Bajo la promesa de brindar frescura y confort en los días más calurosos, los aires acondicionados se han convertido en aliados indispensables de los hogares.
Pero dentro de estos electrodomésticos del clima ideal se oculta un peligro que muchos desconocen: un componente vital que, sin el cuidado adecuado, puede transformarse en un vivero para microorganismos perjudiciales.
El secreto sucio de los aires acondicionados
Se trata del filtro de aire, el cual, si se ignora su necesidad de limpieza regular, podría no solo comprometer la eficiencia de nuestro aire acondicionado, sino también convertirse en una fuente de problemas de salud.
La acumulación de polvo, polen y otros contaminantes puede convertir a estos aparatos en emisores de aire contaminado, afectando la calidad del ambiente que respiramos.
Una investigación del Flinders University College of Science and Engineering ha revelado que los filtros de los aires acondicionados pueden atrapar minúsculas gotas de saliva emitidas al hablar, toser o simplemente respirar.
De este modo, actúan como un archivo temporal del ADN de quienes se encuentran en el entorno, permitiendo la recolección de este material genético, en un proceso conocido como “ADN ambiental” (eDNA).
Los aires acondicionados que no reciben el mantenimiento adecuado pueden acumular no solo estas gotas, también células de piel de las personas y animales presentes.
Estas células permanecen en el filtro y pueden ser liberadas de nuevo al ambiente junto con las gotas de saliva antes mencionadas.
Esta circulación de partículas puede facilitar la propagación de enfermedades entre individuos en el mismo espacio, especialmente aquellas transmitidas a través de virus y bacterias, anulando el efecto de mantener una distancia segura al mezclarse el aire contaminado por toda la estancia.
Esta situación recuerda la importancia crítica del mantenimiento preventivo, una simple acción que resguarda la salud y asegura el buen funcionamiento de estos equipos.
¿Cómo limpiar el filtro de un aire acondicionado?
La limpieza del filtro de un aire acondicionado es fundamental para asegurar su funcionamiento óptimo y la calidad del aire que respiramos. Este proceso, que debe realizarse de manera regular, puede llevarse a cabo de forma sencilla siguiendo unos pasos específicos.
Antes de comenzar, es importante desconectar el aire acondicionado de la corriente eléctrica para evitar cualquier riesgo.
El primer paso consiste en localizar el filtro de aire, que generalmente se encuentra en la parte frontal del equipo.
En muchos modelos, el panel frontal se abre o se desmonta con facilidad, permitiendo acceder al filtro. Una vez localizado, se retira el filtro con cuidado. La mayoría de los filtros son reutilizables y diseñados para ser limpiados y no para ser desechados.
Con el filtro ya retirado, se procede a eliminar el polvo y la suciedad superficial con la ayuda de una aspiradora, utilizando un accesorio de cepillo suave para no dañar el filtro.
Para una limpieza más profunda, se puede lavar el filtro bajo agua corriente templada, evitando el uso de productos químicos agresivos que puedan deteriorar el material del filtro. Es crucial no utilizar agua muy caliente, ya que podría dañar el filtro.
Después de lavar el filtro, es importante dejarlo secar completamente al aire antes de colocarlo de nuevo en el aire acondicionado. Nunca se debe insertar un filtro húmedo ya que esto podría provocar la formación de moho y malos olores.
Una vez seco, el filtro se coloca nuevamente en su posición original, asegurándose de que esté bien fijado. Finalmente, se puede reconectar el aire acondicionado a la corriente eléctrica y disfrutar de un aire más limpio y fresco.
La limpieza regular del filtro no solo mejorará el rendimiento del aire acondicionado sino que también prolongará su vida útil.