Dana Siton es la hermana de Shiri Bibas y la tía de Kfir, de un año,y del pequeño Ariel, de 4. Los tres fueron secuestrados el 7 de octubre pasado cuando cientos de terroristas de Hamas se infiltraron en Israel y coparon la comunidad donde vivían, cerca de la frontera con Gaza. “En mi cabeza ya decidí que ellos no están vivos”, dice con la voz entrecortada cuando le piden que deje un mensaje para su hermana y los niños.
En declaraciones para el canal ¿Dónde Están?, que visibiliza las historias de los 120 rehenes que siguen secuestrados en Gaza, Dana y Yifat Zailer, prima de Shiri, recorren la casa familiar que quedó completamente destruida por Hamas.
Lo último que se sabe de los Bibas está grabado. EL 7 de octubre a la mañana los terroristas de Hamas ingresaron al Kibutz Nir Oz. Los Bibas se refugiaron en la sala segura de la casa, donde intercambiaron mensajes con sus familiares hasta que Yarden decidió salir del escondite con la intención de proteger a Shiri y los niños. Estaba armado pero no sirvió de nada, igual lo capturaron.
El video de él con la frente y las manos ensangrentadas, rodeado por otro grupo de terroristas que lo trasladaban en una moto se viralizó rápidamente. Mientras se lo llevaban, algunos en la turba se tomaban selfies.
Horas más tarde comenzó a circular el video en el que se ve cómo se llevan al bebé Kfir, a su hermano Ariel y a su madre, Shiri. En las imágenes aparece la mujer con los niños pelirrojos en brazos y con rostro de desesperación. Terroristas armados y encapuchados la rodean y de golpe la cámara baja abruptamente y se corta.
Kfir fue secuestrado cuando tenía 9 meses y lleva otros 9 meses en cautiverio, la mitad de su vida.
En noviembre pasado, el pequeño Kfir, su hermano Ariel y su madre Shiri cumplían los requisitos para ser liberados en el único acuerdo logrado hasta ahora entre Israel y Hamas con mediación de Qatar, Egipto y EEUU. Sin embargo, ninguno de ellos fue entregado.
“El último día de la tregua, cuando salieron las mujeres y los niños, Hamas sacó un mensaje diciendo que Shiri y los niños no estaban vivos. Y ese día, a la noche, salió un video de Yarden. Sabemos hoy, por las secuestradas que volvieron, que estuvieron con él, que él no sabía que se habían llevado a Shiri y los niños. Él salió pensando que nadie iba a tocar a una mujer y a dos niños”, cuenta Yifat Zailer, prima de Shiri.
Además de los videos del secuestro, Hamas obligó a Yarden a hablar a cámara desde los túneles donde en noviembre lo tenían secuestrado. En las imágenes aparece llorando, con la voz entrecortada. En ese estado de conmoción, acusa al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu de lo supuestamente ocurrido a su esposa y a los dos niños.
En el video, Yarden da por cierta la muerte de su familia. Sin embargo, la muerte de Shiri, Ariel y Kfir no está confirmada, no hay ninguna prueba de ello.
El lunes 19 de febrero, las Fuerzas de Defensa de Israel publicaron otro video que muestra a Shiri Bibas y a sus dos hijos pequeños, Ariel y Kfir, rodeados de terroristas armados en la Franja de Gaza pocas horas después de que fueran secuestrados el 7 de octubre.
En el clip, tomado de una cámara de vigilancia en Khan Younis (Gaza), se los ve llegar acompañados de 7 terroristas, a los que se les suman otros 8 que ya se encontraban en el lugar. Luego se ve cómo varios terroristas armados obligan a Shiri a envolverse en una gran tela, tratando así de ocultar a los secuestrados.
La cabecita roja de Ariel asoma a través de la tela, pero no se ve a Kfir.
“Estimamos que está apretado contra el cuerpo de Shiri, como vimos en el impactante video del secuestro”, conjeturaron las autoridades en cuanto se difundió el video.
Desde ese día, ni el Ejército ni la inteligencia pudieron confirmar nada, son todas conjeturas.
“Mi hija más grande tiene 9 años y los otros 7 y 3. Desde un principio les dije que gente mala se llevó a Shiri y a Yarden, y a Ariel y a Kfir a Gaza, pero en el momento en que Hamas sacó el mensaje sobre Shiri y los niños, para mi fue importante decirles que los asesinaron también a ellos. Para que no vivan con la incertidumbre, en la ilusión”, explica Dana.
Los carteles con los rostros de los Bibas están en todas partes... Son un recordatorio de los que faltan pero también una puñalada constante para Dana y su familia.
“Si hay buenas noticias, ellos (por sus hijos) serán los más felices del mundo”, dice la hermana de Shiri para explicar cómo se siente.