Tomás Jofré se erige como un refugio rural donde el tiempo parece detenido. Este pequeño pueblo, perteneciente al partido de Mercedes, conquista el corazón de los visitantes gracias a su propuesta culinaria, que combina la tradición del campo argentino con la hospitalidad de sus habitantes
Cómo es Tomás Jofré
Tomás Jofré es un pequeño pueblo ubicado a poco más de 100 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en el partido de Mercedes. Aunque oficialmente lleva el nombre de Jorge Born, este lugar es conocido popularmente como Tomás Jofré, debido al nombre de la antigua estación de tren que conectaba con otras localidades. A pesar de que la estación de ferrocarril dejó de operar regularmente, el pueblo atrae a quienes buscan un escape de la vida urbana.
Con una población de alrededor de 200 habitantes, Tomás Jofré se consolidó como un destacado polo gastronómico. En los últimos años, la cantidad de restaurantes que ofrecen una experiencia única de la cocina rural creció, convirtiendo el lugar en un destino ideal para disfrutar de un día de campo. Sus calles de tierra, rodeadas de casonas antiguas, molinos y jardines con malvones, invitan a desconectarse del ritmo frenético de la ciudad. Los visitantes pueden saborear platos típicos como el asado al asador, pastas caseras y las tradicionales picadas con productos locales, entre ellos el famoso Salame Quintero, que sigue recetas transmitidas de generación en generación por los inmigrantes gringos y españoles que poblaron la zona.
La proximidad de Tomás Jofré con la ciudad de Mercedes, a unos 12 kilómetros, ofrece la posibilidad de combinar una estadía en esta última con una visita al pueblo. Mercedes, con más opciones de alojamiento, resulta un punto estratégico para quienes desean pasar la noche en la región y aprovechar al máximo la experiencia gastronómica y paisajística que propone Tomás Jofré.
Recientemente, la estación de tren de Tomás Jofré fue renovada para formar parte del recorrido turístico entre Mercedes y el pueblo, funcionando los días domingo. Este cambio revitalizó el lugar, incrementando el número de visitantes que buscan una experiencia diferente, marcada por la desconexión y el disfrute de la vida campestre.
Qué actividades se pueden hacer en Tomás Jofré
Este pequeño pueblo rural cuenta con una veintena de restaurantes de campo que ofrecen un ambiente acogedor, amplios jardines y la posibilidad de degustar lo mejor de la cocina criolla. La mayoría de estos establecimientos funciona bajo la modalidad de tenedor libre, lo que permite a los visitantes disfrutar de múltiples platos sin límite.
Las entradas suelen incluir empanadas de carne y picadas con productos típicos de la zona, como el famoso salame quintero y quesos de elaboración artesanal. Los platos principales giran en torno al asado y las pastas caseras, mientras que para el postre se sirven opciones tradicionales que completan una experiencia culinaria memorable. Además, algunos de estos restaurantes ofrecen, por el mismo precio, una merienda con tortas fritas y agua caliente para quienes quieran prolongar la jornada con un mate bajo los árboles.
Más allá de la gastronomía, Tomás Jofré ofrece otras actividades que complementan la visita. La plaza del pueblo es un buen lugar para pasear, rodeada de almacenes de campo y anticuarios donde se pueden encontrar objetos antiguos y artículos tradicionales. Los fines de semana, la plaza se transforma en el escenario de una feria artesanal donde los productores locales venden desde embutidos y dulces hasta miel y licores caseros. Los amantes de la fotografía pueden aprovechar para capturar la esencia del pueblo en la antigua estación de tren, cuya estructura conserva el estilo de antaño, o simplemente admirar las calles de tierra y las casonas con pisos de ladrillo que evocan tiempos pasados.
Otra opción para quienes buscan una experiencia más activa consiste en realizar paseos en pony o cabalgatas por los alrededores del pueblo. Estas actividades permiten conectar con la naturaleza de una manera única, recorriendo los amplios paisajes rurales que rodean Tomás Jofré. Para quienes desean vivir una experiencia más inmersiva, es posible alojarse en una de las casas de campo disponibles, lo que ofrece la oportunidad de experimentar la vida pampeana de manera directa.
