Una operación fallida de contrabando de droga y un accidente de tránsito ocurrido el 24 de agosto de 2020 -en el que murieron dos ocupantes de una camioneta- dieron inicio a una investigación por narcotráfico y lavado de dinero sin precedentes en Rosario.
Después de tres años de medidas, análisis e inteligencia, la Fiscalía Federal Nº 3, la PROCUNAR y la PROCELAC, en conjunto con la Sección de Investigaciones Antidroga de la Gendarmería, llevaron a cabo más de 50 allanamientos en los que fueron detenidas 13 personas sospechadas de integrar una estructura dedicada a traer droga con avionetas propias desde Bolivia hasta la región, para luego transportarla a Buenos Aires. Luego, introducían el dinero recaudado en empresas, taxis, dos franquicias de un medio de comunicación y bares para darle apariencia lícita. Hay todavía diez prófugos, entre ellos, el presunto jefe Brian Walter B. y dos cabecillas, que son su hermano Waldo Alexis B. y Pablo Javier R., dueño de campos donde aterrizaba la droga.
El operativo, con el nombre en clave Cosecha Blanca, comenzó a ejecutarse sobre finales de octubre. Hasta ahora, fueron secuestradas dos avionetas Beechcraft Baron, que estaban en un aeródromo privado de Campo Timbó en de la localidad de Oliveros. Otra avioneta, una Cessna 210, fue hallada con el tren de aterrizaje y hélice rota en un hangar en una zona rural de la comuna de Carrizales. Esas aeronaves, se presume, fueron utilizadas para hacer vuelos para traer cocaína desde la Amazonia boliviana. En la investigación se pudo establecer que algunos vuelos los hacían a una altura baja para no ser detectados por los radares que están situados en el norte del país, una clásica técnica de vuelos narcos.
Las muertes de Alejandro Néstor “Mosca” Santos y su primo Mauricio Santos dieron inicio a la causa. Ambos desplazaban junto a una tercera persona -Maximiliano Javier M., que está prófugo- en una Toyota Hilux que volcó en un camino alternativo que corre de forma paralela a la autopista Rosario-Córdoba, a la altura de la ciudad de Cañada de Gómez. Según se investiga, se dirigían a un sector rural en el que iba a concretarse un “bombardeo” de droga desde una avioneta, pero al ver un vehículo no identificado de Gendarmería intentaron huir y terminaron dando varios tumbos. No iban solos, ya que también estaban escoltados por otra camioneta, que al ver la situación se dio a la fuga.
Se recuperaron los teléfonos de los fallecidos del lugar del accidente. Los aparatos fueron peritados. Allí, se encontró valiosa información –el de Alejandro Santos no tenía patrón de desbloqueo, lo que facilitó el acceso– que derivó en intervenciones de al menos 60 líneas telefónicas que permitieron llegar a la conclusión de que la banda estaba liderada por el rosarino Brian Walter B., un hombre de bajo perfil, que suele tomar muchos recaudos para no figurar ni en las redes sociales de sus allegados. Según los indicios detectados, la estructura estaba en actividad por lo menos desde 2018.
De acuerdo al avance del expediente, que se realizó bajo estricto hermetismo, Alejandro Santos era el encargado de buscar la droga en las zonas rurales donde eran arrojadas desde avionetas para después transportar los ladrillos de cocaína en camionetas a los lugares de acopio, que eran departamentos de alquiler temporal en Rosario o en cocheras, una situada en el barrio de Pichincha y otra en la zona de Refinería. Su fallecimiento fue un golpe para la banda. Así, Santos fue fue sustituido tres personas: Ángel Ramón N., Darío Claudio D. M. y Pablo Javier R., quienes asumieron el rol de presuntos organizadores junto a Waldo Alexis B., hermano de Brian B., el líder.
Gendarmería detuvo a Ángel Ramón N., acusado de estar detrás de una empresa radicada en la comuna de Álvarez que está dedicada a la colocación de pantallas LED. Claudio Darío D. M. es la cara visible de dos compañías de taxis y remises. Según se investiga, esas firmas habrían sido adquiridas por la estructura para lavar plata.
También, se investiga el lavado en bares, pizzerías, maquinaria agrícola, agroquímicos, incluso una ladrillera. También hay un gerente comercial sospechado de ser parte de las maniobras que fue detenido la semana pasada en un barrio privado. Este empresario también está investigado por haberle vendido un bar al presunto jefe de la banda.
Entre los detenidos, hay tres pilotos e incluso un especialista en fabricación de biodiesel, así como varias prestanombres de las empresas.