Seis trucos para que los alimentos se conserven durante más tiempo en el refrigerador

Las neveras modernas utilizan diversas tecnologías de enfriamiento avanzado para conservar los alimentos por más tiempo, optimizando así la frescura y reduciendo el desperdicio de comida. Y aunque muchos usuarios no lo sabe, existen varios trucos efectivos que pueden aplicarse en el hogar para optimizar aún más estas capacidades.

De hecho, algunos de estos electrodomésticos vienen equipados con sistemas inteligentes que permiten ajustar las operaciones de enfriamiento basadas en los hábitos de uso. Por ejemplo, pueden reconocer cuándo la puerta ha estado abierta con frecuencia y trabajar para recuperar rápidamente la temperatura ideal.

Lo cierto es que es clave aprovechar las capacidades de estos aparatos para reducir las zonas de calor que pueden acelerar la descomposición de los alimentos, lo que contribuye a una menor generación de desperdicios y a una economía doméstica más eficiente.

Estas son seis técnicas esenciales para prolongar la vida útil de los alimentos dentro de la nevera:

• Control de la temperatura: La temperatura ideal se encuentra entre 1°C y 4°C. A esta temperatura, el crecimiento de bacterias se retrasa, lo que ayuda a conservar los alimentos por más tiempo. Además, nunca hay que meter alimentos calientes en el frigorífico, debido a que esto aumenta el consumo de energía porque el electrodoméstico necesita más potencia para mantener la temperatura.
• Organización espacial: La distribución de los alimentos dentro de la nevera influye en su conservación. Los alimentos que no necesitan cocción, como las frutas y verduras, deben colocarse en los compartimentos designados para ellos, usualmente ubicados en la parte inferior. Los productos lácteos, por otro lado, se conservan mejor en los estantes intermedios, donde la temperatura es más constante. En la puerta, la parte más expuesta a los cambios de temperatura. se pueden poner las bebidas, la mantequilla, las salsas o también los alimentos envasados.
• Revisar los tiempos de conservación: No todos los alimentos duran el mismo tiempo y esto es algo que hay que tener en cuenta a la hora de consumirlos. Por ejemplo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la carne de vaca puede durar hasta 3 semanas en almacenamiento bajo una humedad relativa de 90 %, por ejemplo.

• Rotación de alimentos: Practicar el método de “primero en entrar, primero en salir” es esencial para garantizar que los alimentos más antiguos se consuman primero. Al momento de almacenar nuevos productos, se recomienda colocarlos detrás de los ya existentes. Esta práctica reduce las posibilidades de olvidar alimentos en el fondo de la nevera, donde pueden terminar descomponiéndose.
• Uso de recipientes adecuados: Almacenar los alimentos en recipientes herméticos o bolsas específicas para conservación en nevera puede marcar una gran diferencia. Estos recipientes evitan la entrada de aire y la pérdida de humedad, dos factores que aceleran la descomposición. Es importante asegurarse de que los recipientes estén limpios y secos antes de usarlos para prevenir el desarrollo de moho.
• Manejo adecuado de frutas y verduras: Para conservar mejor las frutas y verduras, es aconsejable limpiarlas solo antes de su consumo. La humedad residual de limpiarlas previamente y luego almacenarlas puede fomentar el crecimiento de bacterias y moho. En el caso de verduras de hoja verde, envolverlas en papel de cocina antes de colocarlas en una bolsa de plástico puede absorber el exceso de humedad y mantenerlas frescas por más tiempo.

A través de innovaciones como sistemas de enfriamiento avanzado se asegura una distribución equitativa del aire frío en todo el compartimiento, manteniendo una temperatura constante y evitando las fluctuaciones que pueden perjudicar los alimentos.

Mientras que el control de humedad en compartimientos específicos para frutas y verduras permite ajustar los niveles de humedad para maximizar la frescura de estos alimentos, teniendo en cuenta sus requerimientos particulares de conservación. Los filtros de aire, por otro lado, eliminan contaminantes y olores no deseados del ambiente interno, utilizando frecuentemente carbón activado como medio de purificación.

En contraste, el uso tecnologías de ionización en el interior de algunos modelos de refrigeradores promueve la liberación de iones negativos, los cuales neutralizan partículas y microorganismos contaminantes, manteniendo el aire limpio y fresco. Esto no solo previene malos olores sino que también puede disminuir la velocidad de descomposición de los alimentos.

Adicionalmente, las zonas de temperatura controlada ofrecen la flexibilidad de ajustar condiciones de refrigeración específicas para diferentes tipos de alimentos, como carnes y pescados, optimizando su conservación. Por último, la tecnología No Frost previene la acumulación de hielo y escarcha, mejorando la circulación del aire y evitando la deshidratación o quemaduras por frío en los alimentos.