Pedro Simón, el fiscal federal de Santiago del Estero que investiga el origen y destino de los cinco 33 millones de pesos ocultos en cinco camiones que fueron decomisados por Gendarmería Nacional sobre la ruta 34 en apenas ocho días, tiene su hipótesis sobre de dónde vienen todos esos billetes:
“Más que narcotráfico, yo me inclino por la línea de los talleres clandestinos y la ropa falsificada que se confecciona en Buenos Aires para ser revendida en las ‘saladitas’ del Norte del país, como habitualmente ocurre, un negocio que paralizó la pandemia del coronavirus”, le explica, de manera detallada a Infobae en un alto de su tarea.
Sus argumentos son sólidos, tienen sentido, aunque el juez de la causa, Guillermo Molinari, no descarta que detrás de esas remesas de billetes, estuviese detrás “una misma organización narco que lavaba el dinero de la venta de drogas,o iban a comprar”. La última hipótesis no le termina de cerrar a la fiscalía ya la marihuana que ingresa a nuestro país lo hace, en gran medida por Paraguay, y la cocaína, por Bolivia. “¿Por qué transitarían mil kilómetros para comprar algo que lo tienen tan cerca?”, reflexiona.
Para el fiscal Simón, la apertura de actividades en el Norte argentino, coincide con el intento de traer ropa trucha desde distintos puntos de ciudad de Buenos Aires, como Flores, Floresta y Balvanera; y localidades puntuales del conurbano bonaerense como La Matanza, Lanús y Berazategui, lugares dónde funcionan buena parte de los talleres clandestinos que, normalmente alimentan al paseo de compras denominado “La Salada” y que habitualmente funciona en Ingeniero Budge, en Lomas de Zamora, pero que por la cuarentena y el distanciamiento social hace casi 90 días que no abre al público.
Simón está convencido, por los datos que están escritos en los sobres de papel en los que están envuelto los billetes que son referencias a esos talleres, nombres de los textiles y hasta las prendas a adquirir. Para la fiscalía el círculo termina de cerrar con la imposibilidad de los denominados tours de compra que tres veces por semana eran despachados a Buenos Aires para realizar este tipo de compras.
-¿Cómo era transportado el dinero antes de la pandemia?, le preguntó Infobae.
-También en efectivo. Pero o no se revisaban, o en la cadena de compras, había personal que recibía una tajada para hacer la vista gorda.
En La Salada y lugares similares, como los que se podían observar sobre las avenidas Avellaneda y San Pedrito en Flores, el manejo de efectivo era tal, que los comerciantes ilegales amontonaban los fajos en jaulas de lechuga.
El último hallazgo fue ayer en Santiago del Estero, y también sobre la misma ruta. Esta vez, los gendarmes secuestraron más de 3 millones de pesos que viajaban de Tucumán hacia Capital Federal ocultos en cajas y sobres en el interior de un camión que transportaba bolsas de azúcar. Es decir, siempre bajo el mismo modus operandi. Por eso, los investigadores sospechan que se trataría, según el Juzgado Federal Nº 1 de Santiago del Estero, “de una misma banda”.
“Esta es gente que nunca ha accedido al mercado legal o evita justificar el origen de los fondos y evita todo ese mecanismo de control del movimiento. Pero esto no es de ahora, no es nuevo. Antes se manejaban de la misma manera. Este movimiento de dinero para comprar ropa tiene que ver también con el Día del Padre. Es un pico alto de ventas”, recordó.
El fiscal explicó que el primer hallazgo que realizó Gendarmería fue casi de casualidad. En uno de los controles por el COVID-19, se le tomó la fiebre al conductor del camión y este tenía 38 grados. Los efectivos sospecharon por el nerviosismo que provocó entre el chofer y el acompañante. Eso derivó en una revisión profunda del rodado con la presencia de testigos.
En la cabina había empaquetados más de un millón y medio de pesos. En su declaración indagatoria, los hombres sostuvieron que el dinero era para pagar compras hechas de manera online, y que las mismas “podrían haber sido acordadas por WhatsApp o por mail”, pero que ellos lo desconocían.
Simón explicó también que, hasta ahora, a los diez imputados que hasta el momento tiene la causa se los investiga por los presuntos delitos de “infracción tributaria, evasión y el lavado de dinero mediante la adquisición de diversos productos”.
Sin embargo, aún resta identificar quiénes son los reales dueños del dinero, quienes despacharon los sobres en un primer lugar, así como quienes los esperaban en territorio bonaerense.
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