El pueblo histórico a tan solo una hora de CABA con palacio municipal, mirador y estancias de campo

A tan solo una hora de la Ciudad de Buenos Aires, se encuentra Capilla del Señor, un pintoresco pueblo histórico que parece detenido en el tiempo. Este destino rural invita a los visitantes a desconectarse del ritmo acelerado de la ciudad y sumergirse en la serenidad de sus paisajes pampeanos y su rica herencia colonial. Con su palacio municipal, un mirador que ofrece vistas panorámicas y varias estancias de campo preservadas, Capilla del Señor es el lugar ideal para explorar la historia y la cultura bonaerense en un entorno tranquilo y acogedor.

Capilla del Señor es un destino que combina perfectamente la riqueza histórica con la tranquilidad del campo bonaerense. Los visitantes pueden disfrutar de una amplia variedad de actividades, desde explorar su patrimonio colonial hasta conectar con la naturaleza. Aquí algunas de las mejores cosas que hacer en este encantador pueblo:

El casco histórico de Capilla del Señor es uno de sus mayores atractivos. Sus calles empedradas, casas coloniales y antiguos faroles crean una atmósfera que transporta a otra época. Los paseos a pie por el centro del pueblo permiten a los visitantes descubrir rincones llenos de historia, como la Iglesia Parroquial Nuestra Señora del Rosario, que data del siglo XVIII, y las antiguas casonas que conservan su arquitectura original.

El Museo del Periodismo Bonaerense es uno de los lugares emblemáticos del pueblo. Ubicado en la casa donde funcionaba el semanario El Monitor de la Campaña, este museo alberga la prensa antigua con la que se imprimía este primer periódico rural de la región. Es un espacio que permite a los visitantes adentrarse en la historia del periodismo rural y la vida del pueblo en el siglo XIX.

La histórica Estación Capilla, inaugurada en 1886, es un testimonio de la importancia del ferrocarril en el desarrollo del pueblo. Este sitio no solo evoca los días en que el tren conectaba Capilla del Señor con la capital, sino que también se puede visitar su tanque de agua y los viejos galpones, que servían para almacenar productos agrícolas, como la lana, para su transporte hacia Buenos Aires.

Para los amantes de la naturaleza, Capilla del Señor ofrece diversas actividades al aire libre. Los senderos que rodean el pueblo son perfectos para caminatas o paseos en bicicleta, permitiendo a los visitantes disfrutar de los paisajes pampeanos y respirar aire puro. Es un lugar ideal para desconectar del ajetreo urbano y disfrutar de la calma de la vida rural.

A pocos kilómetros del pueblo, se encuentra la histórica Estancia La Candelaria, un lugar que ha sido preservado a lo largo de los años y que permite a los visitantes conocer cómo era la vida en las grandes estancias argentinas. Un paseo por sus amplios terrenos, entre arboledas y construcciones antiguas, es una excelente manera de cerrar un día de tranquilidad y cultura en Capilla del Señor.

La gastronomía es otro de los puntos fuertes de Capilla del Señor. Los restaurantes del pueblo ofrecen platos típicos de la región, como asados y empanadas, mientras que las ferias locales son perfectas para probar productos regionales como embutidos, dulces caseros y otros productos hechos por los habitantes de la zona. Los fines de semana, las ferias se llenan de vida con artesanías y alimentos frescos.

Capilla del Señor es un destino ideal para una escapada de fin de semana, ofreciendo a los visitantes un equilibrio entre cultura, historia y naturaleza, todo en un ambiente acogedor y tranquilo.

Capilla del Señor ofrece a sus visitantes la oportunidad de sumergirse en la historia de la provincia de Buenos Aires a través de sus museos y sitios históricos. Uno de los destinos más destacados es el Museo del Periodismo Bonaerense, un testimonio del nacimiento de la prensa rural en la región. Inaugurado en 1972, este museo preserva el legado del semanario El Monitor de la Campaña, fundado en 1871 por Manuel Cruz y Carlos Lemée, convirtiéndose en la primera publicación dedicada a las noticias rurales en la provincia.

Dentro de sus paredes, los visitantes pueden ver la antigua máquina de origen francés “Marinoni”, con la que se imprimía el semanario. Este museo no solo es un tributo al periodismo local, sino también un recordatorio de la importancia de la comunicación en una época en que el campo bonaerense comenzaba a integrarse más al ritmo del desarrollo nacional. El edificio en sí mismo es una reliquia, ya que fue la casa donde funcionaba el periódico, donada a la viuda de Cruz por la comunidad como agradecimiento por los servicios prestados.

