Paul Oswald Morani, de 56 años, con pasaporte estadounidense, nacionalizado argentino, se encuentra registrado como empresario en la Argentina, con un alta en la AFIP y un domicilio fiscal en la avenida Santa Fe. Fundó o integró más de una decena de empresas desde 2003 como Asian Pacific Cargo SRL, según el Boletín Oficial, con una variedad de socios argentinos. Tuvo algunos roces con la ley en este país. Un expediente por violación a la ley de drogas que lo involucra tramitó en la Cámara Federal de Corrientes, que en abril último resolvió entregarle una camioneta Toyota Hilux que le habían incautado años atrás, tras una apelación de su defensa.
Hoy, se encuentra detenido en territorio norteamericano. La Justicia de Estados Unidos lo investiga por otras cosas. Según un informe reservado al que accedió Infobae, Morani fue acusado de instalar “un conjunto de empresas fantasma con sede en Miami para desviar ilegalmente grandes sumas de efectivo desde Colombia y en gran medida desde Argentina hacia cuentas bancarias estadounidenses” para lavar, presuntamente, dinero narco.
“En el año 2018, las cuentas bancarias de Morani y siete de sus entidades corporativas, incluidas empresas en el sur de Florida y Delaware, recibieron 350 millones de dólares en fondos, en gran parte de Argentina. Las empresas se presentaban como compañías navieras dedicadas al transporte internacional de cargas comerciales”, continúa el reporte, operaciones de cáscaras fiscales sin empleados ni negocios reales.
Esta semana, la división Interpol de la PFA arrestó a pedido de la Justicia estadounidense a su pareja, María Eugenia Delannoy, acusada de ser una de sus cómplices. La capturaron cerca del country Santa Barbara en Tigre, donde la mujer vivía. Morani, precisamente, había aportado un domicilio en Santa Barbara para fundar una de sus tantas empresas argentinas.
Delannoy, de 54 años, también está registrada como en la AFIP. En los últimos años, insólitamente, cobró la Asignación Universal por Hijo, de acuerdo a sus datos en la ANSES. Integró al menos dos empresas en la última década, sin vincularse expresamente en los directorios con Morani.
El exhorto de la Justicia de Estados Unidos para detenerla -sin una circular roja en su contra- fue recibido por el juez federal Sebastián Ramos, que indicó tareas a la Dirección General de Cooperación Policial Internacional de la PFA para capturarla. Así, se comenzó un cruce de bases de información. Se descubrió que Delannoy tenía el hábito de manejar vehículos de alta gama, ninguno como titular, todos como autorizada.
Luego, se la ubicó en Santa Barbara gracias al rastreo de seguridad de sus vehículos y se la arrestó este jueves, mientras llegaba al lugar. Los cargos que se le imputan, precisamente, son los delitos de emisión de transferencias de dinero ilegal desde Argentina con destino a empresas fantasmas registradas en Estados Unidos, el negocio por el que se investiga a Morani, con quien Delannoy tendría un vínculo familiar.
A mediado de marzo, según aseguran investigadores del caso, los fiscales del Distrito Sur de Florida acusaron a Morani de encabezar la conspiración de lavado de dinero, con narcos a lo largo del continente. Investigadores federales en Estados Unidos sostienen que utilizó sus ganancias para comprar un condominio de 2,3 millones de dólares en Miami Beach. También, se sospecha que tenía aproximadamente 18 millones de dólares en ganancias en cuentas de una de las más reconocidas firmas financieras del mundo.
Este 25 de junio, Morani deberá comparecer en audiencia ante la jueza Beth Bloom, a cargo de la District Court del Distrito Sur de Florida, de acuerdo a registros judiciales públicos de Estados Unidos. Mientras tanto, la PROCUNAR, el ala de la Procuración que investiga delitos de narcotráfico, monitorea el caso: por lo pronto, no se encontraron vínculos con traficantes argentinos.