El horno microondas a pesar de su popularidad por brindar una solución práctica en calentar los alimentos ha sido objeto de diversas controversias y mitos sobre su impacto en la salud del hogar y los riesgos asociados.
Recientemente, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la revista National Geographic han realizado un análisis profundo sobre estos aspectos, aportando luz sobre lo que realmente significa utilizar un microondas en la cotidianidad.
Desde respuestas a cuáles son las implicaciones de los rayos electromagnéticos emitidos por este aparato, hasta cómo influye en la preservación de los alimentos, el análisis de las dos organizaciones desmiente ciertas creencias.
Cómo funciona un horno microondas
Para comprender los posibles riesgos y beneficios de este aparato, es esencial entender cómo funciona. Un horno microondas opera utilizando ondas electromagnéticas, específicamente microondas, que hacen vibrar las moléculas de agua en los alimentos. Esta vibración genera calor, cocinando o calentando la comida.
A diferencia de las radiaciones ionizantes, como los rayos X, que tienen la capacidad de eliminar electrones de los átomos y potencialmente causar daños en el ADN, las microondas utilizadas en estos son una forma de radiación no ionizante.
Esto significa que no tienen la energía suficiente para provocar cambios químicos en las células humanas ni para inducir mutaciones genéticas. Este punto ha sido reiterado por varios expertos, que han comparado las microondas con las ondas de radio en términos de energía, destacando su naturaleza no peligrosa.
¿Es seguro usar el horno microondas?
Uno de los mitos más persistentes en torno al uso del microondas es la creencia de que podría ser cancerígeno. Sin embargo, los investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos han desmentido esta idea, explicando que el tipo de radiación emitida por un microondas no tiene la capacidad de dañar el ADN o de provocar cáncer.
De hecho, la radiación ionizante, que sí podría tener estos efectos nocivos, no está presente en el funcionamiento de un microondas doméstico. La OMS, apoyada por múltiples estudios científicos, también ha avalado la seguridad del uso del microondas siempre y cuando se cumplan ciertos criterios básicos.
Entre ellos, es fundamental que el aparato esté en buen estado de funcionamiento, sin daños visibles, como fisuras en la puerta o en las juntas, que podrían permitir la fuga de radiación.
Además, es crucial utilizar recipientes adecuados, diseñados específicamente para microondas, evitando materiales que podrían fundirse, explotar o liberar sustancias tóxicas cuando se exponen al calor generado por las microondas.
Qué dicen los estudios sobre el impacto en la salud de los hornos microondas
La investigación sobre la seguridad de los microondas ha sido extensa y variada. Diversos estudios y revisiones científicas han evaluado los posibles efectos adversos del uso de estos electrodomésticos, concluyendo consistentemente que, en condiciones normales de uso, los microondas no representan un riesgo significativo para la salud.
La OMS ha publicado varios informes que respaldan estas conclusiones, destacando que no existen pruebas concluyentes que vinculen el uso de microondas con problemas de salud graves.
También, un estudio publicado en Food Control en 2019, por ejemplo, examinó la migración de sustancias químicas desde envases plásticos hacia los alimentos cuando se calientan en microondas.
Los resultados mostraron que, al seguir las recomendaciones de uso seguro, las concentraciones de sustancias potencialmente dañinas se mantenían dentro de los límites seguros establecidos por las autoridades sanitarias.
Cómo usar correctamente el horno microondas
Aunque el microondas es seguro, es importante seguir algunas precauciones básicas para evitar problemas. Esto incluye no solo el uso de recipientes adecuados, sino también evitar el sobrecalentamiento de líquidos, que puede causar quemaduras.
Asimismo, es esencial no utilizar el microondas para calentar alimentos envueltos en papel de aluminio o en recipientes metálicos, porque estos materiales pueden causar chispas y dañar el electrodoméstico.
Por su parte, si el microondas muestra signos de deterioro, como puertas que no cierran correctamente o daños visibles en su estructura, es aconsejable repararlo o reemplazarlo para asegurar un uso seguro. Mantener el aparato limpio y en buen estado también contribuye a su funcionamiento seguro y eficiente.