Otro lugar imprescindible es la Casa Miralejos, una casona de estilo italianizante construida en 1927 por orden de Don Juan Gil. Esta casa es única en su estilo dentro del pueblo, destacándose por sus materiales importados del exterior y por su icónica torre-mirador, que permite vistas panorámicas del entorno rural de Capilla del Señor. Cada cara de la torre está adornada con azulejos que llevan el nombre del edificio, creando un contraste entre la elegancia europea y la tranquilidad de la pampa argentina.

Estos espacios ofrecen un recorrido por la rica herencia cultural y arquitectónica de Capilla del Señor, atrayendo tanto a historiadores como a turistas que buscan conocer la vida cotidiana de épocas pasadas.

Capilla del Señor es un pueblo que parece haber quedado suspendido en el tiempo, resguardando celosamente su historia y su arquitectura colonial. Fundado en el siglo XVIII, este enclave rural comenzó a tomar forma alrededor de un oratorio familiar perteneciente a Don Francisco Casco de Mendoza, un hacendado que fue clave en el desarrollo de la región. Este oratorio, dedicado a Nuestra Señora del Rosario, fue librado al culto público en 1735 y se convirtió en el epicentro de lo que más tarde sería el pueblo.

El crecimiento de Capilla del Señor estuvo vinculado tanto a su ubicación estratégica en las tierras pampeanas como a su vida rural activa, centrada en la ganadería y la agricultura. Con el tiempo, se fue consolidando como una de las primeras localidades rurales en la provincia de Buenos Aires y, en 1994, fue reconocida oficialmente como Bien de Interés Histórico Nacional, gracias a la conservación de su arquitectura original y su estilo de vida tradicional.

Uno de los hitos clave en su desarrollo fue la llegada del ferrocarril en el siglo XIX, con la inauguración de la Estación Capilla en 1886, que formaba parte del ramal del Ferrocarril Urquiza. Este evento conectó al pueblo con la capital y facilitó la exportación de productos agrícolas, especialmente la lana, actividad muy difundida entre los estancieros de la región. Esta conexión fue posible gracias a la donación de tierras por parte del escritor José Hernández, autor del Martín Fierro, a la familia Lacroze, facilitando la expansión del tranvía rural y el transporte de mercancías hacia Buenos Aires.

Con sus calles empedradas, faroles antiguos y edificaciones coloniales, Capilla del Señor ha logrado conservar el espíritu de otras épocas, convirtiéndose en un refugio para quienes desean conocer más sobre la historia rural de Argentina.

A solo 60 minutos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), Capilla del Señor es un destino ideal para quienes buscan una escapada rápida hacia la tranquilidad del campo bonaerense. Llegar a este encantador pueblo histórico es sencillo, con varias opciones de transporte disponibles.

La forma más cómoda y rápida de llegar a Capilla del Señor es en auto. Desde el centro de Buenos Aires, se puede tomar la Autopista Panamericana (Ruta Nacional 9) en dirección al norte, y luego acceder a la Ruta Provincial 39, que conduce directamente al pueblo. El viaje tiene una duración aproximada de una hora, dependiendo del tráfico.

Para quienes prefieren el transporte público, existen servicios de colectivos que conectan CABA con Capilla del Señor. Las líneas de Tata Rápido y Chevallier ofrecen servicios diarios desde la Terminal de Ómnibus de Retiro o desde paradas intermedias en zonas del conurbano bonaerense, como Pilar o Escobar. El trayecto en colectivo puede tomar entre una hora y media y 2 horas.

Otra opción más económica y pintoresca es el tren. Aunque el servicio ferroviario a Capilla del Señor no es tan frecuente como en otras localidades, es posible tomar la línea Mitre desde Retiro hasta la estación de Victoria, y allí hacer una combinación con el ramal que llega hasta Capilla del Señor. El viaje puede durar alrededor de 2 horas en total, ofreciendo una vista del paisaje rural durante el recorrido.

Independientemente del medio de transporte que elijas, el camino hacia Capilla del Señor invita a una experiencia relajante, lejos del bullicio de la ciudad, rodeado de paisajes pampeanos y un aire de serenidad.