La industria del marketing digital comenzó a incorporar un nuevo fenómeno: los influencers creados mediante inteligencia artificial. Estas figuras, diseñadas para interactuar con audiencias en plataformas como Instagram, están ganando terreno frente a los influencers humanos gracias a su capacidad para producir contenido personalizado, mantenerse al margen de controversias y reducir costos operativos. Aunque aún se trata de una tendencia emergente, su popularidad ya generó debates sobre su impacto en la autenticidad y el futuro de las campañas publicitarias.
Según detalla la revista Esquire de España, una muestra reciente de esta práctica ocurrió en Emiratos Árabes Unidos, donde la marca Brands For Less inició una colaboración con un influencer generado por IA, marcando un cambio estratégico en la forma en que las empresas presentan sus productos. Sin embargo, este no es un caso aislado y en España, la agencia The Clueless creó a Aitana López, una influencer virtual diseñada con rasgos fotorrealistas que en poco tiempo acumuló 350.000 seguidores en Instagram. Según la compañía desarrolladora, esta figura les permitió eliminar la dependencia de “personas con egos o demandas económicas excesivas” para promocionar productos.
El atractivo principal de los influencers de IA radica en su capacidad para cumplir con las demandas de las marcas de manera eficiente. Según declaró a Esquire Shahnaz Ahmed, directora creativa y de innovación en la agencia The Social Element, “estas figuras pueden hablar cualquier idioma, crear contenido rápidamente y adaptarse completamente a las necesidades de las marcas”. A su vez, estos perfiles producidos con IA eliminan algunos de los principales inconvenientes asociados con los humanos: no generan polémicas políticas ni personales, no exigen productos físicos y pueden promocionar artículos digitales que no existen en el mundo real. Estos atributos los convierten en herramientas ideales para campañas controladas, donde la coherencia y la previsibilidad son cruciales.
Para las marcas, los influencers artificiales representan también una solución económica. Reducen los costos asociados al envío de productos, la gestión de viajes y las negociaciones comerciales con figuras humanas, además de operar sin interrupciones ni exigencias laborales. Esta combinación de beneficios los posiciona como una alternativa viable para optimizar presupuestos de marketing y explorar nuevas formas de conectar con las audiencias.
Aunque aquellos influencers generados por IA ofrecen claros beneficios en términos de eficiencia y control, su ascenso plantea preguntas sobre cómo las marcas equilibrarán la creatividad digital con la autenticidad emocional que los consumidores esperan en sus interacciones con las empresas.
Comparación entre influencers artificiales y humanos
El creciente uso de influencers creados mediante inteligencia artificial generó un intenso debate sobre las diferencias esenciales entre estas figuras digitales y las personalidades reales, especialmente en términos de genuinidad humana y conexión emocional con el público. De acuerdo al artículo desarrollado por Esquire, la tecnología aún no alcanzó la sofisticación necesaria para generar el “efecto valle inquietante”, como sensación espeluznante que las personas sienten al encontrarse con un robot o un personaje generado por ordenador con características similares a las humanas.
Los influencers de IA presentan varias ventajas desde una perspectiva operativa. Al ser completamente diseñados y controlados por las marcas, eliminan los riesgos asociados con la imprevisibilidad humana. Esto incluye evitar conflictos derivados de declaraciones polémicas o comportamientos controvertidos que puedan dañar la imagen de las empresas. Además de que estas figuras no requieren gastos en productos físicos ni traslados, dado que sus interacciones y contenido pueden ser creados de manera completamente digital.
Por ejemplo, los influencers humanos suelen exponer sus opiniones personales sobre temas políticos o sociales, algo que puede no alinearse con la estrategia de una marca. En cambio, los influencers de IA garantizan un control absoluto sobre el mensaje y la narrativa. Según el portal The Drum, esta característica reduce significativamente los riesgos reputacionales y permite que las empresas puedan mantener coherencia en sus campañas.
Limitaciones con la falta de autenticidad
La precisión operativa en su contracara, también tiene un costo importante: la falta de autenticidad, un elemento clave en el éxito de los influencers humanos. Las audiencias suelen valorar la conexión emocional, la empatía y las experiencias personales que los influencers reales comparten en sus plataformas. Estas cualidades generan confianza, fidelidad y engagement de manera difícilmente replicable por las figuras digitales.
Aunque las tasas de interacción de los influencers de inteligencia artificial son ligeramente superiores a las humanas (con un índice del 1.48% por encima de los casos), el crecimiento de sus seguidores demostró señales de estancamiento con una disminución del 0.4% en su base de seguidores. Esto sugiere que si bien estos personajes intrigan inicialmente al público, su capacidad para sostener el interés a largo plazo es limitada.
En última instancia, los influencers de IA no parecen estar en posición de reemplazar a sus homólogos humanos, pero sí de complementarlos en estrategias de marketing híbridas. La clave para las marcas estará en aprovechar las capacidades técnicas propias de la inteligencia artificial para optimizar campañas, sin perder de vista el valor insustituible de la conexión emocional que los humanos establecen con sus audiencias. Este equilibrio será esencial para maximizar el impacto y la eficacia de las campañas publicitarias en un mercado cada vez más competitivo.