La nevera o el refrigerador es uno de los electrodomésticos más importantes en el hogar, pero también uno de los que más energía consume. Su constante funcionamiento para mantener los alimentos frescos y seguros supone un consumo significativo de electricidad cada mes.
Sin embargo, existe una relación directa entre la forma en que se organizan los alimentos en su interior y el impacto que esto tiene en la factura de energía.
Desde la disposición de los alimentos hasta la temperatura adecuada, te presentantos estrategias inteligentes respaldadas por expertos y estudios que pueden ayudarte a optimizar el rendimiento de tu nevera y, al mismo tiempo, reducir tus gastos mensuales de energía.
Organiza los alimentos de manera eficiente
La organización adecuada de los alimentos en la nevera no solo te ayudará a encontrar lo que necesitas rápidamente, sino que también puede contribuir significativamente a ahorrar energía.
Según el Departamento de Energía de los Estados Unidos, agrupar los alimentos por categoría puede reducir el tiempo de apertura de la puerta y, por lo tanto, minimizar la pérdida de frío.
Coloca los lácteos, las carnes y los productos frescos en zonas específicas para facilitar su acceso y reducir la pérdida de frío en cada apertura de la puerta.
Aprovecha la circulación de aire
Este proceso dentro de la nevera es esencial para mantener una temperatura uniforme en todo el interior. Evita obstruir las rejillas de ventilación con alimentos o recipientes grandes.
Además, asegúrate de no sobrecargar la nevera, debido a que esto puede dificultar la circulación del aire y hacer que el compresor trabaje más, consumiendo así más energía.
Ajusta la temperatura correctamente
La temperatura de la nevera es otro factor crucial para optimizar su rendimiento energético. Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos, la temperatura ideal para la nevera debe estar entre 1°C y 4°C.
Mantener la nevera o el refrigerador a una temperatura más baja de lo necesario no solo aumenta el consumo de energía, sino que también puede acelerar la descomposición de los alimentos. Utiliza un termómetro dentro de la nevera para verificar regularmente que se mantenga en el rango recomendado.
Guarda los alimentos correctamente
Algunos alimentos liberan más frío que otros, por lo que es importante guardarlos estratégicamente para maximizar la eficiencia energética. Por ejemplo, los líquidos y los alimentos frescos deben colocarse en los estantes superiores, donde la temperatura es más constante.
Los productos perecederos, como la carne y el pescado, deben guardarse en los estantes inferiores, donde la temperatura es más baja. Además, utiliza recipientes herméticos para almacenar los alimentos, esto ayuda a retener el frío y evita la pérdida de humedad.
Estos hábitos no solo reducen el valor de tu factura de energía sino también contribuyen a que tus alimentos no se dañen de forma rápida.
No olvides el mantenimiento regular
Por último, pero con la misma importancia, el mantenimiento regular de tu refrigerador es fundamental para garantizar su eficiencia energética a largo plazo.
Limpia regularmente las bobinas del condensador para eliminar el polvo y la suciedad, debido a que esto puede obstruir la circulación del aire y hacer que el compresor trabaje más. Asimismo, revisa las juntas de la puerta para asegurarte de que estén en buen estado y sellen correctamente.
Lo cierto es que organizar los alimentos de manera eficiente en la nevera puede tener un impacto significativo en tu factura de energía.
Sigue estos consejos respaldados por expertos y estudios para optimizar el rendimiento de tu nevera o refrigerador y ahorrar dinero a largo plazo. Con pequeños cambios en la organización y el mantenimiento, puedes disfrutar de alimentos frescos y nutritivos mientras reduces tu consumo de energía.