La historia del pueblo
A comienzos del siglo XX, en una vasta región de la provincia de Buenos Aires, comenzó a surgir un pequeño asentamiento que con el tiempo se convertiría en un pintoresco polo gastronómico. Todo empezó en 1902, cuando Jorge Born, un empresario belga y uno de los fundadores de la famosa firma Bunge y Born, decidió realizar un loteo a través de su compañía inmobiliaria, La Franco Argentina. Este proyecto marcó el inicio de lo que sería el pueblo de Jorge Born. Las primeras familias inmigrantes, en su mayoría europeas, llegaron al lugar, levantaron ranchos y trazaron las primeras calles de tierra que aún conservan su esencia rural.
Por aquellos años, en 1905, llegó a Mercedes un hombre cuya presencia dejaría una huella imborrable en la historia de la zona: el doctor Tomás Jofré. Este destacado catedrático argentino, oriundo de San Luis, se instaló en el pueblo y participó activamente en la política y el ámbito jurídico. Durante su carrera, fue autor del Código de Procedimiento Penal de la provincia de Buenos Aires, además de desempeñarse como concejal, diputado y senador provincial. Pero su legado no se limitó al ámbito de las leyes. El doctor Jofré vivió en el pueblo por casi dos décadas y fue él quien, al ver la necesidad de una conexión ferroviaria, impulsó la creación de una precaria estación de tren con chapas, conocida como la estación del kilómetro 98.
Mientras tanto, en 1911, el gobernador de Buenos Aires, Inocencio Arias, firmó un decreto que otorgó el nombre de Jorge Born al pueblo y el de Tomás Jofré a la estación de tren. Con esta decisión, se establecieron oficialmente las dos denominaciones que, curiosamente, terminarían coexistiendo en la confusión. Aunque el pueblo era Jorge Born, los habitantes y los visitantes comenzaron a llamar al lugar Tomás Jofré, en honor a la estación que los recibía.
En 1930, cuando el doctor Tomás Jofré falleció, los vecinos de Mercedes, reconociendo su invaluable aporte al desarrollo local, solicitaron que la estación de tren llevara su nombre de manera oficial. Así fue como el 3 de agosto de 1931, el Ministerio de Obras Públicas formalizó la denominación de la estación en honor a este hombre de leyes. Desde ese momento, la identidad del pueblo quedó ligada de manera inseparable a Tomás Jofré, aun cuando oficialmente se sigue llamando Jorge Born.
A lo largo de los años, este pequeño rincón rural, con sus calles de tierra y sus antiguas casonas, fue creciendo en torno a la gastronomía y la vida tranquila del campo. Hoy, aunque el pueblo lleva el nombre de Jorge Born, todo el mundo lo conoce como Tomás Jofré, una localidad donde la historia y la tradición conviven con la modernidad de su atractivo turístico.
¿Cómo llegar a Tomás Jofré desde CABA?
Para llegar desde la Ciudad de Buenos Aires a Tomás Jofré, la opción más directa y conveniente es hacerlo en auto. El trayecto se inicia tomando la Autopista del Oeste (Acceso Oeste) en dirección a Luján. A medida que se avanza, es necesario salir hacia la Ruta Nacional Nº 5, poco después de pasar el peaje de Olivera. Una vez en la Ruta 5, el recorrido continúa hasta alcanzar el kilómetro 91,500, donde se encuentra el acceso hacia Tomás Jofré. Este desvío está bien señalizado y, tras cruzar un puente, se sigue por un camino asfaltado durante aproximadamente 7 kilómetros hasta llegar al pueblo.
Otra alternativa es viajar en transporte público. Primero, se debe llegar a Mercedes, ciudad ubicada a unos 100 kilómetros de Buenos Aires. Las opciones más comunes para este tramo son los colectivos que salen desde la Terminal de Ómnibus de Retiro, operados por empresas como Chevallier y Pullman General Belgrano.
Una vez en Mercedes, es posible continuar el viaje hasta Tomás Jofré en un colectivo local que cubre el trayecto entre ambas localidades. Aunque este recorrido es menos directo, permite disfrutar de la experiencia del transporte público local y explorar el entorno rural antes de llegar al destino.