Eran poco más de las ocho y media de la mañana del lunes. A unos pocos metros de la Municipalidad de Quilmes se escucharon disparos. Dos policías que se encontraban en el cruce de las calles General Paz y Saavedra corrieron unos 100 metros hacia Paz y Alberdi y en la misma esquina del edificio municipal se encontraron con un auto marca Audi negro, con tres orificios de bala en la puerta del conductor.
Los agentes comprobaron que dentro del vehículo se encontraba malherido un hombre de unos 50 años. Tenía dos impactos de bala en su cuerpo y estaba inconsciente. Llamaron de inmediato a una ambulancia del SAME, que trasladó a la víctima del ataque al Hospital Iriarte. Sin embargo, una vez llegados al centro de salud, el hombre ya había perdido la vida.
Ni los agentes ni los vecinos de la zona pudieron confirmar si los disparos se efectuaron desde otro auto, desde alguna moto o incluso desde la vereda. Así y todo, lo que más les llamó la atención a los efectivos policiales fue que la víctima poseía un arma Glock que nunca llegó a utilizar. Todo el aspecto de la escena permitía sospechar de un ajuste de cuentas.
Fuentes cercanas a la investigación le confirmaron a Infobae que la víctima era Diego Xavier Guastini, un financista de 45 años del sur de la provincia de Buenos Aires que en los últimos años había sido investigado y condenado en un juicio abreviado por lo que en el ambiente delictivo se conoce como “tráfico de dinero”, el ingreso en negro de millonarias sumas de divisas procedentes del exterior.
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A finales de septiembre, Guastini, junto a otros nueve integrantes de una asociación ilícita, fue condenado a la pena de tres años de prisión en suspenso luego de pactar la pena con el fiscal Marcelo Agüero Vera y que la sanción fuera aceptada por la querellante del caso, la AFIP. La condena fue homologada por el Tribunal Oral en lo Penal Económico.
La causa contemplaba el movimiento de dinero internacional de presunto origen ilícito por 1.524.715 euros y 1.443.030 dólares entre los años 2012 y 2014. Esa imponente suma de dinero, junto a otros bienes, fue decomisada por la Justicia.
La fiscalía del caso había acusado a Guastini de haber ingresado al país junto a otro de los condenados más de 750 mil euros y más de 250 mil dólares camuflados entre sus vestimentas y el equipaje durante un vuelo Madrid-Buenos Aires, el 31 de enero de 2014. También se lo había acusado de una maniobra similar durante un vuelo México DF-Buenos Aires en diciembre de 2012.
Todos los condenados se encontraban procesados desde 2015 por el juez federal Rafael Caputo. Se habían detectado delitos de contrabando de dinero en dólares y euros desde México, diferentes países de Europa y Ecuador.
Además, en su momento se había relacionado a Guastini con el financista Hugo Díaz, quien desapareció el 9 de marzo de 2015 y todavía hoy se no sabe nada de su paradero.
Según pudo averiguar Infobae, la pareja de Guastini, supuesta titular del Audi en que el financista fue encontrado muerto, cuya identidad no fue revelada, salía a la calle con la protección de un custodio. Ese dato, sumado al hecho de que Guastini se encontraba armado al momento de ser asesinado, permite suponer que el fallecido se encontraba alerta ante un posible ataque en su contra, según aseguran fuentes cercanas a la investigación.
El caso está en manos de la UFI Nº 3 de Quilmes a cargo de Martín Conde.
En los papeles, Guastini estaba registrado como empresario en los rubros de la AFIP, tenía su domicilio fiscal en la zona de Ezpeleta y figuraba como empleado de una empresa de consultores de informática basada en Monte Grande. Había integrado los directorios de diversas empresas durante los últimos diez años, en segmentos como el turismo y la ganadería.
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