Mar Chiquita, en la provincia de Buenos Aires, es uno de los destinos más singulares de la Costa Atlántica argentina. Este lugar, conocido por sus playas amplias y tranquilas, alberga una reserva natural distinguida como Reserva de la Biosfera por la UNESCO desde 1996. Su albufera, única en el país, y su riqueza en biodiversidad hacen de esta región un refugio para aves migratorias, especies endémicas y un mosaico de ecosistemas.
Con una superficie de más de 26.000 hectáreas protegidas, la reserva resguarda la flora y fauna locales, además de importantes formaciones geológicas y paleontológicas que datan del Holoceno. Además, este rincón del sudeste bonaerense combina conservación con actividades recreativas y culturales, atrayendo a visitantes que buscan naturaleza, tranquilidad y experiencias auténticas.
Cómo es Mar Chiquita, el balneario que cuenta con una reserva de la biosfera de la UNESCO
Mar Chiquita es más que un balneario: es un ecosistema vibrante que se extiende a lo largo de 67 kilómetros de playas amplias y tranquilas. Sus localidades, como Santa Clara del Mar, Mar de Cobo y Atlántida, ofrecen alternativas para el descanso y el disfrute. Las actividades varían desde paseos artesanales hasta espectáculos al aire libre, con gastronomía que destaca por sus sabores locales.
Este destino seduce por sus aguas y arenas y por el equilibrio entre turismo y conservación. En 1996, la UNESCO reconoció la importancia de esta región al incluirla en su red de Reservas de la Biosfera, un galardón que resalta su valor natural, además del compromiso con su protección.
Cómo es la reserva de la biosfera de Mar Chiquita
La Reserva de la Biosfera Parque Atlántico Mar Chiquito es un área protegida que ocupa 26.488 hectáreas, reconocida internacionalmente por la UNESCO como parte de su Programa MAB (El Hombre y la Biosfera). Este espacio combina ecosistemas terrestres, marinos y costeros, incluyendo ambientes tan variados como playas, dunas, pastizales, bañados, albuferas y litoral marino.
El corazón de esta área protegida es su albufera, una laguna costera única en Argentina, que se extiende por 5.880 hectáreas y 27 kilómetros de longitud. Este cuerpo de agua, formado por la acción del viento y separado del mar por bancos de arena, alberga ecosistemas que incluyen playas, dunas, bañados y pastizales.
Las reservas de biosfera protegen la biodiversidad y prestan servicios ecosistémicos esenciales. Estos incluyen la provisión de recursos como agua y agrodiversidad; la regulación del clima, calidad del agua y control de la erosión; el soporte de la producción primaria y los suelos; y el turismo y la recreación como servicios culturales. Además, constituyen sitios para el estudio interdisciplinario de la sostenibilidad, fomentando la coexistencia armónica entre la población humana y la naturaleza.
La reserva cuenta con una biodiversidad impresionante: 178 especies de aves, muchas de ellas migratorias, como los falaropos y chorlos que llegan desde el hemisferio norte, y la remolinera común desde la Patagonia. En el reino animal también destacan especies como la lagartija de las dunas, un reptil endémico que encuentra refugio en este entorno. En cuanto a flora, sobresalen comunidades vegetales como juncales y talares.
El reconocimiento otorgado por la UNESCO implica un respaldo internacional, aunque la reserva sigue bajo la jurisdicción soberana de Argentina. Con el apoyo del programa MAB, se promueve un modelo de desarrollo sostenible que refleja tanto la diversidad ecológica como cultural del planeta.
Una de las experiencias destacadas para los visitantes es la visita guiada a la zona núcleo de la reserva. Este recorrido parte de la Ruta Interbalnearia 11, atravesando una estancia privada hasta llegar al primer puesto de guardaparques. Allí, expertos introducen a los visitantes en la riqueza de la flora y fauna autóctonas, así como en la importancia de su conservación.
La caminata continúa por el “Sendero del Zorro”, un trayecto que culmina en la base de un médano, desde donde se asciende hasta desembocar en el mar. Este tipo de actividades permiten disfrutar del paisaje y aprender sobre el delicado equilibrio ecológico que la reserva busca preservar.
Además de su función ecológica, la reserva es un testimonio paleontológico de formaciones del Holoceno y desempeña un papel vital en el ciclo del agua continental y marina.
Cómo llegar a Mar Chiquita desde CABA
Viajar desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires hasta Mar Chiquita es sencillo. La ruta más directa implica tomar la Autopista Buenos Aires-La Plata y luego la Ruta Nacional 2. Cerca del kilómetro 483, las señales lo guiarán hacia este tesoro natural. El tiempo estimado de viaje en auto es de poco más de 4 horas, dependiendo de las condiciones del tráfico.