Bajo el ajetreo de la ciudad moderna, en el corazón del histórico Cabildo de Buenos Aires, un grupo de arqueólogos trabaja con dedicación desde 2017, desenterrando los secretos ocultos bajo sus antiguos cimientos. Este proyecto, nacido de la curiosidad por redescubrir el pasado, ha revelado vestigios que datan de 1725, el año en que se erigió el primer edificio de ladrillo en este lugar emblemático. Lo que comenzó como una búsqueda de cimientos se ha convertido en un viaje fascinante hacia las raíces mismas de la ciudad, donde cada fragmento de cerámica y cada piedra cuentan la historia de los orígenes del Cabildo.
Néstor Zubeldía, antropólogo a cargo del área de Investigación y Biblioteca del Museo Histórico Nacional del Cabildo, lidera esta excavación. El especialista asumió la dirección de este proyecto con la misión de confirmar si bajo el actual edificio se conservaban restos del Cabildo original.
El equipo liderado por Zubeldía también está integrado por Beatriz Rodríguez Basulto, arqueóloga y becaria postdoctoral del CONICET y la Universidad Maimónides, se especializa en la excavación de la letrina encontrada en el patio sur. Este colector sanitario, que data probablemente del siglo XIX, ha sido un desafío particular debido a su profundidad y las complejidades asociadas con la preservación de los materiales orgánicos encontrados en su interior. “Esta letrina lo más probable es que tenga por lo menos siete metros de profundidad”, afirmó la arqueóloga.
También lo integra Laura Quiroga, arqueóloga e investigadora del CONICET, se encarga del levantamiento topográfico del sitio. Su labor consiste en realizar los planos detallados de las estructuras descubiertas, asegurando que cada ladrillo y cada muro se registre con precisión. Este trabajo es esencial para entender la secuencia de construcción y las modificaciones que ha sufrido el edificio a lo largo de los siglos. Quiroga explicó: “Queremos ver en detalle cómo se fue construyendo [el Cabildo].”
A lo largo de su labor, que comenzó tras obtener la aprobación de la Dirección Nacional de Museos de Cultura de Nación, los arqueólogos han hecho descubrimientos notables a tan solo unos centímetros bajo la superficie, revelando los primeros cimientos de aquel antiguo Cabildo que ha sido testigo de la historia argentina. “Aproximadamente a los 16 o 17 centímetros de la primera cuadrícula que empezamos a excavar nos encontramos con los primeros cimientos”, explicó el especialista.
La arquitectura del Cabildo
El Cabildo de Buenos Aires es definitivamente un edificio emblemático en la historia de la independencia argentina, pero también cuenta con una compleja evolución arquitectónica que ha sufrido a lo largo de los siglos. Desde su primera construcción en 1608, cuando se levantó un modesto edificio de adobe con entramado de madera y techo de tejas coloniales, hasta su reconstrucción en ladrillo en 1725, el Cabildo ha experimentado numerosas transformaciones.
A lo largo de los siglos, el edificio fue sujeto a múltiples modificaciones que reflejan las cambiantes necesidades y contextos históricos. En 1892, por ejemplo, se cortaron dos de los arcos del lado norte debido al temor de que la torre, ya deteriorada, se desplomara, lo que llevó a su demolición.
Este proceso de “recortes” no terminó ahí: en 1933, con la apertura de la Diagonal Sur, se decidió eliminar los tres arcos restantes del lado sur, cambiando radicalmente la fisonomía del Cabildo. Estas modificaciones, si bien necesarias en su momento, también ocultaron bajo la superficie fragmentos vitales de la historia arquitectónica de Buenos Aires, que hoy están siendo revelados gracias a las excavaciones arqueológicas.
Los hallazgos
A medida que avanzaba la excavación en el patio sur del Cabildo, el equipo comenzó a desenterrar objetos que ofrecían una ventana única al pasado colonial de Buenos Aires. Entre los hallazgos más notables se encuentran fragmentos de cerámica indígena, mayólica y loza europea. Estos materiales, utilizados tanto por los habitantes locales como por los colonizadores españoles, proporcionan una rica evidencia de las interacciones culturales que se dieron en la época.
Uno de los descubrimientos más intrigantes fue una vasija con motivos guaraníes, un objeto que destaca por su singularidad y que ha generado interés académico más allá del equipo de excavación. Tras ser analizada por la Universidad de Buenos Aires, se determinó que el interior de la vasija contenía restos de colesterol, lo que sugiere que fue utilizada para almacenar alimentos de origen animal, como cordero o cabra, comunes en la dieta de la época. Este hallazgo, junto con restos óseos encontrados en las proximidades, ha permitido a los arqueólogos reconstruir aspectos de la vida cotidiana en el Buenos Aires colonial.
Además de cerámicas y utensilios de uso doméstico, la excavación ha sacado a la luz cerca de 2.500 objetos culturales, que van desde pedazos de teja hasta elementos más complejos como caños de pipa y restos de peines. Estos objetos son cuidadosamente catalogados y preservados.
El éxito y la sostenibilidad del proyecto de excavación en el Cabildo de Buenos Aires no solo dependen de la dedicación del equipo arqueológico, sino también de una cuidadosa gestión financiera y preservación del sitio. Hasta el momento, las excavaciones han sido financiadas principalmente con recursos propios del Museo Histórico Nacional del Cabildo, sin contar con financiamiento externo.
El equipo ha logrado avanzar en la excavación y conservación de los hallazgos gracias a una gestión eficiente y al compromiso del museo con la preservación del patrimonio. Una vez que los objetos son descubiertos y catalogados, el museo asume la responsabilidad de mantener y conservar tanto los hallazgos como las estructuras expuestas. Esto incluye la aplicación de productos químicos específicos para proteger los antiguos ladrillos del deterioro causado por la humedad y el moho, una medida crucial para garantizar la estabilidad a largo plazo del sitio.
Además de la preservación física, el proyecto también se enfrenta al desafío de proteger el patrimonio a nivel legal y administrativo. Los especialistas mencionaron la importancia de cumplir con las regulaciones establecidas por el Instituto Nacional de Antropología, que supervisa y regula la excavación en terrenos de jurisdicción nacional. Esta supervisión garantiza que todos los procedimientos se realicen de acuerdo con las leyes de conservación del patrimonio, asegurando que el sitio permanezca protegido para las generaciones futuras.