La facilidad de acceso a internet y la posibilidad de realizar múltiples tareas desde un solo dispositivo que siempre está conectado, ha generado una enorme dependencia a los smartphones. Afortunadamente, las rutinas del asistente de Google y los atajos de Apple se presentan como herramientas gratuitas para reducir el tiempo de uso.
De hecho, estas herramientas permiten desde recibir un resumen del día hasta controlar dispositivos del hogar inteligente con un solo toque o frase, facilitando así la vida de sus usuarios.
Pese a que ambas opciones requieren de un periodo de adaptación y personalización inicial, las dos cuentan con el potencial de transformar las rutinas diarias, haciendo que la interacción con la tecnología sea más intuitiva y menos invasiva.
Cómo utilizar las rutinas del asistente de Google
Para comenzar con las Rutinas del Asistente de Google, disponibles tanto para Android como para iOS, es necesario descargar la aplicación correspondiente.
Una vez instalada, el usuario podrá configurar rutinas predeterminadas o personalizar las suyas a través de la sección de ‘Ajustes del Asistente’. Estas pueden incluir, entre otras cosas, recibir el pronóstico del tiempo, las noticias del día, o controlar dispositivos inteligentes del hogar.
Además, los usuarios de Android tienen la opción de crear un acceso directo en la pantalla de inicio para ejecutar estas rutinas con mayor facilidad.
Cómo utilizar los atajos de Apple
El uso de los atajos de Apple diseñados para iPhone, iPad y Mac, ofrecen la posibilidad de crear secuencias de acciones personalizadas que se activan mediante un comando de voz a Siri, un toque en la pantalla, o de forma automática según la hora o evento programado.
Esta herramienta ofrece una galería de atajos preestablecidos y también permite la creación de nuevos, adaptándose así a las necesidades específicas de cada usuario.
Los atajos pueden abarcar desde realizar videollamadas grupales con un solo toque hasta automatizar tareas complejas, mejorando significativamente la gestión del tiempo y la eficiencia.
Dos factores que no solo contribuyen a una mejor gestión del tiempo, sino que también, promueven una menor dependencia del uso continuo del teléfono móvil, ofreciendo un beneficio adicional en cuanto a la salud visual y el bienestar general de los usuarios.
Qué es la nomofobia y por qué debería preocuparnos
La adicción a los dispositivos móviles se conoce como nomofobia, abreviatura de “no-mobile-phone phobia” o fobia a no tener el teléfono móvil, describe el miedo, la ansiedad o la incomodidad que siente una persona al no tener acceso a su teléfono móvil, ya sea porque lo ha olvidado, se ha quedado sin batería o no tiene cobertura.
La nomofobia puede incluir síntomas como la ansiedad por recibir mensajes o notificaciones, la necesidad constante de comprobar el teléfono, y dificultad para concentrarse en otras tareas o para interactuar socialmente sin usar el dispositivo.
Además, aspectos psicológicos, como la búsqueda de aprobación social y el miedo a perderse algo (FOMO, por sus siglas en inglés), refuerzan la dependencia del teléfono móvil. Por lo que este tipo de adicción puede tener consecuencias negativas en la salud mental, relaciones personales, y rendimiento académico o laboral de las personas afectadas.
De hecho, el uso excesivo de dispositivos móviles y redes sociales puede dar lugar a otros trastornos, como:
- Trastorno de adicción a internet: Uso problemático de internet que afecta la vida diaria, incluyendo el rendimiento laboral o académico y las relaciones personales.
- Síndrome del túnel carpiano: Condición causada por la presión repetida sobre el nervio principal de la mano, que puede ser exacerbada por el uso prolongado de dispositivos móviles.
- Trastorno del sueño: El uso de dispositivos antes de dormir puede interferir con los patrones de sueño debido a la exposición a la luz azul.
- Fatiga visual digital: Síntomas de incomodidad ocular y visión borrosa resultantes del uso prolongado de pantallas.
- Ansiedad y depresión: Estudios sugieren que el uso excesivo de redes sociales puede estar asociado con niveles más altos de ansiedad y depresión, posiblemente debido a la comparación social, el acoso cibernético, o el aislamiento.