre todos los estados, salvo en California. En la de 2001, cuando ya había 6 estados con la nueva normativa, el consumo se redujo en todo el país salvo en estos estados.
En el de 2013, con 28 estados, se reveló que los lugares donde sigue siendo ilegal el consumo aumentó un 3,5%, pero la cifra subió hasta un 5% donde sí se puede acceder. De hecho, en los estados pioneros el crecimiento de la curva fue aún superior: 5,3% en California y 7% en Colorado.
"Tanto California como Colorado tuvieron un crecimiento explosivo de dispensarios de marihuana medicinal después de 2009. El estudio no puede probar que esto sea la causa, pero es una posible explicación", dijo Deborah Hasin, doctora y profesora de la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia (Nueva York EE UU) y principal autora del estudio.
Si bien el objetivo del estudio no era analizar las razones de este fenómeno, para Hasin esto podría suceder "debido a un cambio en las actitudes hacia la droga, la percepción del cannabis como más seguro o, incluso, el desvío de marihuana de los dispensarios a los traficantes".
"La aprobación de la legislación sobre la marihuana medicinal sería la responsable de 1,1 millones extra de consumidores adultos de cannabis ilegal y unos 500.000 con trastornos por abuso", concluyen los autores del estudio.
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