Han creado un robot con inteligencia artificial que aplica extensiones de pestañas con alta precisión. Como si se tratara de una película de ciencia ficción, los clientes tienen que ingresar a una máquina similar a la de una tomografía para que una máquina pueda pegarles pestañas postizas.
Se trata de una startup llamada Luum Lash que busca automatizar procesos estéticos con dispositivos robóticos que integran visión computacional e inteligencia artificial. Una sesión cuesta 170 dólares.
Este novedoso dispositivo también reaviva el debate clásico sobre el desplazamiento de los trabajadores por las máquinas. ¿Los cosmetólogos especializados en pestañas serán reemplazados? En este preciso caso, no. La experiencia con el robot es asistida por un lashista.
Cómo un robot con IA pone pestañas
Laura Martínez, creadora de contenido y fundadora de una marca de pestañas postizas, probó la experiencia y relató su experiencia a través de Instagram.
Según el video, Martínez se encontraba en una sede de Ulta, cadena estadounidense de tiendas de belleza. Allí una persona que se dedica a la colocación de pestañas postizas (lashista, como ella se refirió) de Luum Lash la recibió y le compartió un consentimiento informado, el cual debía firmar para proceder con la sesión.
Luego, la lashista le mostró el catálogo de pestañas. “Tenían tres tipos, yo elegí el más glamuroso, que era mas relleno”, dijo la creadora de contenido.
Después se sentó en una cabina, la cual integra una camilla y un robot con brazos. Antes de iniciar con el procedimiento, la lashista humana le realizó una limpieza en las pestañas para remover restos de maquillaje y pegarle dos stickers o parches: uno en el contorno de ojos y otro en la línea de sus pestañas.
“Me parecieron super curiosos porque tienen una especie de código que va leyendo el robot”, explicó Martínez.
La cosmetóloga ajusta la camilla para que los brazos robóticos puedan alcanzar al cliente. Se podría decir que este paso recuerda a una tomografía.
Inicia la colocación de las pestañas. “El robot tiene una especie de pincitas (brazos). La sensación es superrara, no sientes dolor pero sientes una sensación de movimiento. Hizo un ojo y luego el otro”, relató Laura.
Cuando la máquina finaliza su tarea, la lashista retoma para revisar y corregir errores que se hayan cometido como por ejemplo, dejar espacios sin pestañas. El proceso duró dos horas y costó 170 dólares.
“Me gustó el resultado. El robot hace el 50 % del trabajo y la lashista hace el otro 50 %. Los robots no van a quitar el trabajo de las lashistas”, comentó Martínez.
Qué tecnología tiene el robot que pone pestañas
La tecnología de Luum combina robótica, inteligencia artificial y visión computacional. En el proceso de desarrollo de la máquina, los brazos robóticos aprendieron movimientos mediante inteligencia artificial por eso saben aislar una pestaña natural para adherir la extensión.
La visión computacional es una tecnología que permite al robot “ver” al cliente. Utiliza cámaras y algoritmos para detectar y analizar el movimiento del cliente en tiempo real. Si el cliente se mueve, el robot se detiene y solo reanuda la aplicación de las extensiones cuando el cliente está quieto
Cuáles son los riesgos de que un robot ponga pestañas
Los errores de precisión y fallas técnicas podrían causar daño o incomodidad. En este contexto, una persona realizó un comentario en un video de Instagram de la empresa preguntado que qué pasaba si parpadeaba durante una sesión.
La compañía de belleza explicó que si esta situación ocurría que no habría daño alguno ya que los brazos robóticos únicamente están capacitados para interactuar con pestañas gracias a su visión computacional y diseño que integra una punta suave con pequeños imanes.
Fuera de este riesgo propio de la aplicación, hay que tener en cuenta que el dispositivo podría no ser capaz de identificar signos de reacciones alérgicas. La falta de protocolos estrictos de higiene resultaría en infecciones oculares.